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Kotoshogiku: El ozeki japonés que se convirtió en campeón

Una década después de que el último luchador japonés lograra una victoria, Kotoshogiku hizo que los fans se interesaran de nuevo por el sumo.
Photo by Franck Robichon/EPA

El sumo es el deporte nacional de Japón pero ha perdido popularidad en los últimos años. Parte de esto es debido a un escándalo por peleas arregladas en 2012, pero tuvo mucho que ver con el continuo dominio de cada basho por los yokozuna mongoles. A finales de 2015 se había cumplido una década desde que uj rikishi japonés había ganado un torneo. Fue una situación bastante inusual; imaginen por un segundo que cada campeón del muay thai en Tailandia fuera un farang (foráneo), o que cada matador en Madrid fuera holandés y puedes darte una idea de cómo se sentía este efecto en el país con respecto a su pasatiempo nacional. Pero en enero de 2016, el basho cambió el orden de las cosas cuando Kotoshogiku, un hombre devastado por las lesiones, hizo lo inimaginable y le quitó la corona del torneo a los mongoles por primera vez desde que el estoniano, Baruto logró su única victoria en 2012.

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Durante los primeros siete días del basho, Kotoshogiku estaba luchando con todo. Un rikishi bastante directo, Kotoshogiku se adelantaba para colocar sus ganchos, elevaba el peso del oponente y los sacaba del ring. Esto resultaba en saltos chistosos hacia el límite en un intento por quitarle un par de pulgadas a su oponente. La gran mayoría de los rikishi ganaron sus peleas con fuerza en lugar de una proyección o derribo, pero Kotoshogiku está en el extremo de ese espectro, en gran parte favoreciendo la agresividad y fuerza bruta.

Pero un par de victorias de Kotoshogiku en la primera semana llegaron al proyectar a su oponente poniendo resistencia en el borde del dohyo. El sumo se considera un deporte de movimientos rápidos y a pesar de la guerra de cuatro minutos que se llevó en el basho de enero, es difícil negar que la mayoría de las peleas terminan en menos de un minuto—pero Kotoshogiku aún atraía atención por lograr su trabajo con éxito.

En Sumo: El Arte de Pelear en Seis Segundos, nombré a Kotoshogiku como el ejemplo perfecto de lo que el experto de sumo, David Benjamin denominaba 'demoledor'. El peligro de pelear agresivamente como Kotoshogiku es que el rikishi se vuelve predecible y terminar pasándose de lado o cayendo al suelo. Kotoshogiku sufrió lo segundo en una pelea en el basho de julio en 2015.

Uno de los rikishi compitiendo en el basho que le presentó problemas a Kotoshogiku en el pasado fue el luchador mongol ozeki llamado Terunofuji. Ambos se habían enfrentado en varias ocasiones antes pero Terunofuji demostró ser lo suficientemente fuerte para detener los ataques de Kotoshogiku y en el basho Nagoya de 2015, Kotoshogiku abandonó su agresividad usual en el tachi-ai para evitar a Terunofuji. En su pelea más reciente, Terunofuji detuvo el ataque del siempre agresivo 'Giku' y lo sacó del ring fácilmente, quedándose adelante en su rivalidad con 5-2.

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Terunofuji parecía igual de poderoso que nunca en los primeros días del basho en enero, colocando ganchos dobles sobre Shouhouzan, aguantando su fuerza, y simplemente enviándolo hacia fuera.

Desafortunadamente, Terunofuji fue obligado a retirarse en la primera semana después de sufrir una lesión, pero el camino de Kotoshogiku hacia la cima de prono se volvió más fácil. Aún invicto comenzando el octavo día del torneo, Kotoshogiku fue emparejado contra Kisenosato. Kisenosato era considerado por muchos como la mejor esperanza de Japón para conseguir una victoria en los torneos recientes y ciertamente puede derrotar a cualquiera de los rikishi del top tres. Kisenosato ha perdido más que un par de fans debido a su amor por los juegos mentales. La pelea no puede comenzar hasta que ambos peleadores toquen con ambas manos el suelo del doyho, y entonces jugar y retrasarse en esta área se ha vuelto más común. Kisenosato pasa más tiempo que la mayoría jugando antes de la pelea.

