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Navidad

Estos son nuestros artículos favoritos de 2017 en VICE España

Lo que más nos ha emocionado o divertido del equipo editorial.

En nuestro día a día en la redacción, amenizamos la jornada laboral comentando noticias de actualidad, reportajes y virales. También nos contamos la vida, así como nuestras desvergüenzas e inquietudes. Muchas veces, de esas conversaciones —a menudo algo surrealistas— nacen incipientes temas de investigación y/o entretenimiento de las que nos sentimos francamente orgullosos.

Aunque muchas de las cosas que comentamos entre nosotros nos las llevaremos a la tumba, esta vez lo que hemos comentando han sido los artículos de nuestros compañeros que más nos han flipado a nivel personal ya sea por su profundidad y empaque o por su humor y empatía. Quién sabe, quizás de estas reflexiones salen nuestros artículos favoritos del año que viene.

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Laura Muriel, editora jefa

Pese a tener debilidad por la fotografía y que este año hemos contado historias visualmente tan interesantes como cuando visitamos el cementerio de los Curros de la Expo92", nos metimos en la cárcel gracias a "Presos que fotografían presos", descubrí las monjas que cultivan maría, o cuando fotografiamos los dos últimos habitantes de una aldea gallega, hay otra historia, sin embargo, que me retorció por dentro y de la que estoy orgullosa de haber publicado en VICE. Y me explico.

Mucho antes de que salieran a la luz los escándalos y las denuncias por acoso sexual en Hollywood, varias mujeres españolas compartieron en redes sociales cómo algunos hombres les habían intimidado o acosado y lamentaron el silencio de una sociedad que lo había permitido durante demasiado tiempo. Y esta frase me marcó: "Porque el acosador del autobús de Valdemoro, que se masturbaba a plena luz del día y mirando a los ojos de la mujer que le grabó, no es un caso aislado. A algunas nos ha tocado de pequeñas, a otras de no tan pequeñas. Y no he necesitado buscar casos, todas son compañeras de trabajo".

Me niego a sentirme una afortunada por no haber sufrido a un exhibicionista, pero si algo bueno hemos sacamos de todo esto es que 2017, fue el año en el que las mujeres dejamos de estar calladas y solas.

Noa Cid, estrategia de audiencia y contenido

Me sentí identificada desde el propio título. No pueden darme más rabia este tipo de listas donde se nos ponen ejemplos de vidas a las que deberíamos aspirar, vidas modélicas de emprendedores "hechos a sí mismos" que han cumplido "sus sueños" —sueños que suelen ir acompañados de buenas raciones de pasta—. Todos estos conceptos son impostados e injustos, y más todavía si pienso en mi generación.

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Los jóvenes de los que se habla en el artículo son hipérboles construidas desde la ironía, sí, pero todos tienen algo de esta realidad de mierda que es la nuestra, en la que no sabes decidir qué quieres para ti cuando tienes tantas opciones y a la vez tantos obstáculos. Estos somos nosotros, no los de sus listas. Y qué quieres que te diga, tampoco nos va tan mal.

Gonzalo Herrera, editor online

Es el año 1986, estamos en Castelldefels, una localidad costera cercana a Barcelona. El Sr. Gargallo acaba de tener una idea: se va a pasar un día entero cocinando con su mujer todos los platos típicos que se consumen en los bares de España, en especial esos míticos platos combinados con patatas fritas. Pero también bocadillos, sandwiches, ensaladas… Los va a repetir hasta que salgan perfectos. No culinariamente perfectos, sino estéticamente perfectos. Perfectos como para hacerles una foto. Perfectos como para hacerles una foto y estamparla en los plafones de todos los bares de España.

Esta es la historia del Señor Gargallo y su empresa, Comercial PH. Es la historia de por qué en todos y cada uno de esas fotos hay dos patatas fritas colocadas, cuidadosamente, en paralelo. Pero sobre todo, es la historia reciente de España.

Juanjo Villalba, coordinador editorial

Creo que una de las funciones que debe tener un medio cuyo público es la gente joven es explicar el pasado de la misma forma que cuenta e intenta decodificar el presente. Este es un caso paradigmático, porque gracias a la manipulación de los medios de comunicación y de los gobernantes de este país, la Ruta del Bakalao se convirtió en el origen de todos los males de la juventud, cuando en su inicio, y precisamente antes de que los focos apuntaran hacia ella, fue uno de los pocos movimientos contraculturales originales de nuestro país. Gracias al maravilloso libro de Luis Costa, yo mismo tuve ocasión de conocer mucho más este fenómeno e intenté transmitirlo a nuestros lectores a través de esta entrevista.

