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La Liga

Se cumple un año de ensueño para “Zizou” al frente del Real Madrid

Un año después, las incertidumbres se ha convertido en certezas para el Real Madrid.
Foto: PA Images

La continuidad de los directores técnicos en el futbol actual es una práctica en peligro de extinción. Los clubes buscan desesperadamente resultados inmediatos que les otorguen reconcomiendo internacional y, desde luego, ganancias millonarias —los equipos finalistas de la Champions League reciben una importante cantidad de dinero por el simple hecho de avanzar a la última ronda—.

En este sentido, la Premier League quizá sea la más tolerante cuando se trata de retener a los estrategas a pesar de los resultados adversos. El ejemplo más obvio es el de Arsène Wenger como entrenador del Arsenal quien, al paso que va, pinta para jubilarse en el club londinense —algunos aplauden la postura del equipo y otros, en especial los fans, esperan ansiosamente el día que el francés empaque sus maletas—.

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Sin embargo, dirigir en el Real Madrid es una historia muy diferente. Para el club merengue todos y cada uno de sus miembros tienen que estar a la altura de su historia y tradición, desde los directivos hasta los encargados de mantener la cancha en perfecto estado. Por esto mismo, el Madrid contrata y despide entrenadores con la misma frecuencia que cambiamos de calcetines. Rafa Benítez fue la víctima más reciente de la exigencia del Bernabéu y, como él, han desfilados muchos sin pena ni gloria por la puerta de atrás.

Su relevo, el ex futbolista Zinedine Zidane, en ese entonces director técnico del Castilla, presentaba muchas incertidumbres para los aficionados. Se decía que no tenía experiencia suficiente para dirigir a una de las plantillas más glamorosas y talentosas del mundo, y que tardaría poco en ser despojado de su puesto. Exactamente un año después, "Zizou" presume una serie de marcas que nadie imaginó que podría obtener cuando Florentino anunció al madridismo su incorporación como cabeza del cuerpo técnico.

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Le bastaron cuatro meses (2 de abril) para cortar de tajo la racha invicta del Barcelona de 39 partidos en su primer Clásico; poco más de un mes después, el nacido en Marsella levantaba la Undécima después de una dramática serie de penaltis ante el Atlético de Madrid —su tercera Champions—; en agosto se adueñaba de la Supercopa de la UEFA ante el Sevilla; para diciembre obtenía la histórica marca de 35 partidos invicto, y para mediados del mismo mes, Zidane alcanzaba la gloria en el Mundial de Clubes.

Los número mágicos de "Zizou": 53 partidos, 42 victorias, 10 empates, 2 derrotas, un porcentaje de triunfos del 77 por ciento, 155 goles a favor, 52 en contra y tres títulos. El reto más complicado para Zidane y sus hombres en el 2017 será mantener el éxito de su campaña anterior y repetir, mínimo, alguno de los trofeos que ganó hace un año y conseguir los que se le escaparon. La relación con el vestidor, uno de los dolores de cabeza de toda la vida en el Madrid, luce mejor que nunca. Zidane consiente a sus jugadores pero también les exige; sabe de diplomacia deportiva y se aleja de la controversia porque la prensa no perdona, mucho menos en España.

La fórmula podría ser efectiva por muchos años, pero la mente de Florentino es engañosa, inestable, y de un día para otro podría darle las gracias a Zidane al menor descuido. Nada es para siempre pero, por el momento, Zinedine Zidane vive su segundo sueño, ahora como entrenador, en el club sin el cual el futbol no puede entenderse en su totalidad.