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Música

Por qué odiamos cómo suena nuestra voz

Un otorrinolaringólogo explica por qué nos molesta tanto escuchar grabaciones en las que hablamos.

Este artículo se publicó originalmente en Broadly.

Una de las cosas por las que me siento más orgullosa de Broadly —aparte de tener una calidad excelente en las ilustraciones—es por nuestro enfoque en contenido original.

Paso mucho tiempo entrevistando a personas o hablando con gente para conseguir declaraciones. Grabo casi todas las llamadas y me da mucho miedo que alguien borre los audios de mi teléfono antes de transcribirlos.

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Esto también significa que paso mucho más tiempo del que me gustaría escuchando el sonido de mi propia voz, que para mí suena como Emma Watson tratando de imitar un acento británico muy malo (sí, ya sé que es británica), pero es mucho más nasal.

La cosa es que casi todo el mundo odia cómo suena su voz. Es una de esas cosas que simplemente odias, como los guayabos o despertarte temprano; o despertarte temprano cuando estás enguayabado. Pero, ¿por qué?

"El sonido llega al cerebro de dos maneras", explica el profesor Douglas Hartley, cirujano en otorrinolaringología y profesor asociado del departamento de otorrinolaringología de la Universidad de Nottingham. "La primera forma es por la vibración del aire en el tímpano a través de la vía de conducción del aire, que va hacia el oído interno. Esa es la manera en la que escuchas a las personas".

La segunda forma es cómo nos escuchamos a nosotros mismos, que es a través de los huesos en nuestra cabeza.

"Cuando hablas, las vibraciones van directamente a los huesos en tu cráneo y luego van al oído interno", explica Hartley. "Esa vía se llama la vía de conducción ósea. Cuando hablas sucede algo peculiar, porque es una combinación del sonido de la cuerda vocal y la caja de voz a través de la conducción aérea, pero también a través de la conducción ósea que atraviesa el cráneo".

Esto explica la disforia que experimentamos al escuchar nuestras voces en una grabación por primera vez. "Tu voz es única y nadie más la escucha de la misma forma que tú", dice Hartley. "Lo que escuchas en una grabación de voz es lo que todos los demás escuchan cuando hablas. Entonces te enloqueces porque no suena a ti y por eso no te gusta".