Orishas: “El mundo está tan difícil hoy que hacer un disco que refleje eso es demasiado”
Foto por: Miguel "M.I.G" Martínez. |Cortesía de la banda. 

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Música

Orishas: “El mundo está tan difícil hoy que hacer un disco que refleje eso es demasiado”

Después de siete años de separación, uno de los grupos más importantes del hip hop cubano está de vuelta.

Han pasado ya 20 años desde que París juntó a cuatro cubanos que emigraron a Europa, en principio, para presentarse en un par de festivales representando a la isla; 20 años desde que el paladar del mundo sintiera el sabor crudo del asfalto con un rap de letras punzantes y una mixtura exótica de sones, boleros y rumbas y bembés, algo que sin duda atraería todas las miradas a lo que estaba sucediendo en términos musicales en Cuba.

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1997 fue el año en el que nacería el que es quizás el grupo más prolífico de la isla caribeña, en cuyo historial pocos habían logrado el reconocimiento global. Y no fue la trova de Silvio Rodríguez, ni los himnos del Buena Vista Social Club, o la timba de Los Van Van. La apuesta de Orishas significaba el riesgo de intentar triunfar con un ritmo originalmente gringo en una tierra donde el gringo es el enemigo.

Aún así, Orishas ganó premios Grammy, vendió miles de copias de sus discos y dejó su nombre en la historia de la música cubana; un nombre que aún retumba, con himnos que obligan a agitar las manos y gritar con fuerza frases como “A lo cubano, botella e’ ron, tabaco, habano/ Chicas por doquier, botellas en mano”, o “Vengo de donde hay un río, tabaco y cañaveral/ Donde el sudor del guajiro hace a la tierra soñar”.

Pese al éxito, la banda estuvo en actividad desde 1999 hasta el 2009, donde por decisión unánime, los integrantes se dieron un descanso que duró hasta 2017, año en el que retomaron su actividad. Desde entonces han lanzado algunos adelantos de su nuevo disco como “Cuba isla bella”, “Bembé” y “Sastre de tu amor”.

Apropósito de su regreso, nos sentamos a hablar con Yotuel Romero, una de las cabezas del proyecto, sobre los inicios del hip hop en Cuba, su relación con el tema de la migración en el caótico mundo actual y lo que se viene con el nuevo disco.

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Devolvámonos a 1996, unos años antes de que se formará Orishas. ¿Cómo era la vida de cada uno de los miembros? ¿A qué se dedicaban?

Yutuel Romero: Nosotros somos de tres barrios totalmente diferentes. En el caso de Roldan, viene de un pueblo que se llama Quivicán, que es la parte más campestre en La Habana, yo vengo del Vedado que es un sitio mucho más urbano, ciudad capital, y Ruzzo viene de El Cerro, que es un barrio mucho más underground. Entonces, esas tres combinaciones, cada cual aportando lo que trae y la esencia de su barrio y su vivencia, es lo que hace que Orishas tenga esa mixtisura perfectamente bien equilibrada, logrando un sonido bien urbano, cubano. En el 97 llegamos todos a París por razones diferentes, ese fue el lugar que permitió la unificación de nosotros como componentes de Orishas y desde ahí crear un sonido nuevo del rap que posterior a esto le cambiaría totalmente el rumbo a la historia de la música cubana la y redirigiría sobre otro tipo de influencias musicales como es la que se planteó en el 99 cuando salió el disco A lo cubano.

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Hablabas de que cada uno llegó a París por diferentes razones. ¿Cuál fue la historia de tu llegada?

El motivo de Ruzzo y mío era que nosotros éramos miembros de un grupo que se llamaba Amenaza y ganamos un festival de rap que había en La Habana y el premio era ir a París a trabajar como Amenaza en varios festivales de rap en aquel momento. En esa oportunidad nos presentaron la idea de formar parte de un colectivo que se iba a llamar en un principio Orishas Underground de La Habana y posteriormente este colectivo se termina llamando Orishas.

¿Cómo era crecer en la isla? ¿Qué los inspiraba? ¿Qué tanta música les llegaba de afuera?

Bueno, todo era complicado a la hora de hacer rap. En aquel momento no existía esa figura del género rap y también lo que llegaba venía de América y América era catalogado como el enemigo, entonces era música del enemigo. En este caso Amenaza hizo de esta influencia su sonido y su rap, pero no era nada más que copiar la vestimenta de los americanos y las bases de ellos en el rap de entonces. Hasta que emigramos a París y desde allí pudimos ver con mejor claridad cómo crear un sonido realmente cubano y que se diferenciara del mundo a la hora de mostrar nuestra propuesta. Ahí surge la idea de Orishas de buscar una identidad al rap que se venía haciendo en la isla.

