Drogas

Cansados de traficar personas en la frontera, los cárteles mexicanos se están enfocando en las drogas

No es un buen augurio para los casos fatales de sobredosis en Estados Unidos, especialmente de fentanilo.
Patrulla Fronteriza de Estados Unidos
Patrulla Fronteriza circula por la frontera cerca de la ciudad rural estadounidense de Campo, al este Tecate. Imagen: David McNew/Getty Images

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Ishmael recuerda la primera vez que pasó de contrabando a un grupo de personas en la frontera entre Estados Unidos y México, cerca de la ciudad mexicana de Tecate, hace unos tres años.

Aunque tenía resaca y estaba cansado, logró que sus seis "pollos" ("personas" en el argot de los contrabandistas) cruzaran sin ser detenidos. Como traficante de personas a nivel local, le pagaron apenas 300 dólares por cada grupo que cruzó.

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Pero cada vez hay menos trabajo en la actualidad. Los traficantes de personas como Ishmael cada vez tienen menos oportunidades de empleo, porque los cárteles mexicanos están cambiando su enfoque de las rutas de contrabando de personas a las de tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Ismael, nacido y criado en Tecate, accedió a reunirse conmigo en un pequeño parque. Cambiamos nuestro lugar de conversación al lugar sombreado y con gradas de un campo deportivo cercano después de que la policía local detuviera y registrara a Ishmael mientras esperaba.

Con una holgada camisa negra y blanca de los Raiders, calcetines blancos ajustados abajo de la rodilla, la cabeza afeitada y tatuajes, Ismael es inmediatamente reconocible como un cholo. La única persona que nos molesta aquí es un indigente que investiga un contenedor cercano. Tecate se siente tranquilo, casi con sueño, comparado con Tijuana. El sol abrasador obliga a la gente a buscar la sombra.

La frontera con Estados Unidos está a dos minutos en automóvil del lugar donde nos reunimos. El costo de ser trasladado de aquí a cualquier ciudad de Estados Unidos es de alrededor de 7,000 dólares, dijo Ishmael. Pero los servicios de contrabando a gran escala que tenían una gran demanda hace unos cuantos años se utilizan cada vez menos. A medida que disminuye la necesidad de los costosos servicios de contrabando en esta parte de la región, también lo hacen los ingresos de las organizaciones criminales. Esto significa que las drogas son nuevamente la prioridad para los cárteles en esta parte de la región.

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El hecho de que los cárteles estén cambiando el foco de sus actividades del contrabando humano al narcotráfico podría no parecer un cambio tan drástico; los cárteles siempre han lucrado con el tráfico de drogas. Pero la tendencia actual se vuelve mucho más preocupante por la creciente producción del opioide sintético fentanilo por parte del crimen organizado, que mata a más estadounidenses que cualquier otra droga.

El contrabando de centroamericanos por México sigue siendo una industria criminal saludable. Pero de acuerdo con los expertos en migración, en lugar de necesitar los costosos servicios de contrabando que los llevan a la frontera y a las ciudades para comenzar una nueva vida, los migrantes solo pagan 300 dólares para que los guíen hasta la parte baja del muro u otros sitios de la frontera que son porosos, para luego esperar a que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) los detenga y comience a procesar sus solicitudes de asilo.

Esta tendencia fue confirmada por expertos tanto en México como en Estados Unidos.

"Los migrantes ya no buscan evadir la captura, sino que buscan ser detenidos para que puedan presentar una solicitud de asilo, como es su derecho bajo la ley de Estados Unidos", dijo Douglas S. Massey, codirector del Proyecto de Migración Mexicana de la Universidad de Princeton.

Un gran número de migrantes indocumentados continúan llegando a la línea internacional entre México y Estados Unidos, mientras grandes grupos y familias buscan asilo para escapar de la violencia y la pobreza en países como El Salvador y Honduras. La cantidad de personas que llegan a la línea internacional "no tiene precedentes", según Randy Howe, director de operaciones de campo de la CBP.

