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Descubre por qué el racimo de uvas cuesta 28 dólares en el norte de Canadá

Las uvas cuestan entre 26 y 28 dólares el racimo, un paquete de bacon sale por 26, y, por si fuera poco, un nuevo estudio concluye, que el número de hogares a los que les preocupa quedarse sin comida ha aumentado dramáticamente en el norte del país.
Grapes at a Nunavut store in January. (Photo via Facebook)
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A Niore Iqalukjuak, un par de bolsas de comestibles adquiridas en el Polo Norte canadiense le cuestan la friolera de 300 dólares.

"Esta mañana he intentado comprar beicon, pero lo he devuelto porque no me apetecía pagar 26 dólares para cuatro lonchas", afirma este esquimal de la región de Nunavut que reside en Clyde River en declaraciones a VICE News.

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Claro que no es solo el beicon lo que te sale por un ojo de la cara. Las uvas, por ejemplo, salen a razón de entre 26 y 28 dólares por racimo o por poco más de medio kilo.

Nada que ver con lo que se paga en el centro de Toronto, por ejemplo, una ciudad que está casi 3.000 kilómetros más al sur. Allí un racimo de uvas cuesta entre 4 y 5 dólares, mientras que un paquete de beicon no sale por más de 6 dólares.

La comida nunca ha sido barata en las comunidades del norte de Canadá, como Clyde River, donde los alimentos perecederos como la fruta o las verduras necesitan ser transportados en avión. Sin embargo, últimamente las cosas se están complicando.

"Todo se ha encarecido mucho, qué duda cabe", relata Iqalikjuak a VICE News.

El reciente encarecimiento de los precios parece explicarse por una caída del precio del dólar y por las malas cosechas que han golpeado al sur de Estados Unidos, que este año ha sido castigado por severas sequías y por heladas igualmente contundentes. De allí procede una parte considerable de los alimentos que se consumen en Canadá durante los meses de invierno.

"Hemos peleado para equipararnos al resto de Canadá a la hora de conseguir comida y otros bienes, pero parece que existe una frontera invisible en algún lugar, un punto que una vez rebasas, duplica o triplica el precio de los alimentos", comenta Iqalukjuak.

Un nuevo estudio publicado por la universidad de Toronto, una iniciativa financiada por el Instituto Canadiense de Investigación en Salud, también confirma que la cosa está cada vez peor. "La incertidumbre alimenticia fue constante en el territorio Norte de Canadá, especialmente entre el Nunavut y entre las provincias marítimas, durante el año 2014. Tanto entre las comunidades del Nunavut como en los territorios del noroeste, la tendencia se ha disparado hasta las cotas más altas desde que empezamos a monitorizar la situación en 2005 — han subido un 46,8 por ciento en el Nunavut, y un 24,1 por ciento en el Norte.

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El estudio concluye que entre 2013 y 2014 el 60 por ciento de los niños del Nunavut vivían "en hogares donde la alimentación es inestable — una definición que oscila entre los hogares donde a la gente le asusta la posibilidad de quedarse sin comida, a aquellos hogares donde sus residentes pasan días sin ingerir ningún alimento.

Imagen vía Facebook

Los niños que pasan hambre tienen más posibilidades de contraer asma o depresión, relata el estudio. Mientras que entre los adultos se dispara la vulnerabilidad de su salud física y mental, de modo que tienen más posibilidades de padecer depresiones, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Las cifras son tan negativas que uno de los autores del estudio apunta a que no estaría fuera de lugar declarar el estado de emergencia en la zona, lo cual provocaría la intervención y la asistencia del gobierno a instancia territorial y federal.

En Clyde River, hasta no hace mucho tiempo, existió un banco de comida destinado a alimentar a aquellos vecinos sin recursos para costearse los astronómicos precios. Sin embargo, la falta de financiación ha provocado que a día de hoy el banco esté vacío, comenta Iqalukjuak. De tal manera, cuando la situación se vuelve muy desesperada los más castigados acuden a la radio para preguntar a sus vecinos si tienen sobras. La mayoría de las veces, la gente da comida para los más necesitados.

"Es parte de la vida aquí, no es algo que sea fuera de lo común", explica a VICE News. "A veces tener un techo bajo el que dormir es más importante que alimentarte".

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La principal autora del estudio ha hecho un llamamiento para que se tomen las medidas políticas necesarias.

The study's lead author called for concerted policy action.

'A veces tener un techo bajo el que dormir es más importante que alimentarte'.

"No hemos observado ninguna disminución sustancial en los índices de todo el país durante los dos últimos años, a pesar de las estrategias de reducción de la pobreza que se han llevado a cabo en varias provincias", ha relatado la principal autora del estudio, Valerie Tarasuk en una nota de prensa, según informa la emisora CBC.

Iqalukjuak, que había sido alcalde de la bahía del Ártico durante la época en que el gobierno anterior anunció que combatiría el problema, asegura que la estrategia del gobierno conservador nunca funcionó.

"Existe el llamado Programa Nutricional del Norte, un sistema en virtud del cual el antiguo gobierno cambió el llamado programa de envío de comida. En su lugar, este nuevo programa pretendía reducir el coste de la comida nutritiva", cuenta. "Sin embargo, por alguna razón, el plan del ejecutivo no ha funcionado, puesto que el gobierno se dedica a pagar a las tiendas y luego las tiendas pueden decidir, de manera discrecional, el precio de la comida. De manera que algo tiene que cambiar".

Claro que tampoco se le ocurre ningún apaño para salir del paso que proponerles a los legisladores. "No existen soluciones fáciles", concluye.

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