¿Qué pasaba en términos musicales? ¿Qué estaban escuchando ustedes antes de que llegara el rap a Cuba?

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En Cuba no había una radio como la hay en otros países. Ponían un tema de Compay Segundo, uno francés, una canción española. En Cuba ponen todo tipo de música en una misma emisora, tampoco hay muchas emisoras. Entonces, cuando te pones a hacer música en la isla llegas con mucha influencia de varios lugares del mundo.

Yo escuchaba de todo: rockanrol, bolero, rumba, salsa. Siento que el género que más predominaba en Cuba era la música tradicional cubana de los Van Van, música popular bailable.

¿Cómo empieza a llegar el rap a Cuba?

Eso fue en los 90 debido a la emigración de los cubanos que habían viajado y empezaban a enviar los discos y casettes de estos raperos y ahí es donde empieza a tomar influencia.

¿Qué artistas recuerdas que fueron los primeros que te llegaron de hip hop?

Estaba Method Man, Redman, Wu-Tang Clan, Public Enemy, Run DMC, R Kelly,. Llegó también mucho RnB a La Habana, de hecho habían discotecas que eran para pasar solo este tipo de música más americana que además llegaba pirata.

Había momentos que la policía irrumpía y paraba los festivales o los conciertos semi-clandestinos

¿Cómo eran esas fiestas? Teniendo en cuenta que América representaba el enemigo…

Nosotros le decíamos 'La moña' y entre amigos iban cambiando de sitio cada fiesta. La forma de promocionar estas fiestas era de boca en boca, entre amigos. Era clandestino, no era nada oficial.

Ahora que lo dices, en la dictadura Argentina pasaba que a los rockeros que veían con el pelo largo en la calle los encerraban en la cárcel. ¿Algo así sucedió en Cuba con estas fiestas clandestinas? ¿Existía algún tipo de persecución por parte de las autoridades?

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Sí, también sucedió en Cuba puesto que el rap en aquel momento era algo más bien hecho por las clases más marginadas y la vestimenta también era mucho más americana, mucho más copiando a los gringos. Había momentos que la policía irrumpía y paraba los festivales o los conciertos sem-clandestinos o te paraban en la calle por tu vestimenta o te prohibían andar por la calle con turistas que iban contigo de un show a otro.

Recuerdo una canción de Amenaza que decía "Oficial, yo soy moñero, yo no ando en guapería, yo no soy un jinetero", y era un caso que le ocurrió a uno de los raperos de Amenaza que lo estábamos esperando para ir a un show y de repente lo metieron preso porque lo confundieron con un jinetero, que son estos cubanos que intentaban crear una amistad con un extranjero para de esta manera conseguir el recurso para poder comprar una botella de aceite, por ejemplo.

Sin duda pensar en Cuba es remitirse a los boleros, los sones, la descarga, la salsa y el jazz ¿Por qué hacer hip hop y no otro ritmo más popular en la isla?

Porque siempre nos gustó la forma tan distinta de contar lo que sucede en la calle. Era una música que hablaba mucho de la gente de a pie. Era todo mucho más sin procesar, del corazón al micrófono. Sentimiento puro. Pero si te das cuenta la esencia del rap tiene algo que nosotros tenemos en el ritmo guajiro cubano: En el freestyle hay una secuencia repetida con alguien que va improvisando, nosotros tenemos un loop de guitarra y una gente que va declamando verso y con rima, entonces eso también es rap.

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Luego vimos que la rumba callejera cubana es una rumba de solar sin recursos, y caímos en cuenta que el rap no está tan lejos de la música cubana y lo que hicimos fue intentar traducir esos beats, esa musicalidad más gringa y aportarle todo lo que es la raíz de la guitarra, el tres cubano, el contrapunteo, el son, el bembé, el guaguancó y nos dimos cuenta que estábamos creando un estilo nuevo, una forma nueva de proyectar la música cubana.

Hablando de Amenaza, uno de los grupos pioneros del rap en Cuba, las letras se sienten un poco contestatarias. ¿Qué tanto conservan de eso hoy en día?

Mira, hoy en día todo ha cambiado. La situación del mundo ha cambiado, la situación de Orishas ha cambiado, las experiencias que tenemos han cambiado. Creo que es difícil intentar cantar sobre las cosas que tú no vives cuando realmente haces hip hop. Más allá de eso nosotros siempre hemos intentado mantener una coherencia con las cosas. No es que la vida nos haya cambiado, pero sí estamos agradecidos que el trabajo que hemos hecho y lo que hemos logrado. Gracias a Orishas yo he tenido una vida mejor, le he podido dar a mi hijo una vida mejor, a mi madre en Cuba una vida mejor.