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"Más de 84,000, o casi el 64 por ciento de nuestras detenciones [en mayo de 2019] fueron unidades familiares principalmente de los países del Triángulo del Norte, como El Salvador y Honduras", dijo Brian Hastings, jefe de Operaciones de la Patrulla Fronteriza de la CBP. "El mensaje sigue siendo: 'Traigan a un niño y los dejarán en libertad [después de ser detenidos]'".

Según los expertos locales, este cambio —de migrantes que intentan evitar a las autoridades al ingresar al país, a simplemente intentar ingresar a Estados Unidos para solicitar asilo— ha cambiado la industria del contrabando en los antiguos puntos de mayor tráfico de la frontera.

"Muchos de los polleros que conozco están desempleados porque menos inmigrantes [que quieren evitar su captura] llegan a Tijuana", dijo Victor Clark Alfaro, un académico de la Universidad Estatal de San Diego y fundador y director del Centro Binacional para los Derechos Humanos en Tijuana. "Tijuana no es el paraíso para los polleros que alguna vez fue".

A una hora en automóvil de Tijuana, la pequeña ciudad de Tecate se encuentra al otro lado de la frontera de la ciudad estadounidense del mismo nombre. Esta parte de la frontera es donde el creciente Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene control territorial y está trasladando parte de sus operaciones de narcotráfico a Estados Unidos.

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Frontera de Estados Unidos y México en Tecate, con Estados Unidos en la parte izquierda. APU GOMES/AFP/Getty Images

Para estos poderosos sindicatos del crimen, las drogas son más valiosas que las personas. Pero solo es una de las razones por las que se están convirtiendo cada vez más en una prioridad de contrabando sobre los humanos. ¿La otra razón? Con una mayor presencia de la CBP en la frontera en busca de migrantes, es más fácil concentrarse en las drogas.

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“No se pueden trabajar diferentes productos a través de la misma línea, hay demasiado dinero en juego. Hay rutas para las drogas y diferentes rutas para los pollos", dijo Ismael. Los cárteles no quieren arriesgarse a que las autoridades estadounidenses confisquen los preciosos cargamentos de drogas, así que trafican las drogas por diferentes partes de la frontera donde se contrabandea a las personas.

Un kilogramo de cocaína tiene un valor estimado de 28,000 dólares al por mayor una vez que cruza la frontera entre Estados Unidos y México. Según cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el precio aumenta hasta los 165,000 dólares al por menor en las calles de Estados Unidos.

"El contrabando de drogas es mucho más rentable [que el contrabando humano] y el tráfico de personas provoca todo tipo de complicaciones", explicó Massey. "Los cárteles mueven enormes cantidades de drogas por medios de alta tecnología (túneles, aviones, botes, aviones no tripulados) y no quieren que la gente les cause complicaciones, especialmente los refugiados pobres de Centroamérica".

Durante su campaña, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió una mayor vigilancia de la frontera y un muro más grande. La creación e implementación de medidas y políticas de inmigración y control de fronteras ha sido una característica diaria de su presidencia. El mandatario afirma que una mayor aplicación de la vigilancia detendrá a los migrantes y las drogas que ingresan a Estados Unidos. Pero no es Trump, sino los cárteles, quienes son los verdaderos alguaciles aquí. "No les importa lo que haga Trump o cómo tienen que trabajar; simplemente lo hacen", dijo Ishmael.

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Ismael habla con una voz tan baja y discreta que tengo que esforzarme para escucharlo, y mira a su alrededor con suspicacia. Su teléfono suena cada 10 minutos durante la hora que pudimos conversar. “Hay dos tipos de organizaciones aquí en Tecate. Una está dedicada al contrabando de personas y el otro al tráfico de drogas. Están separados y son diferentes, pero todo está conectado", añadió.

"Todos tenemos el mismo jefe", agregó. "Aquí en Tecate hay un jefe de plaza que nos permite trabajar, pero tenemos que pagarle. Mi entendimiento es que [el Cártel] Jalisco [Nueva Generación] es quien controla esta plaza".

