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VICE World News

El índice de pobreza en mínimos históricos — pero los más pobres siguen sin esperanza

El porcentaje de personas que vive por debajo del umbral de la pobreza ha caído por debajo del 10 por ciento por primera vez desde que se lleva a cabo el recuento. Sin embargo, la hazaña no es, precisamente, una razón para celebrar nada.
Imagen por Amr Dalsh/Reuters
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El Banco Mundial ha anunciado que a día de hoy son 702 millones de personas —alrededor del 9.2 por ciento de la población mundial — las que viven por debajo del umbral de la pobreza. Es la primera vez desde que se tiene registro que la cifra baja del 10 por ciento. Sin embargo, a pesar de que se trata de un logro importante, no lo es lo suficiente como para ser un motivo de celebración. El caso es que los más pobres de entre los pobres siguen sin disponer de ningún horizonte a la vista que invite al optimismo.

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La última vez que el Banco Mundial había publicado cifras parecidas había sido en 2012. Entonces la cifra de personas que vivían en situación de extrema pobreza era de 900 millones — el 12.8 por ciento de la población mundial. Las últimas cifras han sido calculadas de acuerdo con un nuevo umbral: 1.90 dólares al día, ligeramente más alto que el de 1.25 dólares al día que se impuso en 2005.

El presidente del Banco Mundial anunció las cifras el domingo pasado. Jim Yong Kim achacó la reducción de la pobreza a una combinación de crecimiento económico en el mundo desarrollado y a las inversiones en educación, sanidad y en el resto de las llamadas "redes de seguridad social".

"Las previsiones nos muestran que somos la primera generación de la historia de la Humanidad que podría ver el final de la pobreza extrema", ha señalado Kim. "Haber bajado la barrera del 10 por ciento por primera vez debería de posibilitar que nos concentremos con mayor claridad en las nuevas estrategias a seguir para aniquilar la pobreza extrema".

Aún así, la organización internacional del dinero ha reconocido que el auténtico desafío, un desafío enorme, sería eliminar la pobreza global en 2030. Se supone que será entonces cuando el crecimiento económico global empiece a estancarse. El índice de pobreza extrema ha caído por debajo del 10 por ciento debido, en gran medida, al crecimiento global experimentado por el mundo desarrollado, que quedó menos afectado por la crisis financiera de 2008. Así lo cree Philip Schellekens, economista puntero del Banco Mundial que ha elaborado un informe al respecto que verá la luz en las próximas semanas.

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'Somos la primera generación en la historia de la Humanidad que puede acabar con la pobreza extrema'.

"A pesar de la crisis económica hasta 2015, y especialmente en países donde la renta per cápita es baja, hemos atravesado un periodo de crecimiento económico sostenible", ha dicho Schellekens "Lo más significativo es cómo han crecido los ingresos de los más castigados a lo largo de los [últimos] años".

Tal y como explicó Schellekens, el aumento del PIB en los países desarrollados se ha traducido razonablemente bien en el crecimiento de los sueldos de esos estados. Asia también ha visto cómo su índice ha caído en casi 3 puntos, hasta situarse en el 4.1 por ciento. Y la zona acumula hoy el 12 por ciento de la pobreza extrema del mundo, cuando en 1990 acumulaba el 50 por ciento. El África subsahariana también ha visto sus índices de pobreza disminuir del 42 al 35 por ciento, aunque es en esa zona del mundo donde se concentra la mitad de la gente más pobre del planeta.

Naciones Unidas quiere acabar con la extrema pobreza. Leer más aquí.

De la misma manera, el crecimiento económico de los últimos años ha contribuido al declive de los índices de pobreza global. Sin embargo, las previsiones no son tan optimistas para los próximos años y será un gran desafío conseguir bajar de la frontera del 9 por ciento — tal y como Kim declaró esta semana en un comunicado.

"Sería extraordinariamente complicado, sobretodo porque nos acercamos a un periodo de crecimiento global mucho más ralentizado. La volatilidad de los mercados financieros, las guerras, las altas tasa de desempleo entre los más jóvenes y el imparable impacto del cambio climático", lo hacen más difícil, declaró el presidente del Banco Mundial. "Pero sigue estando a nuestro alcance siempre y cuando nuestras grandes ambiciones encajen con los planes diseñados por los gobiernos para ayudar a los millones de personas que siguen viviendo en condiciones de extrema pobreza".

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Schellekens señala que la existencia de 700 de millones de personas que viven con menos de 1.90 dólares al día es preocupante. Se trata de un número abultado, especialmente porque aquellos que están por debajo del umbral son "extremadamente pobres" y, a menudo, residen en zonas de conflicto a las que es muy difícil acceder.

"Lo que deberíamos de hacer es dejar de mirar a la pobreza como una cifra", señala Shellekens. Bajo su punto de vista, lo que hay que hacer es "concentrarse en la profundidad de esa pobreza".

La desaceleración del crecimiento económico también podría provocar que aquellos que están en el límite del umbral vuelvan a caer. Cualquiera que roza la marca de los 1.90 dólares al día tiene muchas posibilidades de volver a caer en la pobreza extrema. Al menos así lo ve Laurence Chandy, miembro del programa sobre Economía Global y Desarrollo de la institución Brookings.

"Hay una gran concentración de gente que está en el límite del umbral", explica Chandy. Lo que también explica que la mayoría de la gente que sale de lo más bajo, no lo hacen ganando 10 dólares más al día. Las cifras de mejora son muy pequeñas.

Pero es posible que el factor más problemático que atenaza a la lucha contra la extrema pobreza es la desigualdad en la distribución de la pobreza. Esta no solo se produce a nivel regional, sino que su concentración se dispara en lugares donde hay guerra.

"La pobreza ha crecido y ha mejorado — si lo observas de un modo absoluto se concluye que lo ha hecho, sobretodo, en las últimas décadas. Pero por desgracia tampoco ha mejorado de manera proporcional en cada región del planeta", relata Schellekens.

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En medio de la pobreza y la guerra, los niños de Siria son ahora el sostén de la familia. Leer más aquí.

Como explica Chandy, las cifras muestran, por ejemplo, cómo Asia ha logrado disminuir sus índices. Pero eso ha permitido al África subsahariana irle a la zaga sin lograr disminuir la cifra total en el mundo.

"Lo que permite que los lugares donde la cosa ha mejorado compense a los estancados", asegura. "Cuando intentas acabar con algo que tiene que acabar en todas partes no puede haber compensaciones".

Pero el mayor inconveniente de haber alcanzado una cifra por debajo del 10 por ciento es que la gran parte de la reducción ha sido motivada por el comportamiento de países estables. Sin embargo, las cifras no han cambiado en aquellas zonas que siguen vapuleadas por las guerras y los conflictos. Así lo ve Chandy. Desde su punto de vista, terminar con la pobreza o no hacerlo, dependerá de reducir las zonas de guerra.

"Terminar con la pobreza global exige dos cosas [que son] extremadamente difíciles de conseguir", explicó. "Primero, se necesita terminar con los conflictos armados del mundo. Y en segundo lugar se necesitaría encontrar la manera de reducir la pobreza en lugares donde hay algún tipo de conflicto activo. Y eso también suena complicado.

"Si piensas que conseguir cualquiera de esas dos cosas es ridículamente optimista, entones [la idea] de terminar con la pobreza también resulta ridículamente optimista", sentencia.

Sigue a Kayla Ruble en Twitter: @RubleKB