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Salud

La paleodieta real incluía granos ricos en almidón (e insectos)

Un nuevo estudio muestra lo que los cavernícolas comían realmente

Este artículo fue publicado originalmente en Tonic, nuestra plataforma dedicada a la salud.

Los más ardientes defensores de la paleodieta piensan que los carbohidratos amiláceos son tóxicos. Según ellos, los cazadores-recolectores paleolíticos no habrían encontrado tales alimentos agrícolas. Por eso la preferencia por carne, frutos secos, semillas y vegetales.

Pero un estudio publicado el miércoles encontró una dieta más balanceada para los hombres de las cavernas, una que incluía tanto carnes como granos amiláceos, ambos servidos crudos. Ah, e insectos. Los hombres cavernícolas comían insectos.

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El descubrimiento se produjo cuando tres científicos de la universidad de York analizaron un esqueleto de 1.2 millones de años. El espécimen se había fosilizado en las cuevas de piedra caliza al norte de España, y los científicos extrajeron "microfósiles" de sus dientes. Encontraron tejidos de animales crudos, insectos, polen y pasto, el alimento vegetal artesanal amiláceo de la época. Los investigadores también encontraron lo que podría ser un fragmento de un palillo en los dientes del esqueleto (supuestamente para quitarse esas molestas patas de insecto).

Estos almidones probablemente fueron críticos para el crecimiento del hombre prehistórico, dice la autora del estudio Karen Hardy. "Esto tiene implicaciones importantes para la evolución humana", explica. "Los primeros homínidos definitivamente comían carbohidratos, que eran necesarios para el desarrollo del cerebro".

El hecho de que la comida no estaba cocinada también es una sorpresa. La mayoría de los expertos creen que los primeros humanos usaron el fuego hace 1.8 millones de años, dice Hardy. Pero los primeros casos definitivos ocurrieron en realidad hace sólo 800,000 años, en España e Israel. Sin embargo, los investigadores no encontraron rastros de carbón en los trozos de alimentos, ni tampoco encontraron señales de "micro carbón" ingerido, lo que indicaría que el homínido estaba cerca del fuego.

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La pregunta acerca de cuándo los seres humanos comenzaron a preparar los alimentos sobre el fuego es significativa para entender nuestra historia evolutiva. "Los carbohidratos cocidos proporcionan una energía aún mayor", dice Hardy, "y la actividad de cocinar ayudó a nuestro creciente cerebro a desarrollarse aún más rápido". Además, señala que la amilasa salival, una enzima que ayuda a digerir carbohidratos, probablemente evolucionó junto con la cocción de alimentos.

Así que cuando tus amigos paleos come-carne, amantes del crossfit y del sufrimiento, te regañen por sumergirte en la canasta del pan, diles que se vayan al carajo. Sus dietas son tan equivocadas como las de los demás.