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Comida

Los horrores de trabajar en el catering para bodas

“Durante el resto de la ceremonia, tuvo que usar el saco de su esposo y una cubierta de las sillas como falda”.
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traducido por Elvira Rosales
Photo via Flickr user yemster82

Bienvenidos una vez más a Confesiones de Restaurante , donde hablamos con las voces no escuchadas de la industria restaurantera, tanto del servicio como de la cocina, acerca de lo que realmente ocurre detrás de escena en tus establecimientos favoritos.

La gente va a las bodas para pasar un buen rato. Todos aman las bodas, no importa de quien sea. Y me parece que la combinación de no comer tanto, beber mucho y estar rodeado de amigos y familiares es el escenario perfecto. He trabajado en hoteles elegantes de cinco estrellas con restaurantes Michelin, pero también en establecimientos que apenas funcionan, así que conozco las dos caras. En las bodas más caras esperas un trato déspota, pero sucede en cualquiera.

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Una vez estábamos organizando una boda en el campo, en una casa enorme; la pareja era un fotógrafo de moda y una modelo. Ella fue una pesadilla desde el primer día: exigió todo, pero la preparación no salió mal. La ceremonia la llevaron a cabo en una marquesina en el jardín, había estrellas del pop e "It girls".

Encontré a un novio aspirando coca en el baño y cuando salió al pasillo estaba sangrando por la nariz. Pasa mucho, hay drogas en todos los niveles.

Era un día normal, sin novedades, hasta que la comida empezó. Los invitados se pusieron agresivos y todos vieron cómo el novio tomó dos pastillas antes de su discurso. La fiesta se desató. Los famosos entraban a la cocina y le ofrecían coca al portero. Había ketamina por todas partes. Después de la comida, nos quedamos en el bar hasta las 3 de la mañana. En un momento, tocaron "The Chain" de Fleetwood Mac y las cosas parecían ir en cámara lenta. Mirando a mi alrededor, noté que había muchísimos famosos, estaban haciendo todo tipo de tonterías. Lo que sea que imagines.

A la mañana siguiente, volvimos para limpiar y todavía había algunas personas despiertas, volando. El barman fue a la bodega trasera y encontró a una chica desmayada en el piso. Se despertó y solo quería conseguir más ketamina. No estábamos listos para eso, pero al menos fueron lo suficientemente educados para esperar hasta después de la comida.

Organizamos otra boda donde todos estaban llenos de coca cuando la ceremonia terminó. Preparamos un menú de tres tiempos para cien personas. La comida fue devuelta, sin ser tocada. En otra ocasión, preparamos un banquete vegano y libre de gluten, pero todos terminaron escapando a comprar su propia comida. Esta pareja se odiaba y comenzaron a pelear justo después de la ceremonia, literal terminaron en la calle. Luego el padrino se lanzó tras la madrina. Finalmente, el novio pronunció un discurso horrible y pidió bailar con la novia, a lo cual ella se negó. Estamos 99 por ciento seguros de que ya se divorciaron.

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Siempre pedimos la lista de los requisitos dietéticos antes y he tenido todo tipo de peticiones extrañas. Una mujer dijo que no podía conformarse con ninguno de nuestros menús, así que nos dio una lista muy precisa de lo que ella podía comer: nuggets de pollo y papas a la francesa. Igualmente, tuvimos que atender a un novio que sólo comía dedos de pescado, papitas y frijoles así que ése fue su platillo. Otra novia sólo comía queso y galletas, por lo que terminó con tres platos de queso y galletas.

En las bodas hay de todo. He visto novias tan ebrias que ni siquiera pueden levantarse para el baile. Una novia se puso a hacer vueltas de carro sin calzones. Luego estaba la madre de aquel novio, se presentó a la boda con un vestido demasiado entallado. Se sentó y el vestido se partió a la mitad, no llevaba ropa interior. Durante el resto de la ceremonia, tuvo que usar el saco de su esposo y una cubierta de las sillas como falda.

Siempre hay personas cogiendo. Acomodadores, damas de honor, madres, padres, primos… todos cogiendo.

En otra boda, liberaron palomas para concluir la ceremonia; mientras las aves emprendían el vuelo, una fue derribada por un halcón. Solo cayeron las plumas. Fue horrible pero muy gracioso al mismo tiempo.

Una vez, una abuela trajo su regalo y lo mantuvo junto a su mesa. Le pregunté si quería que lo acomodara en la mesa de regalos, a lo cual se negó. Cuando lo miré con un poco más de atención, noté que era una caja de vino que había envuelto como regalo, pero la esquina estaba abierta y lo estaba usando para llenar su copa.

Cuando miras a la gente, solo piensas: "¿Nos veremos como marionetas cuando estamos enojados?" Y la respuesta es evidente: sí. Pero es parte de las bodas, la gente lo está pasando bien. Prefiero eso que estar en una ceremonia donde todos estén sobrios y haya un ambiente pesado. Todos hemos estado así en algún momento. Quizá no tanto como para rompernos un tobillo o no usar calzones en la boda, ¡pero cada quien!

Y eso es lo maravilloso de las bodas, cada una es diferente. Cada pareja es única y nunca verás lo mismo dos veces. Es una profesión extraña que escogimos pero siempre estás conociendo gente. Saben cómo pasar un buen rato y nosotros estamos para ayudarles.