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No des pena en Instagram cuando vayas de festival: esto es lo que deberías subir

Utilizad esta guía y no nos jodáis el verano con vuestras fotos de mierda
Festivales redes sociales
Foto de Paco Poyato/VICE

Sábado por la noche. No has podido salir de parranda porque este fin de semana te toca estar con el niño. La custodia compartida por la que tanto peleaste durante el divorcio tiene esto, unos fines de semana puedes salir y otros no. Unos te jodes y otros no. Estás tumbado en la cama dándote un paseo por Instagram, “a ver cómo se lo está pasando la gente”, piensas. Entonces, foto a foto, te vas dando cuenta de que hoy acontecía ese festival de música al que va casi todo el mundo. “¿Cómo pueden llenar internet con tanta basura?”, te preguntas. Todas las fotos y vídeos de Stories resultan iguales y, por lo tanto, innecesarios. Brazos con pulseras, posados de gente delante del photocall de alguna marca y grupos de amigos vestidos “de festival” —o sea, como cuando coges a un niño y le dices que se disfrace de “loco”— abrazándose delante de la entrada del recinto.

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La gracia y el problema de las redes sociales es que la gente puede acceder a las mierdas que publicamos, mierdas que pueden producir envidia (lo que buscamos) o, por supuesto, lástima (lo que intentamos evitar). Pues bien, que sepáis que la gran mayoría del contenido que los usuarios publican en las redes sociales durante su asistencia a un festival entra en esta segunda categoría. Sí, la de la pena y la lástima.

Esa necesidad de querer mostrar al mundo que estáis en un evento masivo en el que os lo estáis pasando genial genera en el espectador un rechazo inmediato, sobre todo si utilizáis hasthtags tipo #vivalamusica o #VeranitoTrap. Teniendo esto en cuenta, lo mejor es que durante los días que dure un festival no publiquéis NADA en las redes. Además, ¿no veis que al final estáis haciendo publicidad gratis al festival y, por lo tanto, a las marcas con las que trabaja?

Es que joder, no sé si os habéis fijado, pero solo tenéis unos 300 seguidores en vuestras redes sociales, no es que seáis precisamente un medio de comunicación digital que deba encargarse de documentar el desarrollo del festival para una base de lectores abrumadora y fiel. Vuestras mierdas solo las va a ver vuestra familia (quienes pondrán comentarios vergonzosos en vuestros posts) y vuestros amigos; esos mismos amigos CON LOS QUE YA ESTÁIS EN EL FESTIVAL. Documentar vuestra experiencia festivalera en las redes sociales será un ejercicio de metaamistad digital, informando a vuestros amigos de que estáis con ellos en ese mismo sitio.

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Pero empecemos por lo más básico. Ya es de por sí muy lamentable grabar un vídeo de un directo en el que todo se ve muy lejos, está oscuro, solo se ven cogotes de desconocidos cantando mal y móviles grabando el mismo directo que tú y en el que el sonido es demencial por culpa del micro de mierda de tu móvil barato. Todo este esperpento visual no le interesará a nadie, bueno, en todo caso solo a la clase de dementes que disfrutan viendo cine de arte y ensayo y a los que les apasiona elaborar teorías sobre “la imagen y las redes sociales” y que desde 2008 van al súper con sus propias bolsas de tela.

Además, sabéis perfectamente que este vídeo que nunca debería haber existido no lo reproduciréis nunca jamás —lo estáis grabando para que nunca sea visto por nadie, solo lo veréis vosotros mientras lo estáis grabando— y que os limitaréis a almacenar en vuestro móvil para, meses más tarde, veros obligados a guardarlo en algún disco duro para liberar espacio en el móvil. Lo acumularéis dentro de esa carpeta de nombre tan genérico que tenéis en el escritorio llamada “2019”, justo después de la que se llama “2018”, carpeta que nunca habéis abierto. Si estamos de acuerdo en que este vídeo no lo vais a volver a ver en vuestra puta vida, imaginad las ganas que tienen tus 300 “seguidores” de visualizarlo. Puede que esa peña ni sepa que estabais en un festival, solo os sigue por quedar bien, porque fuisteis compañeros en el IES Montserrat.

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Eso sí, es mucho mejor hacer vídeos de directos de mierda que no ir subiendo fotos vuestras con filtros tumbados sobre un césped artificial. Si sacáis el teléfono del bolsillo al menos que sea por solidaridad con toda esa peña que no se ha podido pagar la entrada del festival o con los que están postrados en una cama de un hospital. La gente no quiere ver vuestra cara OTRA VEZ (todo vuestro Instagram está repleto de vuestra cara rara en sitios mediocres).

Otra cosa muy odiosa son todos esos “reporteros de Twitter” que se indignan y hacen tuits críticos sobre las injusticias sociales que encuentran (tras buscar mucho y de forma poco original) en un festival. “Colas en la barra: LAMENTABLE #senspixenalacara” o “¿no cabían más pollas en el cartel del festival? Muy bien #MachoFest19”. Joder, gracias por estos comentarios, estáis salvando el mundo. Que alguien les dé un jodido Pulitzer. Evitad especialmente ese impulso que os obliga a elaborar sentidas reseñas de los directos a los que asistís, nadie os percibe como una persona con criterio musical, sobre todo si en vuestra bio ponéis que os “flipan” (así lo habéis escrito) los Foo Fighters.

Si necesitáis compartir algo que sean vuestros momentos de borrachera. La gente quiere ver el fracaso en directo, veros caer, a vosotros o a quien sea. Grabad anomalías, gente que se ha cagado encima llorando en el suelo. Una tipa bebiendo directamente de una bolsa de patatas llena de ron con cola. Peleas con seguratas. En fin, grabad las noticias más importantes del festival.

Sigue a Pol en @rodellaroficial.

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