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Congelada en el tiempo: una niña con cáncer reabre el polémico debate sobre la criogenización

El Tribunal Supremo de Londres ha concedido a una joven moribunda de 14 años el derecho a ser congelada después de muerta. Vuelve a la actualidad un antiguo debate: ¿si nos congelamos hoy? ¿nos despertará la ciencia de mañana?
Imagen vía AP

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La idea de que un cuerpo se pueda congelar para ser resucitado al cabo de unos años siempre fue seductora. Durante años la gente creyó que Walt Disney había sido congelado después de morir, mientras que en películas como Austin Powers, Demoliton Man, Aliens o Eternamente Joven también contribuyeron a popularizar la fantástica noción de que existe vida después de la muerte. Han pasado ya 50 años desde que el primer hombre fuera criogenizado. Y la pregunta es una: ¿será posible vivir después de haber fallecido?

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¿Por qué la gente habla de criogénicos?

El pasado 18 de noviembre salió a la luz la noticia de que a una niña británico de catorce años mortalmente enferma se le concedió el derecho a ser congelada después de muerta, con la esperanza puesta en que los científicos del futuro lograran resucitarla algún día.

La joven, que falleció de una extraña forma de cáncer poco después de que el Tribunal Supremo de Londres aprobara su petición, fue transferida a Estados Unidos, donde se cuerpo será almacenado.

¿Cómo funciona el proceso?

El equipo responsable de la congelación del cuerpo tiene que estar presente a la muerte de la persona, y realizar la tarea a una velocidad fulgurante es imperativo para que el procedimiento pueda funcionar. Una vez la persona ha fallecido es necesario mantener el bombeo de su corazón, para que así el aire le siga llegando al cerebro.

A continuación el cuerpo es enfriado en una bañera de hielo, y al cuerpo se le inyectan anticoagulantes y otra clase de químicos para prevenir que se formen coágulos que puedan dañar al cerebro.

Solo entonces la sangre es drenada del cuerpo y reemplazada por el llamado fluido "críoprotector", que básicamente previene la formación de esquirlas de hielo — un proceso al que se conoce como vitrificación. A partir de ahí, los cuerpos son enfriados hasta los 130 grados centígrados bajo cero, antes de ser transferidos al lugar en que serán preservados en un tanque de nitrógeno líquido y mantenidos a 196 grados centígrados bajo cero.

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¿Dónde se preservan los cuerpos?

Los únicos países donde se permite en la actualidad preservar cuerpos de manera criogénica son Estados Unidos y Rusia. En el caso de la joven de 14 años su cuerpo será preservado en un centro de Michigan.

Hablamos con Gustavo Quintana, el doctor de la muerte digna: 'Hago eutanasias por amor'. Leer más aquí.

¿Funciona?

Sí, si tu objetivo es que te congelen el cuerpo. Si esperas que te revivan en algún punto del futuro, entonces la respuesta es no — de momento.

Incluso en el caso de que el cuerpo haya sido exitosamente congelado, los expertos creen que el daño celular es irreparable, que habrá órganos que dejarán de funcionar, y se preguntan hasta qué punto el cuerpo humano resistirá el brutal enfriamiento o si, más bien, se romperá en cien millones de añicos, como si fuera de cristal

El doctor Joao Pedro De Magalhaes, un profesor experto en envejecimiento de la universidad de Liverpool relata a VICE News que no cree que este caso vaya a repercutir en que haya un mayor número de personas en busca del tratamiento. "La criogénica ha despertado históricamente la fascinación de los medios de comunicación, y todavía hay gente que suscribe planes para someterse a ella. El mayor problema que plantea no es otro que el escepticismo de la gente. Muchos no se lo creen. Y no les falta razón: la criopreservación no funciona en grandes órganos humanos. Ni siquiera en pequeños mamíferos. La ciencia tiene que consumar logros auténticamente revolucionarios para abrigar siquiera un mínimo de esperanza".

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Pero… ¿hay esperanza?

Hay gente que cree que más que para preservar el cuerpo entero, lo que tendríamos que hacer es esforzarnos en preservar nuestros cerebros a partir de la extracción de todos sus datos — una teoría sobre la que elucubró la película Trascendence, estrenada el año pasado.

"Mi vida será limitada como cabeza, pero entonces conseguiremos establecer conexiones auténticamente reales con las computadoras", relata Anders Sandbeg, quien trabaja en el Instituto del Futuro de la Humanidad, de la universidad de Oxford. Así que mi esperanza es que una vez hayan revivido, mi memoria y mi personalidad puedan ser descargadas a una computadora".

Por supuesto, intentar codificar las conexiones las conexiones desconocidas entre el cerebro y sus más de 100 mil millones de neuronas podría transformarse en una labor tan improbable como la de resucitar a un cuerpo congelado.

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