Estaría mintiéndome a mí mismo si pienso en canciones contestatarias solamente por ser cool y decir "ahora voy a hablar de esto que de repente no estoy viviendo ni estoy sintiendo". Por supuesto las canciones nuevas del disco nuevo como "Cuba isla bella", "Bembé", son totalmente diferentes al discurso con el que salimos en el 99 con A lo cubano, con la rebeldía y todo lo que habíamos vivido en Cuba.

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¿Qué crees que sería de Orishas en este momento sí nunca hubieran abandonado Cuba? ¿De qué tratarían sus letras?

Primero, hubiéramos evolucionado totalmente diferente porque la lejanía te hace extrañar más tu tierra y la lejanía te hace mucho más nacional. Y de otras facetas, no sé el curso de la historia dónde nos hubiera puesto. Nuestras letras hubieran tratado de lo mismo que trató A lo cubano: del barrio, la calle, la sociedad, el país, la situación en general de la isla y también con ese toque de humor, de buenas letras que siempre ha contemplado Orishas.

Yo creo que nadie sabe la necesidad que tiene una persona de migrar hasta que se siente en la piel del emigrante.

Como cubanos migrantes en Europa desde hace ya un buen tiempo, ¿cómo perciben ese tema en la actualidad, con la situación de los africanos en Europa, los venezolanos, un Trump en el poder? ¿Cómo eso ha repercutido en el inmigrante latino?

Mira, la migración ahora mismo en Europa es un proceso difícil y duro puesto que hay muchos países que están colaborando y otros que no. Yo creo que nadie sabe la necesidad que tiene una persona de migrar hasta que se siente en la piel del emigrante. Por eso es muy difícil que la gente entienda que esas personas huyen de sus países con tanto temor, que la única opción que tienen es dejarlo todo y empezar una vida nueva. Y también entiendo que hay gran parte de esas personas que migran que no se integran y lo que hacen es crear problemas y dañar la imagen de muchos emigrantes que huyen por una razón y una necesidad bastante dura.

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Nosotros estamos muy contentos por lo que ha hecho Europa con nosotros como Orishas, porque nos ha dado la posibilidad de ayudar a nuestra familia con nuestra música. Ahora, vienen todas estas cosas de nuevos emigrantes buscando apoyo y yo soy el primero en estar de acuerdo que suceda, porque yo fui uno de ellos que llegó pidiendo que me ayudaran a poder realizar mi vida en España, como lo hice con Orishas. Y por otro lado está el hecho que es ayudar al humano, sin importar raza, color de piel, o sexo.

En este momento en el que el mundo está cambiando tanto y se siente un ambiente de caos continuo ¿Sienten que la música debería contemplar el tema político y el estado actual del mundo o debería distanciarse y hablar de otras cosas?

Ese es un punto lindo de hablarlo y debatirlo porque está tan difícil el mundo hoy en día, están tan difícil las noticias, está tan duro todo lo que estamos consumiendo a diario que hacer un disco que también refleje todo eso es como too much. Imagínate que llegas a tu casa, prendes la televisión y ves crímenes, pones la radio y lo mismo, te manda una foto un amigo en Instagram donde decapitan a un periodista en Afganistan. Todo eso lo estás viviendo, y de pronto te sientas en tu casa a descansar, pones el disco de Orishas y te estoy diciendo también "veo como decapitan gente, y la bomba nuclear…". ¡Termino loco! Y de paso te vuelvo loco. Yo creo que la música debe aislarse de tanto salvajismo que hay y reconducirte a un estado donde te puedas relajar, donde puedas escuchar historias bonitas y puedas darle a tu mente otra sensación. Yo creo en el poder de la música de distanciarte de los problemas o acercarte a los problemas. Si ya los problemas están tan cerca, yo no quisiera que eso esté en un disco de Orishas. Yo quisiera un disco que te haga soñar en otro universo, viajar a otra dimensión, vivir otras sensaciones, porque ya las que estamos viviendo hoy en día son bastante duras, no hace falta ponerle más fuego a la leña.

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En sus inicios podría decirse que eran una banda muy contestataria, ¿Cuál es la revolución de Orishas hoy en día?

La revolución de Orishas es una revolución musical, de volver a ser auténticos, volver a un sonido nuestro que pueda defender un sello propio de rap cubano con historias que hoy se contemplan de una forma diferente. Ser contestatario no es ponerse una camisa y decir "estoy en contra de todo", prefiero infiltrar buena música a aislar mi música Prefiero infectar a los chamaquitos que consumen música actual, con música mía. Lo que estamos queriendo es entrar en la música que consume la juventud, pero infectarla con buena calidad.

