Ruidosa desmonta con números el mito de la igualdad de géneros en los festivales
Girl Ultra. Foto tomada del Facebook Oficial de Nrmal.

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Música

Ruidosa desmonta con números el mito de la igualdad de géneros en los festivales

La plataforma feminista hizo un análisis documentado de la problemática de la representación femenina en los festivales masivos de Latinoamérica.

Con tres ediciones hasta la fecha –dos en Santiago y una en Ciudad de MéxicoRuidosa se ha convertido en una iniciativa poderosa para combatir la desigualdad de género desde el terreno de la música y las artes. Además de ser un evento musical que reúne a grandes talentos femeninos de la música latina contemporánea, incluyendo artistas, representantes de sellos, festivales, promotoras y medios, Ruidosa es una plataforma de conversación y una red de activistas orientada a cambiar las reglas de las dinámicas de género que se han cementado en toda la estructura de la industria musical, como primera capa, y en general en las sociedades que conforman la región de Latinoamérica. Ruidosa fue fundada por la artista chileno-americana Francisca Valenzuela, quien utiliza el privilegio de su popularidad ganada a pulso en una carrera exitosa y fructífera de más de 10 años para amplificar las ideas y proyectos que comparte con personas con mentalidad afín a la suya, para construir juntas un feminismo plural y desmitificado sobre la base de la igualdad de oportunidades. Cada uno de sus eventos ha tenido a la mujer latina, en sus diferentes facetas e identidades, como protagonista, convirtiéndose en lugares seguros para compartir sus experiencias. Este mes de septiembre, Ruidosa da un paso más en su labor con el lanzamiento de su plataforma web Somos Ruidosa. A través de artículos editoriales, entrevistas, contenido editorial y, sobretodo, colaboración, la página se asegurará de mantener la conversación abierta permanentemente, más allá de los espacios del festival. Somos Ruidosa se estrenó con un análisis hecho por Natalia Suazo (mejor conocida por su alias artístico Natisú) y Martina Piña, titulado "¿Cuántas mujeres tocan en festivales latinoamericanos hoy?", a través del cual se expone la problemática de desequilibrio de género que ha existido en la programación los festivales musicales masivos de la región, tomando como muestra los carteles del 2016 y 2017 de algunos de los eventos más importantes en México, Argentina, Chile, Colombia y Estados Unidos. Este desbalance entre la cantidad de mujeres y hombres representados en los lineups regionales no es algo nuevo. En marzo de este año, Maza expuso la situación específicamente en México en el artículo "¡Vamos al Vive Machito!", para Me Hace Ruido, en el que desglosa los números alarmantes de artistas femeninas en los carteles recientes de los festivales más prominentes del país –complementado por "Chichis pa' la banda", una reflexión sobre los comportamientos intrínsecamente machistas que viven las mujeres como público en los eventos de música. Más adelante, en mayo, el comunicador visual Daniel Carbajal hizo el ejercicio visual de mostrar los carteles de las últimas ediciones de los festivales Corona Capital, Bravo, Hellow y Marvin mostrando solo los actos de mujeres solistas o bandas con integrantes femeninas, resultando en una prueba ilustrativa irrevocable de las parcialización de los organizadores hacia los artistas masculinos en sus eventos. Este fenómeno está lejos de ser exclusivamente latinoamericano. Así lo comprueba el estudio que hizo Pitchfork en su nota "¿Los lineups de los festivales de música están empeorando?", hecho por Rob Mitchum y Diego García-Olano, donde, entre otras cosas, muestran cifras nada alentadoras sobre la representación femenina (y no binaria) en colosos como Coachella, Lollapalooza, FYF y Bonnaroo –complementándolo con una herramienta de visualización.
Entre los hallazgos de Suazo y Piña, usando los datos de la muestra y categorización seleccionadas, se destaca a Argentina como el país con menos representación de actos de mujeres y mixtos en sus festivales entre enero y julio del 2017, con apenas un 13,2% del total. Por el contrario, Estados Unidos posee un balance más positivo, pero también preocupante, con un 33,3%. En este mismo período, el festival argentino Cosquín Rock se encuentra en el fondo de la lista en cuanto a mujeres solistas y bandas mixtas incluidas en su programación, con un escaso 10,9%. El Festival Nrmal ha sido este año el que ha logrado una representación más equitativa en toda la región, con un 47,5%, porcentaje que, como indican sus autoras, se acerca más a la distribución de hombres y mujeres de la población mundial, y refleja el compromiso activo de su organización con la igualdad de género en sus eventos. También en el extremo positivo de la inclusión femenina están Rec (40%) y Rockódromo (35,3%), ambos en Chile, el Ruido Fest (33,3%), en Estados Unidos, y Rock al Parque (29,2%), en Colombia. Pero cuando se trata de mujeres solistas programadas en los carteles de estos festivales, los números se tornan aún más oscuros. El artículo enfatiza el hecho de que en el Personal Fest Verano en Argentina ni en el Fauna Otoño en Chile hubo una sola solista en sus respectivos lineups. Nuevamente el Nrmal encabeza la lista de participación en este rubro con un 25,7% –más de la mitad del total de actos femeninos que se presentaron. Uno de los medidores más importantes que presentan Suazo y Piña es la comparación entre la proporción de participación entre hombres y mujeres (incluyendo actos mixtos) en los años 2016 y 2017. A pesar de que en 2017 mejoró marginalmente el porcentaje de mujeres y actos mixtos incluidos en los festivales estudiados, el porcentaje de solistas masculinos y bandas de solo hombres no solo sigue siendo superior, sino que ha aumentado este año en relación al pasado, lo que muestra la poca voluntad de los promotores de ayudar a resolver los problemas de género a nivel estructural que cada vez son más evidentes en la industria musical. Desde el privilegio de ser un hombre cisgénero, este servidor no está en la posición de opinar desde el punto de vista de las mujeres ni de hablar en su representación. Pero partiendo desde la búsqueda de una sociedad más justa y empática, es imprescindible que el talento femenino esté representado equitativamente en los festivales masivos, en especial en Latinoamérica, que es una sociedad intrínsecamente machista. Desde el punto de vista de las artistas, un espacio de cultura como un festival no puede seguir siendo un escenario más de opresión de género en una industria infiltrada en su totalidad con estas prácticas, sino una celebración equilibrada y libre de prejuicios del talento. Y desde el punto de vista del público, es necesario que esa gran parte de asistentes mujeres vean reflejadas sus voces, historias y experiencias en los escenarios, no solamente para hacer una conexión, sino para encontrar en ellas inspiración e identificación. Algodón Egipcio está en Twitter

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