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¡la chaaampions!

Una vergüenza: la dura condena al PSG por sus propios aficionados

Tras la catástrofe, los aficionados del Paris Saint-Germain exigen que les den la cara
Portada de L'Equipe del jueves, el día siguiente a la catástrofe

Con el balón bajo el brazo y la derrota en la cara, Edinson Cavani aparece en primer plano, al fondo, algunos jugadores del Barcelona se funden en un abrazo que termina en el pasto y Arda Turán sonríe de pie. En los primeros minutos del jueves, apareció la primera sentencia de la prensa: "Incalificable", la frase que acompaña a esa imagen en la portada de L'Equipe. ¿A dónde podrían voltear los aficionados parisinos, si a su alrededor los diarios condenan el ridículo del que el mundo fue testigo? "PSG humillado", eligió Le Parisien para describir una de las noches históricas y más dramáticas en la historia del futbol europeo.

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Después del 87', cuando algunos desesperanzados ya habían abandonado las butacas del Camp Nou, cayeron los tres goles que escribieron la épica del Barcelona y también la "vergüenza" del París Saint Germain; una palabra que los dolidos han elegido para describir la destrucción de un objetivo que a pesar de los millones invertidos desde la administración catarí se ha quedado en intentos, este fue el peor.

"Perdimos las ganas de jugar en los últimos minutos", reconoció el técnico Unai Emery, los dedos apuntan a él como responsable. Cuatro goles respaldaban un boleto al que parecía faltarle sólo el sello, pero no se habían jugado cinco minutos y el marcador ya era adverso en Barcelona. Lo acusan de negarse al ataque muy pronto y entregar el partido; a Emery le restringen la posibilidad de justificarse y lo dejan marcado: "Quedará siempre como el hombre que no supo contener la remontada, el naufragio", escribió Le Parisien y en otros diarios anticipan su partida.

Los 23 jugadores y el cuerpo técnico volaron con los golpes de la derrota frescos, llegaron a París de madrugada, pero una treintena de aficionados no durmieron para darles una bienvenida en el aeropuerto de Le Bourget y exigirles dar la cara: "váyanse todos ya", "nosotros sí somos del PSG", "son una vergüenza". El castigo se prolongó, no habría paz para ninguno, ni siquiera para Thiago Motta, quien no jugó el partido por lesión y en la huída de la reprimenda golpeó a uno de ellos con su automóvil.

Marco Verratti afirmó tras la victoria en el Parque de los Príncipes que su inspiración se debía a la pasión en las tribunas, hoy no encuentran cómo explicarles que fallaron. Dicen que defender desde el inicio no era parte de plan, que no pudieron desarrollar su juego, que faltó serenidad y profesionalismo para preparar el partido, según Thomas Meunier. Los aficionados explican la derrota con la incompetencia de los jugadores, ponen en duda su calidad: "los apoyamos desde hace 40 años, no nos merecen", "si no fueron capaces de mantener un 4-0 para calificar, nunca lo van a conseguir".

Tras cuatro ediciones consecutivas luchando hasta Cuartos de Final, esta vez el PSG no alcanzó la fase. En cuanto al arbitraje, no hay espacio en el discurso. Un aficionado más condena que el equipo "está eliminado del futbol".