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La pesadilla inmobiliaria

La pesadilla inmobiliaria del mes: ‘La fortaleza de la soledad’ o 15 m² de tristeza

No es un zulo, no es un ataúd, no es una caja de cartón. Es tu nuevo hogar.
Pesadilla inmobiliaria

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España.

Con el deprimente panorama actual del mercado del alquiler de viviendas en cada vez más ciudades de España, nos hemos visto en la obligación de consagrar un nuevo espacio donde mostrar todas aquellas obras de arte que pululan por ese guateque infernal de portales de internet dedicados al alquiler de pisos: viviendas céntricas a precios exagerados; zulos oscuros donde desarrollar una profunda tristeza y morir; proyectos arquitectónicos vanguardistas en los que el baño se encuentra en la cocina y aberraciones similares.

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Encontrar un hogar decente en el que vivir resulta una tarea complicada en esta era de la gentrificación y la turistificación, y estamos en ese punto en el que tenemos que decir adiós a la idea de ciudad como espacio articulado para la ciudadanía y entender que el nuevo modelo a partir del cual se desarrollan es, únicamente, el valor económico. El oxímoron de una ciudad que ha sacrificado a las personas que residen en ella de forma indefinida en beneficio de aquellas que deambulan por ella de forma temporal.

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Debido al poco espacio, el almacenaje es una pieza clave en "La fortaleza de la soledad", por eso el aquilador nos facilita un par de estanterías, un armario y, para meter "nuestras cosillas", un bolso. No existen los espacios pequeños, solamente la gente sin imaginación. En los tiempos que corren hay que pensar out of the box. ¿Problemas? Soluciones. Un bolso.

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Este es un piso para aventureros, para todos aquellos que consideran que una casa sirve solo para dormir. "La vida se vive en la calle", "las cosas no suceden en el comedor de tu casa", "soy un ciudadano del mundo, vivo en el planeta Tierra no en mi piso", "solo se vive una vez", "solo los peces muertos siguen la corriente" y todo eso, ya me entendéis. De hecho, ya puestos, antes que pillarte este estudio saldría más a cuenta comprarte un coche de segunda mano que, básicamente, es lo mismo que esto pero con ruedas. Eso sí, dormir en un coche siempre genera cierto rechazo social, los niños se apartan de ti cuando ven que sales de un coche en pijama. En cambio, si vives en un cubo de 15 m², nadie tiene que saberlo. Será como un secreto entre tú y tu alquilador. Y así, poco a poco, iremos perpetuando la cultura de los pisos de mierda.

Si te has topado con algún palacio similar durante tu búsqueda de piso escríbenos a esredaccion@vice.com