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Pol Rodellar, redactor

Me encantan los textos que son disertaciones personales. Todo eso del indagar los rincones de la mente humana y de la propia experiencia. Aquí Ana Iris hizo este a partir de una noticia de actualidad, así que es un muy buen combo. Reacción actualidad y presencia del redactor. Tiene tono, discurso y mucha gente se puede sentir identificada ya que remueve algo de un pasado común —yo no tuve Tuenti pero conozco esa forma inocente y pura de utilizar las redes sociales—. Lo compartí holgadamente en mis redes sociales, orgulloso de cada palabra.

Sin olvidar que era un artículo que cierra perfectamente el círculo que se abrió con las declaraciones de este cretino.

Además, qué coño, está muy bien escrito y se dicen grandes verdades, y la conclusión es muy bella. Dejo aquí unos fragmentos que me flipan:

"Somos los últimos románticos. Los que creen que una foto en una red social es solo una foto en una red social. Los que colgamos stories de paellas los domingos y nos sentimos ridículos haciéndonos selfies con gesto seductor".

"Repasando las 10.000 fotos que contenía el ZIP de Tuenti, nos dimos cuenta de que salimos abrazando a gente a la que ahora evitamos saludar por la calle. Y que quedábamos con los amigos que conservamos de entonces en lugar de poner excusas baratas para quedarnos en casa haciendo scroll en Instagram y viendo a esos mismos amigos pero a través de una pantalla".

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"Tuenti molaba porque no tenía filtros. En ningún sentido. Era costumbrismo puro y todavía no le temíamos a la huella digital, así que subíamos fotos bebiendo, fotos fumando, fotos bebiendo y fumando y fotos bebiendo o fumando en bares porque aún se podía fumar en los bares. En Tuenti no parecíamos, como en Instagram: en Tuenti éramos".

Ana Iris Simón, redactora

Me resulta extremadamente difícil elegir un solo artículo como mi favorito de VICE en 2017. Me encantó hacer el que un grupo de chavales me habló sobre cómo es ser adolescente y homosexual, y me emocionó mucho cubrir la manifestación en apoyo a la víctima de La Manada con Davit Ruiz. También me flipó en el que Alejandro Durán nos acercó a las caras del género no binario.

Pero hubo uno con el que se me contrajo la mandíbula de esa manera que anuncia que se te van a caer los lagrimones inminentemente y sin poder remediarlo. Fue el de la España que vive bajo la sombra del hambre, de Arianna Giménez. Recuerdo que en él, un chaval de 18 años que salía con la cara tapada contaba que había noches que no cenaba para que cenara su hermano pequeño. En su casa sólo había comida para uno. Y, en este orden, me puse muy triste, me llené de rabia y me sentí orgullosa de trabajar en un medio que visibiliza realidades tan jodidas y tan cercanas como la de ese chaval.

Jordi Llorca, redactor

Aunque seguramente el más especial fue mi primer artículo en VICE donde probé los trucos de Forocoches para ligar en Tinder, mi favorito de este 2017 por lo, a priori, arriesgado, por destripar clichés y, a su vez, retratar una realidad en nuestro país desde dentro, me quedo con este compendio de entrevistas a jóvenes camellos de Ana Iris. También me flipa la sección de "Pesadilla inmobiliaria del mes", donde destaco poder comprar el hogar de Satán: "Malditos son los adoradores de Dios pues ellos serán ovejas rechazadas".

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Ariadna Gutierrez, redes sociales

Las descripciones de las perfomances que realizan los turistas explicadas al estilo Pol Rodellar me mataron. Tengo que destacar que con lo que reí más fue con un amigo mío leyendo el artículo vía notas de voz partiéndose la caja. De verdad, el costumbrismo de los turistas es un hecho tan esperpéntico, que creo que algún día haré un Pol y me transformaré en turista.

Mario Abad, traductor

Al leerlo, de repente revivo esa etapa de mi vida marcada por los granos, la tontería adolescente y, cómo no, las tiendas de Games Workshop. Nada mola más que ir de paseo por tu adolescencia de la mano de Pol Rodellar y su "jodidamente" magnífica literatura.

Obviamente, ha habido muchos artículos que destacaría de este año que se nos escurre de las manos, temas mucho más serios y que me han tocado la fibra, pero me quedo con este por lo entrañable, por el calorcito nostálgico que me hace sentir al leerlo. Nota: yo no era de los que robaban en las tiendas Games Workshop. En serio.

Gerard Adell, edición de vídeo y diseño

Después de leerlo lo probé con mi novia por curiosidad y esta frase del artículo, "sentí un ardor helado como si estuviera recibiendo una mamada de Yeti", es literalmente lo que pasó.