Las cifras más recientes de la CBP sobre incautaciones de drogas —junto con los datos de uso, precio y pureza que muestran que Estados Unidos tiene un amplio suministro de drogas como la cocaína, la metanfetamina y el fentanilo— revela que a pesar de las afirmaciones de Trump de que una frontera más controlada detendría las drogas, el flujo de sustancias ilícitas a través de la frontera de Estados Unidos y México ha continuado aumentando en los últimos años, con la excepción de la marihuana. (La legalización en numerosos estados de Estados Unidos ha hecho que sea menos efectivo para los cárteles de México). Este año se perfila incautar una cantidad igual, si no es que mayor, que la de años anteriores.

Tanto la CBP como la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) sostienen que la gran mayoría de las drogas que ingresan a Estados Unidos llegan a través de sus puertos de entrada oficiales, no desde la frontera, y sus cifras de incautaciones reflejan este hecho. Este año, solo el 8 por ciento de las incautaciones de fentanilo y el 12 por ciento de las incautaciones de heroína se realizaron en los puertos de entrada oficiales. Las incautaciones representan aproximadamente el 10 por ciento de lo que realmente logra traficarse, según revela Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA que pasó casi dos décadas trabajando en México, así como otros expertos de la policía. Si las incautaciones aumentan, también aumenta la cantidad de drogas que logra cruzar la frontera.

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Entonces, ¿por qué Trump sigue insistiendo que la aplicación más estricta de la autoridad fronteriza y un muro más grande detendrán la "invasión de drogas y delincuentes"? "Debido a que mejorar la detección de los puertos de entrada no es tan atractivo como más agentes de la Patrulla Fronteriza y más muros", dijo Adam Isacson, director de supervisión de la defensa de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), un grupo de expertos.

“Los puertos de entrada son un desastre. Carecen del personal suficiente y tienen necesidades de infraestructura de miles de millones de dólares que no han sido cumplidas", dijo Isacson. Por su parte, Howe dijo recientemente que las instalaciones y los recursos de la agencia "están más allá del punto de quiebre", debido a la demanda generada por el aumento de la llegada de migrantes.

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Ishmael en Tecate. Foto: Deborah Bonello

Y las cosas van a empeorar, dicen los observadores, a medida que el tráfico y la producción de drogas continúen prosperando, sin importar lo que Trump decida hacer en la frontera. El fentanilo, que está matando a más estadounidenses por sobredosis que cualquier otra droga, ha tenido un auge reciente para los cárteles. A diferencia del cargamento humano de Ishmael, los cárteles tienen que contrabandear los narcóticos en pequeñas cantidades para generar millones de dólares en ganancias.

Si bien los cárteles mexicanos son actualmente un pequeño proveedor del fentanilo callejero, "una vez que lleguen a la producción masiva de fentanilo, si creen que ahora tenemos una crisis de opioides, vamos a tener el equivalente de la peste bubónica", aclaró Vigil.

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Aunque no hay estimaciones de la cantidad de fentanilo que representa el suministro mexicano, parece que los sindicatos criminales solo están calentando. Sus niveles de producción de fentanilo podrían aumentar en los próximos años a medida que pasen de la producción de amapola y heroína a su equivalente sintético. Las incautaciones de fentanilo de este año fiscal por parte de la CBP parecen superar a las del año pasado.

Para gente como Ismael y otros traficantes de personas sin trabajo en esta parte de la frontera, la lógica dictaría que los cárteles empezarían a reclutarlos. Pero los expertos afirman lo contrario.

"La división del trabajo en el mundo criminal está claramente definida", dijo Clark Alfaro. "Los polleros son polleros, los narcos son narcos, y no es común que los traficantes de personas migren al negocio del narcotráfico, aunque podría haber excepciones".

Para Ismael, el futuro no está claro. Dice que ha concluido su vida delictiva y confirma la sabiduría local de que los polleros no se mudan al negocio de las drogas. Dice que quiere centrarse en sus hijos pequeños. Pero mientras hablamos de lo que espera del futuro, acaricia una efigie de metal de la Santa Muerte que cuelga de su cuello y me cuenta que podría traerle buena suerte.

"Ella me ha ayudado en el pasado".