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Salud

Necesito dejar las drogas para la calvicie antes de que me maten

Trece años luchando contra la calvicie han pasado factura.
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Ilustraciones de Ashley Goodall

Artículo publicado originalmente por VICE Australia.

Estaba en secundaria cuando comencé a quedarme calvo. Recuerdo pasar el rato en la cancha de deportes, recostado sobre mi estómago, cuando alguien que estaba parado mirándome me dijo: "Oye, ¿qué pasa con tu cabello? Tienes un espacio sin pelo".

Y así como así, tenía el equivalente cabelludo a un trastorno alimenticio. De ahí en adelante dejaba de prestar atención en las conversaciones para revisar las líneas capilares de mis amigos. Desarrollé una sensibilidad como la de un murciélago hacia cualquiera que se me acercara por detrás o que estuviera sobre mí. Y gastaba horas en el baño de mis padres, usando un espejo de mano para examinar a fondo ese pequeño y miserable parche que estaba sobre mi cabeza. Me volví obsesivo, enojado, y obstinado en intentar todo tipo de medicamento para la pérdida del cabello que existiese en este universo, sin importar lo que me costara.

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Una semana después estaba cotizando farmacéuticos para todo un año por el valor de 4.000 dólares en la clínica capilar Ashley and Martin. En ese entonces tenía 17 años y estaba terminando la escuela, y no tenía nada de dinero. Pero el año siguiente aplacé la universidad para poder lavar platos en un restaurante y ahorrar para medicinas. Esto me llevó a junio de 2005, cuando pagué por un ciclo diario de un miligramo de un inhibidor de hormonas llamado finasterida, terminado con un mililitro de un estimulante cabelludo llamado minoxidil, el cual untaba en mi cuero cabelludo por las mañanas y por las noches.

Ahora tengo 31 años. He dejado el minoxidil, pero he usado finasterida por 13 años, la cual, al parecer, ha vuelto mis ojos amarillos y ha creado un dolor misteriosos en mi ingle. Muchos doctores y una variedad de exámenes han declarado el dolor como "desconocido", pero se intensifica 20 minutos después de cada dosis y dura unas pocas horas, antes de desaparecer hasta la siguiente dosis. Los doctores sospechan que es la finasterida, pero mi elección está entre eso y la calvicie, así que sigo tomando las pastillas. Y de hecho, soy uno de los suertudos.

Busca en Google "Síndrome Post-Finasterida (SPF)" y encontrarás historias de terror. Historias de jóvenes que tomaron la droga por pocas semanas y todavía, años después, no pueden obtener una erección. Otros describen una aparentemente irreversible "laguna mental", con períodos largos de una depresión catatónica. Y luego están los suicidios de los cuales, según la Organización Mundial de la Salud, 55 casos se han atribuido a la finasterida a nivel mundial.

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Pero en mi experiencia, la finasterida es el único químico que funciona. El otro, minoxidil (vendido como Regaine), les sirve a muchas personas, pero a mí no. Y esas son todas las opciones no-quirúrgicas. Para 2018, el mundo solo tenía dos drogas certificadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para revertir la caída del cabello, y ambas drogas son martillazos comparados con lo que debería ser una operación delicada y precisa.

Así que estoy enojado. Estoy enojado con la pérdida de cabello, y estoy enojado con el ritmo glaciar del avance médico, y estoy enojado con el prospecto de verme como mi abuelo materno, quien en mi opinión se veía como un pulgar. Pero no puedo seguir así, así que decidí salir de las drogas y escribir sobre lo que he aprendido. Sobre la pérdida de cabello, y la vanidad.

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Los restos de lo que era antes un oscuro e impresionante bosque.

Tanto los hombres como las mujeres experimentan la calvicie. Cerca del 16 por ciento de los hombres experimentan pérdida extensiva de cabello para la edad de 29. Para los 49 años, ese número se incrementa al 53 por ciento. Para las mujeres, la pérdida severa de cabello es experimentada por cerca del tres al 13 por ciento de la población para cuando tienen 40 años.

En ambos casos, la pérdida de cabello sucede cuando los folículos capilares se ponen cada vez más pequeños hasta que dejan de surgir por completo. El proceso se llama "miniaturización" y el catalizador responsable es un esteroide sexual y hormona llamada dihidrotestosterona (DHT), que se convierte en el cuerpo gracias a la testosterona.

