El oráculo de Noisey para el Festival Estéreo Picnic 2018
Ilustración por: Juan Ruiz | Noisey en Español.

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Música

El oráculo de Noisey para el Festival Estéreo Picnic 2018

Volvimos a consultar nuestra bola de cristal y esto fue lo que nos dijo.

Falta un día para la celebración que ya es casi un ritual obligatorio de la fiesta y música capitalina: el Festival Estéreo Picnic. Y su novena edición se viene con toda la potencia. Este 2018 llegó con todo el rugido de su diversidad característica: un cartel que ocupa desde el indie, el hip hop, la champeta y el house, hasta los aires del Pacífico, el pop melancólico y algunos cruces genéticos de electrónicas europeas y ritmos latinoamericanos.

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Como en todo ritual que se vuelve costumbre, hay cosas que podemos ver desde antes; otras, que intuimos por el olfato de la repetición. Ya vimos de antemano, por ejemplo, la cancelación inesperada de Tyler, The Creator que será suplida por un set live de Julio Victoria. Y ya vimos el interminable tráfico en la Autopista, la lluvia y el frío tan perro. Pero vimos aún más adelante en el futuro.

En nuestro delirio de clarividentes, y por la memoria que nos ha dejado el sentido común de haber asistido desde sus primeros años, les dejamos esta carta de predicciones sobre lo que serán los tres días de Festival que se nos vienen. En Noisey nos metimos en el fondo de tu taza de café, en tu bola de cristal y en tu tabaco para decirte qué es lo que harás desde que salgas mañana de la oficina a un mundo distinto.

Viernes

1. Te volaste del trabajo después de almuerzo y tuviste que apagar el celular toda la tarde para evitar la puteada de tu jefe.

2. En el Transmilenio rumbo al Portal Norte, donde te vas a encontrar con tus amigos, te entra la emoción. Intentas prender de nuevo el celular, solo para darte cuenta de que no lo cargaste bien anoche. Jueputa, piensas. Tocó llegar solo.

3. Quiubo, ¿qué le pasa? Ahí están tus amigos, mirándote como un culo al pie del puente peatonal del Portal. ¿Por qué no contestaba, malparido? Apúrese que vamos tarde.

4. Trancón y llovizna. En el SITP que los va a llevar al Parque 222 desde el Éxito de la 170, tus amigos y tú leen y releen los horarios, como para no desesperarse por el hecho de que llevan quince minutos sin moverse un centímetro. Y eso que no han pasado ni San Andresito.

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5. La llovizna se pone pesada y, apenas te bajas del bus, corres con urgencia a comprar un chompo de cinco mil pesos que te sale a diez mil. Te das cuenta también de que tus zapatos no van a aguantar el barro.

6. Cruzas los filtros, te tomas una selfie con la P de Estéreo Picnic —ya empapada— y te embobas con las maricadas del Hippie Market. Quedas antojado de todo. No te alcanza ni para llevarte una fotocopia del cartel.

7. Primer quiebre: tus amigos quieren tardecita marimbera con pola en Esteban Copete y su Kinteto Pacífico; tú, unos plones y la melancolía surfero-psicodélica de SAAIL. ¿Alguien tiene un cuero? Ahorita más tarde nos pillamos…

8. El equipo caribe, el de tus amigos, se va a quedar pegado al Escenario Budweiser esperando a Tribu Baharú. Tú, la alternoperra indecisa, bien trabado después de SAAIL y su SVRF, deambulas por ahí. Un poquito de Surcos en el Escenario Tigo Music, un poquito del final de La Ramona, un poquito visitar los stands de las marcas para ganarte algún premio.

9. A las 6:30 de la tarde, la pregunta existencial: ¿Vamos a monchar algo? Y en tu cabeza…

10. Te encuentras con el equipo caribe para ver a la Chiva Gantiva en el Budweiser. Te prendes, saltas, mueves tu culo empapado un ratico y — ¡el ritmo lo llevo yo!— te reactivas para la noche. Todo por los tragos de ron que te regala el parche del paisa que le está cayendo a tu mejor amiga.

11. Momento de indecisión apática. ¿The Neighbourhood o Centavrvs? Nada te llama mucho la atención, prefieres parcharte en el escenario que te cubra más de la lluvia que ya está empezando a arreciar.

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12. Más plones, Red-Bull y Milky Chance. Te das cuenta de que te sabes más canciones del tipo de las que creías —todo bien, agencias de publicidad que no superan Stolen Dance como soundtrack de sus comerciales optimistas—.

13. Tú y tu equipo de alternoperras huyen antes al Escenario Tigo Music, a toda mierda, a coger buen puesto para Lana del Rey.

14. Preparan los kleenex y…

15. A las niñas a tu alrededor se les caen las coronitas de flores. Las pisas mientras ves a Lana balanceándose en ese columpio de listones que ha llevado en todas sus giras. Lo pegas con ganas en High By The Beach.

16. Aplausos, chillidos, despedida de Lana con agradecimiento a Colombia. Se acaban los kleenex y la yerba. Ya te empiezan a doler los pies.

17. Te das una vuelta por Soffi Tukker; luego, por Home Burgers. Haciendo la fila, te rayas porque recuerdas que a esa hora debías estar viendo a Tyler, The Creator. Malparido divo…

18. La fila no avanza pero tienes tanta hambre que te vale huevo no ver a The Killers. Total, piensas, ya los vi aquí mismo en el 2013. Te echas un rato en la zona de comidas antes del final. Ya va a ser la 1:30 de la mañana.

