Photo par Harriet Salem/VICE News
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Durante la última semana dos niños del campamento han sido trasladados de urgencias al hospital más cercano. Uno presentaba un cuadro agudo de insuficiencia respiratoria, mientras que el segundo se electrocutó mientras jugaba en las vías del tren.Habida cuenta de que el campamento está completamente desbordado, hay siete veces más personas de las que puede absorber, las colas para recolectar comida serpentean ahora la carretera principal del asentamiento y hay que aguantar alrededor de tres horas a la intemperie para hacerse con una taza de sopa y con un sandwich.'Es abominable y totalmente inaceptable que alguien en Europa deba vivir en estas condiciones'.
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Rand Lamiyah tiene 34 años, padece parálisis cerebral y viaja en una silla de ruedas. Haber dormido en un suelo húmedo y con este frío le ha dejado extremadamente dolorido, y ahora apenas puede caminar. Así que ahora depende de sus amigos, los únicos que pueden desplazarle por el lodazal. "No puedo utilizar ni los baños ni las duchas", cuenta a VICE News. "Me fui de Siria porque pensaba que encontraría a la muerte allí….Ahora me pregunto si no la terminaré encontrando aquí".'Me fui de Siria porque pensaba que allí encontraría la muerte… Ahora me pregunto si no la encontraré aquí'.
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