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Ahora, el cuerpo humano está lleno de células que se unen y responden a esteroides sexuales. La mayoría de ellos se encuentran en glándulas y órganos asociados con la reproducción, pero por alguna razón, hay un montón de receptores agrupados alrededor de las células cabelludas. Entonces, aunque la DHT está flotando alrededor del cuerpo de un tipo y estimulando el crecimiento del cabello del pecho y la próstata, también se junta con el cabello de la cabeza y le ordena a los folículos que se encojan.

La DHT es la culpable de la pérdida hereditaria de cabello tanto en hombres como en mujeres, aunque los hombres tienen muchísima más cantidad de ella. Así que al interferir con la producción de DHT, los farmacéuticos descubrieron que podían frenar la calvicie en hombres, y en algunos casos, de hecho podían volver a hacer crecer el cabello, así fue como surgió la finasterida.

En 1992, la sección de negocios del New York Times publicó un artículo titulado "Keeping the Pipeline Filled at Merck". A lo que se refiere el titular es a la forma en que los gigantes farmacéuticos —de la misma manera que las compañías tecnológicas y los estudios cinematográficos— compiten para crear el próximo gran invento. Y en su momento, la compañía estadounidense Merck estaba ganando la aprobación de la FDA en lo que esperaban que fuera un éxito taquillero.

La finasterida fue diseñada originalmente para tratar una condición llamada Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP), que es la hinchazón de la próstata en hombres mayores. Si has notado que los hombres viejos orinan bastante, es porque tienen HBP y sus próstatas están aprisionadas contra sus vejigas. Se comprobó que la finasterida encogía la próstata al reducir el DHT del cuerpo. Pero lo que no habían anticipado los investigadores de Merck era su efecto en el cabello: cuando los pacientes con HBP le empezaron a decir a sus doctores que les estaba creciendo el cabello de forma milagrosa, los estrategas de Merck se dieron cuenta de que habían logrado el equivalente farmacéutico a inventar el iPhone accidentalmente.

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La compañía obtuvo la aprobación de la FDA para vender finasterida para la pérdida del cabello en 1997 bajo el nombre de Propecia, y de repente, millones de hombres empezaron a reducir artificialmente sus niveles de DHT. Y así emergieron las primeras señales de problemas.

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Quienes sufren de Síndrome Post-Finasteride dicen que viven en una laguna permanente.

Martin* tenía 22 años cuando un doctor en Brisbane le recetó finasterida para la pérdida de cabello. "Estaba extremadamente paranoico de mí mismo así que dije 'A la mierda', y empecé a tomar Propecia", explica vía correo electrónico. "Para la época estaba a punto de finalizar mis estudios como periodista y tenía en mira unas prácticas con el equipo deportivo de The Australian".

Martin dice que había estado usando la droga por cerca de dos semanas y ya iba a comenzar las prácticas cuando se comenzó a sentir mareado y cansado. Volvió a visitar a su doctor, quien le dijo que dejara de usar la droga, y en un comienzo los síntomas se disiparon.

"Después de una semana, experimenté lo que quienes sufren de Síndrome Post-Finasteride conocen como 'el desplome'. Imagina tu peor resaca", dice, "combinada con pérdida absoluta de la función sexual, depresión, e ideación suicida por cada uno de los segundos de tu vida. Solo puedo describirlo como un infierno inimaginable".

Martin dice que a duras penas pudo salir de la cama por los siguientes nueve meses. Canceló las prácticas y luchó constantemente contra el deseo de suicidarse. "Luego, después de nueve meses, las cosas mejoraron, al punto que ya puedo funcionar a un nivel básico. Pero la vida es absolutamente terrible comparada a lo que era antes".

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Martin ahora tiene 27 años. Se describe a sí mismo como "un ser humano apenas funcional", y dice que ha intentado la sustitución hormonal y también una cantidad de dietas variadas y regímenes de ejercicios. "Hoy, me mantengo en un trabajo y me las arreglo", dice. "Pero para ser honesto, la vida es una mierda".