La música debe aislarse de tanto salvajismo

Hace 20 años, lo que ustedes hacían se consideraba música urbana y hoy en día ese género es otra cosa. ¿Cuál es tu visión de esa música urbana en la actualidad?

Hoy en día la música urbana tiene mucha cosa negativa porque la juventud se puede dejar influenciar muy fácilmente de lo que está sonando y en ese sentido las aspiraciones que pueden llegar a tener no necesariamente van a ser positivas en relación con como ven a sus ídolos. Entonces, lo que se trata no es de luchar contra ese género urbano, al contrario, es reconducir ese género a otra sonoridad, reconducir la masa, meterte y desde ahí infectar a la masa para que empiece a contaminarse con tu música, con otro concepto. Pero para llegar a eso tienes que entrar y ahí está la dificultad y la grandeza de poderlo hacer como Orishas. Es como cuando llegó la salsa, que era una cosa buenísima y luego llegó la salsa erótica que no era tan musicalmente bien lograda pero sí estaba arrasando con la juventud y Rubén Bládes se metió como un virus y sacó "Pedro Navaja", canciones que te hacían bailar, pero al tiempo te mandaban un mensaje. Eso es lo que quiere hacer Orishas.

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¿Qué pasó entre 2009 y 2017, durante la disolución de la banda? ¿A qué se dedicaron todos?

La ruptura fue de mutuo acuerdo y cada cual emprendió su carrera como solista. En mi caso estuve más en la parte de la producción musical y empecé a componer canciones para artistas como Ricky Martin, Chayanne, Diego Torres. Eso me fue ayudando a vivir durante esa separación y a enfocarme en el behind de los artistas. Roldán por su lado también hacía lo suyo, pero en los siete años de separación que tuvimos, no hubo ninguna carrera individual que estallara. Tal vez lo más destacado fue lo mío en la producción, donde además logré hacer un buen trato con Sony y les dije que quería hacer un sello propio para firmar artistas que me gustaran pero con otra proyección artística. Viajé a Cuba a buscar estos nuevos artistas que quería en mi sello que se llama Chancleta Records y bueno, estando en la Habana me di cuenta que lo que realmente estaba buscando era Orishas, era mi propia banda. Ahí fue que llamé a Roldán y a Ruzzo y les dije: “vamos a tirar de nuevo, con lo nuestro, pero esta vez va a estar dirigido desde un sello pequeño, y vamos a intentar tomar de nuevo las armas y salir de nuevo a la lucha”, y es lo que estamos haciendo.

¿Sientes que hoy en día es más fácil salir de la isla con la música o es el mismo caso que se vivió con ustedes hace 20 años?

Ahora mismo es una broma salir de la isla, es muy fácil. Con Orishas fue duro y el tiempo en que nosotros sacamos nuestra música fue muy complicado hacerlo cantando rap, llegar a París con una propuesta totalmente cubana era una locura. Nosotros hicimos una locura que gracias a Dios salió bien. La historia se escribe con locura por eso es que ningún artista de los que están hoy en día siento que van a lograr hacer historia en la música cubana: porque no se han vuelto locos como nosotros.

¿Qué sigue en este regreso? ¿Cuáles son los planes ahora? ¿Cuál va a ser el concepto del disco?

En el disco hay un tema que se llama "Mariel" que habla de ese problema grande que hubo entre Cuba y Estados Unidos en los 80. Se habla desde el amor, metiendo la política y la situación humana que ocurrió y que fue una historia que sufrí en carne propia con mi padre y mi madre. Tenemos un tema que se llama "América", con Lila Downs, una canción espectacular que habla de todo esto que se está sufriendo en Estados Unidos. Otro tema que es "Habana 57", y es un bolero que habla de un encuentro entre ese volver atrás en la música. Está "Caribe", que habla de dónde venimos, nuestras costumbres, nuestras raíces, nuestra riqueza. Hay un tema con Silvestre Dangond que se llama "Donde nací", que habla de regresar a la tierra de uno, esa mujer que nunca te olvida, esa manos que siempre te abrazan en los momentos más tristes, en tu barrio, en tu raíz, en tu pueblo. Creo que el disco está espectacular y que es el mejor disco de Orishas. Sale a finales de abril, pero estamos muy orgullosos porque creo que realmente hemos podido plasmar en este disco los años de trabajo en cuanto a crearnos un sonido, una calidad en las letras, y creo que va a ser un oasis en este desierto que hay en la música urbana latina.

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Orishas se presentará el sábado 17 de febrero en el Jamming Festival, el evento más grande de la cultura reggae y hip hop de Colombia. Más información del Festival por aquí.