Con sesenta peleas entre los dos, esperarías que Kotoshogiku estaría listo para los juegos de Kisenosato pero mientras Kotoshogiku atacaba fue esquivado por Kisenosato. Sin embargo, 'Giku' se recuperó de manera admirable.

El décimo día, Kotoshogiku enfrentó al yokozuna, Kakuryuu. De los tres luchadores de Mongolia que tenían el rango más alto en el sumo, Kakuryuu es el que tiene menos logros ya que logró ganar un par de torneos, aunque es tan habilidoso como los demás. Siendo un gran luchador, la proyección de contra que le aplicó a Tochonoshin el séptimo día fue un momento destacado del torneo.

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Una vez más, tan pronto como Kotoshogiku atrapó a Kakuryuu pareció como si el luchador se hubiera quedado sin respuestas. Hacia el límite, y fuera del dohyo con el yokozuna.

El onceavo día fue el momento crucial del torneo. Se enfrentarían los dos líderes invictos, especializados en la popular proyección, uwatenage.

Al tomar por debajo de la axila del oponente con sus ganchos por debajo, Hakuho hubiera usado la fuerza de la proyección para girar y tumbar al oponente al suelo. Para la segunda semana del basho de enero, ya la había logrado un par de veces.

Hakuho también es el luchador más condecorado de todos los tiempos en teoría, con treinta y cuatro victorias en torneos a su nombre. Pero Hakuho dio un giro en los torneos más recientes. En el basho de septiembre golpeó con la palma a un oponente cuando la pelea había terminado, y en este proyectó a un rikishi una vez que habían terminado y no estaba resistiéndose. Con esos detalles era obvio que Hakuho claramente no estaba buscando hacer amigos en este torneo.

En sus cincuenta peleas Kotoshogiku había ganado cuatro peleas sobre el yokozuna. Parecía que Kotoshogiku continuaría con su racha invicta y Hakuho pasaría a recolectar su título número 35. Mientras los dos se enfrentaban, Hakuho intentó girar pero Kotoshogiku se quedó pegado a él, dando saltitos deliberadamente y sacando a otro yokozuna del dohyo. Hakuho sufrió su primera derrota del torneo y Kotoshogiku entró a sus últimos cuatro días como el líder.

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Hakuho y Kotoshogiku se abrieron paso atravesando sus siguientes dos oponentes y luego el día trece las fortunas cambiaron. Después de derrotar al tercer yokozuna, Kotoshogiku enfrentó Toyonoshima y sufrió un accidente que lo ha perseguido toda su carrera, una desviación en su ataque inicial. Pasando a Toyonoshima de largo, Kotoshogiku no pudo recuperarse y fue lanzado fuera del ring.

El mismo día de la batalla de yokozuna Hakuho tomó la espalda de Kakuryuu desde un intento de uwatenage y lo sacó del dohyo. Hakuho y Kotoshogiku estaban al mismo nivel de nuevo.

El penúltimo día del torneo, la victoria de Japón se selló por el menos probable del torneo. Kisenosato, tal vez usando sus juegos mentales, sacó a Hakuho del dohyo.

Kotoshogiku roló hacia fuera, ganando sus últimos dos combates y convirtiéndose en el primer rikishi japonés en conseguir una victoria en un basho en una década. Aunque apenas tiene 31 años de edad, será interesante ver si 'Giku' puede continuar con su éxito. Su historia con las lesiones y su estilo increíblemente intenso y agresivo puede no ayudarlo a lograrlo. Parece probable que si puede conseguir una segunda victoria en un torneo la Asociación Japonesa de Sumo sea rápido al promoverlo.

Un último detalle interesante que mencionar del basho de 2016 es que los tres yokozunas completaron un grupo de peleas. Hakuho derrotó a Kakuryuu el día trece. Kakuryuu usó su ingenio para llevar a Haramafuji al suelo el día catorce.

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Y Haramafuji, posiblemente el más técnico de los tres, realizó un hermoso cambio de lo que pareció ser pura ofensiva para combatir de manera simple contra Hakuho.

El primer torneo del año nos dio muchas presentaciones técnicas, drama y un nuevo rostro en el top. El hecho de que el nuevo campeón del torneo es japonés y atraerá el interés de los medios es simplemente un bono. El siguiente basho comienza en marzo y pueden estar pendientes siguiendo a Kintamayama en YouTube. Es un juego hermoso y vale la pena.

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