La experiencia de Martin con el Síndrome Post-Finasterida es común, aunque hay investigadores que todavía no coinciden con su mecanismo o incidencia exacta. Un estudio de 11.909 hombres en finasterida encontró que 167 de ellos (1,4 por ciento) desarrollaron problemas persistentes para obtener o mantener una erección. La mayoría de los hombres pueden tomar la droga con unos cuantos efectos secundarios, mientras que para otros es devastador, permanente, e incurable. Como afirma el Dr. John Santmann, CEO de la Fundación para el Síndrome Post-Finasterida , "de los más de 1.000 pacientes con SPF que contactamos en nuestra fundación y buscaban desesperadamente ayuda, 12 sentían que el suicidio era el único escape a los horrores de esta enfermedad, y finalmente se quitaron la vida".

El 9 de abril de 2018, Merck aceptó reunirse con un comité de acusadores pertenecientes a 562 casos, todos demandando por daños causados por tomar finasterida, pero el Dr. Santmann dice que eso no es suficiente. "Nos gustaría ver que sacaran esta droga del mercado inmediatamente", dice. "Para prevenir que miles de hombres más tengan sus vidas devastadas".

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Y aún así, yo sigo tomándola.

Mi problema con la calvicie es que creo que se ve patética. A través de mi mirada de auto-aversión, creo que la calvicie hace que los hombres se vean viejos, agresivos, y vulnerables de forma extraña. Está esta protuberancia infantil de los hombres sin cabello, como si se estuvieran abriendo camino por la vida, fallando para saltar en los aros, y sin tener sexo nunca. Sé que esto es pura mierda, pero es lo que veo cuando me miro en el espejo y me imagino en cinco años.

Quedarse calvo es como envejecer a velocidad extrema. Uno puede ver fotos de seis meses antes y ver cómo el cabello estaba notablemente más grueso. Uno puede ver los pelos individuales y observar cómo las puntas son más gruesas que los folículos, indicando cómo se han marchitado desde el último corte de cabello. Y uno puede encontrar cabellos sueltos sobre la almohada, escritorio, computador, cocina, camiseta, lavabo, y básicamente en cualquier superficie plana y producto alimenticio, todo indicando que cada minuto de cada día, uno está perdiendo la batalla.

Los científicos ni siquiera saben por qué nos quedamos calvos. Algunas especies de primates pierden su cabello como los humanos, así que aparentemente está bastante incrustado en nuestro ADN. Pero la calvicie probablemente no es el indicador de atracción que creemos que es. Ciertamente, si fuera la manera en que la evolución debilita a los hombres poco atractivos, habría sido eliminada de los genes hace un milenio.

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Una teoría interesante sugiere que la calvicie es un indicador de salud. Investigaciones han identificado una conexión entre la pérdida de cabello y las enfermedades cardiovasculares, incluyendo un estudio reciente en India que encontró que los hombres calvos eran 5,6 veces más propensos a sufrir de enfermedades del corazón. Otro estudio encontró que los hombres con puntos calvos en sus coronas son 1,5 veces más propensos de contraer cáncer de próstata agresivo que quienes no los tienen.

Entonces, por un lado, es una cagada que mis expectativas de salud a largo plazo estén siendo difundidas para todos los que tienen ojos, pero tal vez la calvicie tiene un lado positivo. Porque como el Dr. Charles J. Ryan escribe en su libro sobre la testosterona, The Virility Paradox, "La calvicie no es una enfermedad y ni siquiera un problema médico per se, sino que parece ser una alerta temprana de que otros problemas podrían surgir en el futuro".

Con consejos como ese, no pensaré dos veces en cuidar de mi salud. Pero como ya mencioné, no lo hago.

***

A comienzo del año pasado decidí dejar la finasterida, entonces comencé a buscar drogas que detendrían que la DHT se juntara con mi cabello, mientras ojalá, tal vez, dejaban el resto de mi cuerpo sin afecciones. Esta probó ser una búsqueda infructuosa, pero encontré un mundo de drogas experimentales y logré gastar miles de dólares en el proceso.

Verás, las ventas de medicamentos en línea se han propagado más allá de los simples narcóticos, y ahora uno puede comprar lo que sea. Esto significa que los hombres que se están quedando calvos hoy en día, ya no están limitados a las drogas con aprobación de la FDA, sino que pueden acceder a un verdadero cementerio de estimulantes del cabello fallidos y abortados, muchos de los cuales nunca pasaron las pruebas en animales.

