Imagen por Dorivan Marinho/Getty Images
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La orden judicial contra el exmandatario se dio a conocer luego de un discurso de la presidenta Rousseff, quien elogió las virtudes políticas de su antecesor, detenido por unas horas el pasado 4 de marzo por presuntamente encabezar una red de funcionarios públicos que recibían millonarios sobornos a cambio de permitir negocios entre empresas privadas y dependencias públicas como Petrobras.El nuevo cargo busca retrasar el proceso judicial que se le sigue a Lula, pues como miembro del gobierno sólo puede ser investigado por la Suprema Corte de su país.El responsable de ese frenón a Lula es el juez federal Catta Preta Neto, quien argumentó un conflicto de intereses: al ser jefe de gabinete, el líder del Partido de los Trabajadores tendrá una "intervención indebida" en la policía, fiscalía y poder judicial, los organismos que hoy lo investigan.Además, el juez advirtió que la presidenta Rousseff habría cometido un delito al tomar protesta a Lula, pues la ley prohíbe al máximo mandatario del país cometer actos contra la honorabilidad de la administración pública.Este señalamiento es el menor de los problemas que enfrenta Rousseff. El más grave es el juicio político en su contra que desde diciembre está en manos del Congreso, que ha acelerado el proceso de destitución presidencial animado por una jornada de protestas masivas contra el actual gobierno que tuvieron su punto más alto el domingo pasado.Dilma Rousseff contrata a Lula en su gabinete para enfrentar juntos escándalos por corrupción. Leer más aquí.