19. Último derroche de energía del día: Metronomy. I call her shots / 'Til you wake up / Count every second / On every clock… Sonrisas y gente tirando pasos raros. Gorrearle trago a la gente emocionada.

20. Te unes con los pies molidos y embarrados a la masa que sale del Parque. La procesión infinita por la Autopista y la pregunta de todos los años: ¿Yo cómo hijueputas voy a llegar a mi casa?

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Sábado

1. Te empacas algo bien potente en el apartamento antes de tu segunda excursión al norte.

2. Aunque alguna vez se pegaron una buena farra con Bleepolar, tú y tus amigos prefieren aprovechar el tímido solecito que hay sobre el Escenario Tigo con el alegre rap del Pacífico de Cynthia Montaño.

3. Otra vuelta antojadiza por el Hippie Market, otra decepción, otro tour por los parchaderos del Festival. Historias de Instagram en la piscina de pelotas que, por la lluvia del día anterior, ahora es solo una piscina.

4. Con cada vez menos plata por la pola que te acabas de comprar, te metes en el video de Crew Peligrosos. Prendes el primer bate y esto no huele bien, pero alguien tiene que decirlo, men.

5. Te caen las primeras gotas en la cara y, qué coños, apareciste en plena sabrosura de Ondatrópica. Tú solo esperas que canten I Ron Man para hacer un mal chiste.

6. No la tocan nunca.

7. Te mandas los primeros jugueticos porque ya se va haciendo noche.

8. Sales corriendo antes de Ondatrópica para ver a la reina.

9. Baby dímelo, dímelo, dímelo, dímelo…

10. Aquí en nuestro planeta, aquí en nuestro planeta, solos tú y yoo…

11. Rebotas, extasiado y enamorado, hasta el escenario principal.

12. Te agarra De la Soul.

13. Te agarra y…

14. Algo de lo que metiste te estalla. Estás de pronto en Mac DeMarco y no entiendes qué pasa y cierras los ojos y qué gonorrea y pagas una pola carísima y te acuerdas de tu ex y Honey, I cried too / You better believe it / Honey, my heart still beats for you / Even though you don’t feel it / Beating…

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15. Todos corren a Bomba Estéreo pero tú, en tu obstinación, vas a mear y te metes de cabeza en la oscura selva de Dengue Dengue Dengue. Y en tu cerebro…

16. Medianoche. De pronto un amigo te rota un dip. De pronto ya te embutiste en la masa amorfa que clama por Gorillaz, pero como eres bajito, no puedes ver nada.

17. Pasó Gorillaz y no viste ni mierda.

18. Remate a lo maldita sea en Bonobo.

19. Dan las 3:00 de la mañana.

20. Ya ni sientes los muslos. De repente, el milagro: Oye, hay un cupo en el carro de un amigo…

Domingo

1. Guayabo químico, miradas de desaprobación en el almuerzo familiar.

2. Por ese mismo almuerzo familiar llegas a los últimos temas de Abelardo Carbonó, momento de gozo furioso de las Caterines y las Carolinas del Festival.

3. Cambiaste de planes a última hora. Ibas a tener una tarde de afrobeat con La Boa, pero tus amigos te recuerdan que el invitado especial de Diamante Eléctrico es Billy Gibbons. Billy Gibbons y la barba de Billy Gibbons. ZZ Top representando.

4. Te mueves al Budweiser y cuando escuchas a Charles King cantando Yo fui a una droguería a comprarme unas papeletas te acuerdas de las tuyas. Primer round psicoactivo del último día. Unas papeletas de bicarbonato.

5. Estás moviendo el chocho, bien champetúo, y una de tus alternoperras te arrastra a ver la segunda parte de Royal Blood en el Tigo Music.

6. Te aburres y te vas a buscar lechona.

7. Recibes la noche fumándote un cigarrillo, muy tranquilo, con el optimismo melancólico de Oh Wonder, acostado al fondo del escenario.

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8. Algo hace efecto. Para seguir con el mood te teletransportas a Buscabulla, esa suavidad new wave que bien podría ser el score puertorriqueño de Boogie Nights. Te dejas consumir por esa chispa sensual casi setentera. Ni siquiera te das cuenta de que estás solo, de que todos tus amigos se fueron a ver a Zoé.

9. La subida en montaña rusa llega con The National. Llevas semanas escuchando el Sleep Well Beast y los primeros acordes de “Nobody Else Will Be There” —ya sabías que iban a abrir con esa porque así fue en el Lolla de Chile— te mandan a la mierda.

10. Pero el verdadero delirio de altura, la cumbre máxima, llega cuando te escabulles entre la masa que espera ansiosa a LCD Soundsystem.

11. Luces. Gritos enardecidos. Ves a James Murphy. Te vienes por dentro. Oh baby…

12. Casi alucinando, sudoroso, solo sintiendo el frío en la punta de la calva, le recibes a tus amigos la última ayudita… Ya sabes. Avanzan molidos en medio de la misma masa gigante que se traslada del escenario Tigo al Chevrolet para el derroche farrero final.

13. THE BLACK MADONNA. THE FUCKING BLACK MADONNA.

14. Introspección, fiesta, el tiempo que se repite.

15. La amo, la amo, oyes decir a todo el mundo. La amo, marica, la amo.

16. Y el hijueputa de al lado: Estuvo mejor en Berlín.

17. Procesión final, basura acumulada, el pie casi con gangrena.

18. Y tú llegando al trabajo al día siguiente como…