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Toma, por ejemplo, una pequeña droga llamada RU58841. Como la finasterida, la cosa funciona al interferir con la producción corporal y la absorción de DHT, pero con una semimedia significativamente más corta. El químico fue desarrollado en 1980 como una droga abortiva de la compañía francesa Roussel Uclaf, pero la patente fue abandonada durante una fusión corporativa en los 90, para ser rescatada de nuevo por la compañía escocesa ProStrakan, quienes la dejaron de nuevo a mediados de los 2000. Así que ahora hay laboratorios en China que sintetizan RU58841 y la venden a distribuidores como the Kane Shop, quienes la venden a los clientes con "fines investigativos únicamente". Luego idiotas como yo la frotamos en nuestros cueros cabelludos y esperamos lo mejor.

Había estado usando RU58841 por cerca de una semana antes de que me diera cuenta de que estaba poniendo mis ojos rojos y afectando mi sueño. Y como si fuera poco, el dolor en mi ingle se volvió el doble de intenso que lo usual, así que dejé la RU58841 y compré algo llamado CB-03-01. Pero esa cosa se sentía un poco como sujetar una batería de nueve voltios en mis bolas, así que cambié a fluridil, y luego a flutamida, ambas aumentaron el dolor en la próstata y me hicieron preocupar por el cáncer básicamente 24/7. Así que ahora tengo casi 2.000 dólares en químicos de investigación en mi congelador, y volví a la finasterida, sin tener más ideas.

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Y ya que estamos hablando del tema, déjame decir que todas esas vitaminas y suplementos minerales de Chemist Warehouse no sirven para nada. Intenté hacer mega dosis con todos, incluyendo extracto de serenoa, que muchos idiotas en foros de Internet promocionan como la finasterida de la naturaleza. Tomé 15 cápsulas al día por seis meses y no logré nada aparte de eructos extraños.

¿Y las clínicas capilares? Bueno, solo fui a Ashley and Martin, pero describiría su servicio como exorbitantemente costoso, asquerosamente sobrevalorado, y entregado con el estilo de toque de carro usado que le hace sentir a uno que le están mintiendo constantemente de una forma que no puede medir. Ashley and Martin me puso en un ciclo de finasterida y minoxidil, ambas disponibles de parte de un médico general por menos de 100 dólares. Pero ellos cobraban cerca de 10.000 dólares a lo largo de tres años e insistían en débito directo, mientras que apenas explicaban lo que estaban prescribiendo o por qué. Así que si estás considerando las clínicas, no lo hagas.

***

Sé que las cosas no pueden seguir así. Sería una ironía terrible perder mi cabello a causa de la quimioterapia, tratando un cáncer de próstata que incubé gracias a evitar la pérdida de cabello. Pero no estoy deseando volverme obsesivo de nuevo. Y realmente, para eso es para lo que ha servido toda la finasterida—un interruptor de circuito para el bucle de retroalimentación mental sobre la calvicie: me estoy quedando calvo, no quiero quedarme calvo, me estoy quedando calvo, no quiero quedarme calvo, me estoy quedando calvo, no quiero quedarme calvo, me estoy quedando calvo, no quiero quedarme calvo, me estoy quedando calvo, no quiero quedarme calvo, etc.

Pero aún así, hay esperanza para el futuro. El dermatólogo Dr. Rodney Sinclair cree que la pérdida de cabello cada vez es más una elección, siempre y cuando uno esté dispuesto a mezclar y emparejar los suficientes remedios, incluyendo los trasplantes de cabello quirúrgicos. También insiste que los medicamentos para la pérdida de cabello sólo van a mejorar, una vez los científicos descubran una forma de capitalizar la proclividad por rejuvenecimiento del cabello. "El folículo capilar es el único órgano en el cuerpo que queda completamente destruido cada vez que es arrancado", me dijo. "Pero luego puede regenerarse completamente de nuevo como una estructura tridimensional".

Siguió describiendo cómo se han encontrado células madre en grandes cantidades alrededor de los folículos capilares, llevándolo a considerar el cabello como "el centro de poder de curación en el cuerpo". Y esto, dice, abre un campo para todo tipo de remedios con células madres del futuro.

Y, por el momento: "simplemente aféitalo todo. Tal vez no te verás tan mal como crees".

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*Martin pidió que cambiáramos su nombre para el artículo.