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VICE World News

Un drone con material radiactivo aterriza en la azotea del despacho del primer ministro de Japón

La aparición del drone coincide con el debate cada vez más intenso sobre la reactivación de las centrales nucleares del país, que fueron cerradas después del desastre de Fukushima.
Photo via Getty Images

Un drone que portaba material radiactivo aterrizó el miércoles en la azotea de la oficina del primer ministro japonés, Shinzo Abe. Hasta ahora nadie ha reivindicado la autoría de la acción, pero este hecho coincide con un momento clave para Abe en su ímpetu de reiniciar el programa de energía nuclear de Japón, que ha permanecido inactivo desde el desastre de Fukushima 2011.

Al parecer, el drone estaba equipado con una cámara, un elemento radiactivo y llevaba una botella de agua. Un funcionario de la oficina del primer ministro dijo a los medios locales que los niveles de radiación eran muy bajos y, por lo tanto, no representaba una amenaza para la población. La zona estaba cubierta por una lona azul y el drone fue recogido por los agentes de policía.

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— inoue toshio ????'??? (@yuima21c)April 22, 2015

"Esta situación afecta al centro del gobierno japonés, la oficina del primer ministro y vamos a tomar todas las medidas necesarias, incluyendo una detallada investigación policial", dijo a los periodistas Yoshihide Suga, el jefe de gabinete.

El caso representa el último de los incidentes protagonizados por la tecnología aérea que han provocado controversia. En febrero, un drone aterrizó en el césped de la Casa Blanca y causó una gran alarma de seguridad, a pesar de que más tarde se consideró una violación accidental de la residencia presidencial. Desde el año pasado, varios drones han sido vistos sobrevolando centrales nucleares francesas y belgas y el suceso sigue siendo un misterio.

Abe se encontraba fuera del país para asistir a una cumbre de líderes de Asia y África en Indonesia. Por lo tanto, estuvo ausente durante el incidente del drone, que se ha producido poco después de la histórica victoria para revitalizar la industria de la energía nuclear de Japón.

El miércoles el tribunal de Kagoshima tomó una decisión que puede tener consecuencias a nivel nacional. El tribunal rechazó el recurso de los residentes locales que se oponen a la reactivación de los dos primeros reactores nucleares que la Autoridad de Regulación Nuclear, creada después del incidente de Fukushima, ha aprobado para reactivar su funcionamiento.

"No vamos a dejarnos llevar por las emociones que provocan los resultados a corto plazo y vamos a luchar hasta que nos libremos de todos los reactores nucleares en Japón", dijo Hiroyuki Kawai, un abogado que representa a los habitantes locales en el caso, que prometió nuevos recursos ante los tribunales.

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"El gobierno respeta la decisión de reanudar las plantas porque considera que cumplen los estándares de seguridad, para nosotros la cuestión de la seguridad es la máxima prioridad y está por encima de cualquier otro factor", dijo Suga, cuando se le preguntó sobre la reacción del gobierno respecto a la decisión.

La sentencia abre la puerta a la reanudación de la multimillonaria industria de la energía nuclear, que ha estado hasta la fecha en estado de hibernación. Las 48 de las centrales nucleares de Japón se apagaron a consecuencia de la catástrofe de Fukushima, y la última de ellas dejó de funcionar en septiembre de 2013.

Abe y su Partido Democrático Liberal han defendido durante mucho tiempo la reactivación de los reactores del país, después de haber argumentado que la energía nuclear es un "motor fundamental para el funcionamiento de país". Ahora, después de ganar las elecciones anticipadas de diciembre, el gobierno tiene el apoyo político para sacar adelante esta medida impopular.

Una encuesta realizada en la víspera de la elección por la cadena pública NHK mostró que el 40 por ciento de los japoneses se oponen a la reactivación, mientras que sólo el 24 por ciento la apoyó. Las dudas de la opinión pública sobre las normas de seguridad y la capacidad de vigilancia nuclear del país se han avivado por los errores cometidos durante el desastre de Fukushima y el reinicio los reactores se ha convertido en un tema político sensible.

Pero sin los reactores, Japón se enfrenta a un futuro energético inestable. El país depende ahora de las importaciones para satisfacer el 96 por ciento de sus necesidades de energía primaria, cifra que se reduciría en un 16 por ciento si los reactores existentes se pusieran en funcionamiento de nuevo.

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