Ataque de la aviación israelí sobre Gaza en enero de 2009. (Imagen por Anja Niedringhaus/AP)
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Bombas de racimo presuntamente usadas por la aviación rusa en Siria.Lo cierto es que fue el mismo Centro Delàs quien alertó de la posibilidad de que empresas armamentísticas españolas burlaran la firma de los tratados que prohibían la munición de racimo mediante la asociación con empresas de países que no los hubieran suscrito. El acuerdo en 2009 entre la española Explosivos Alaveses (EXPAL) y la brasileña Imbel hizo saltar todas las alarmas."El convenio con esta empresa brasileña no era para venderle [munición de racimo], el convenio era 'yo te vendo la tecnología pero la compras y la fabricas tú'. En ese caso era una asociación con otra empresa mediante la compra de acciones: en teoría quien fabricaba era la otra", explica a VICE News la directora del Institut Català Internacional per la Pau, Tica Font. Con la nueva ley también esta posibilidad queda conjurada.Aunque el Estado apuró al máximo la prohibición. España reconoció la transferencia de munición de racimo a la Libia de Gaddafi entre 2006 y 2008, a pocos meses de la firma de los acuerdos, tras la revelación del New York Times y HRW del uso de proyectiles de mortero MAT-120 fabricados en 2007 por la empresa Instalaza S.A.Esta misma empresa, de la que el actual Ministro de Defensa español Pedro Morenés fue consejero entre 2005 y 2007 y a la que representó hasta su entrada en el gobierno del conservador Partido Popular (PP) en 2011, demandó al anterior ejecutivo socialista por la pérdida de beneficios que implicó la firma de los convenios internacionales. Fue el propio gobierno del PP quien desestimó la indemnización.El banco BBVA acaparaba en 2013 el 60 por ciento de la inversión en productos armamentísticos, seguido por el Banco Santander, que el mismo año invirtió 1.700 millones en el sector, de acuerdo con datos aportados por Delàs. En el año 2012 el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa situó a la banca española como a uno de los puntales de esta industria. Pero ni las minas antipersona ni la munición de racimo serán ya productos en los que podrán invertir sin incorrer en un delito.La exportación de armas da un empuje a la economía española — ¿Pero a qué precio? Leer más aquí.Sigue a Quique Badia en Twitter: @qbadiamasoni