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La plaga

Miami se está hundiendo

Y los corales no podrían estar más felices.

La gente de Miami Beach hace sus compras a dos metros sobre el nivel del mar. El lugar donde las hacen es en una filial de la cadena de tiendas Whole Foods, en South Beach. Este Whole Foods en particular fue construido en lo que ahora es el terreno habitable de tierra más bajo en Florida. En los alrededores, sólo unos metros más arriba en una zona excavada que solía tener agua salada color azul profundo, están surgiendo condominios, hoteles, escuelas, parques y pequeños negocios que resisten las inundaciones, las cuales empeoran cada año.

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un kilómetro y medio al sur del Whole Foods hay una parte de la bahía conocida como Government Cut. El río fue excavado y construido a principios de 1900 para facilitar el acceso al Puerto de Miami. Un siglo después, el puerto es el onceavo destino más grande para los barcos de carga en Estados Unidos. A pesar del éxito del puerto, los barcos excavadores han regresado a remover más sedimento; sus gigantes garras de acero raspan el fondo del mar como en un concurso de maquinitas.

Al otro lado del agua, en el continente, está el desierto pero aún imponente edificio que solía ser el Miami Herald. La estructura medio demolida y abandonada está en el borde de la Bahía Biscayne, a la impresionante altura de metro y medio.

En 2011 el conglomerado malayo Genting Group, la empresa matriz de Resorts World Casinos, expresó su intención de construir un nuevo casino en la propiedad, aunque sigue siendo ilegal operar casinos en el estado de Florida. Para aumentar la controversia corría el rumor de que el acceso al casino sería únicamente por bote o helicóptero, lo que algunos tomaron como la confirmación de que la proposición de Gentling serviría únicamente como un patio de juegos para los ricos.

Los debates sobre el tamaño del proyecto pararon la construcción y, al parecer, el sueño de convencer a los oficiales de cambiar las leyes de apuestas. Se planea que la propiedad se convierta en un monstruo comercial y residencial para diversos usos.

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Se piensa que la Corallimorpharia, de donde Coral Morphologic sacó su nombre, ha evolucionado para adaptarse a los cambios climáticos.

Por ahora sólo es una estructura ominosa, cuyo lado sur parece una pesadilla postapocalíptica derramando sus intestinos de concreto hacia la bahía.

Apenas al sur del antiguo edificio del Herald hay una débil corriente de agua de 300 metros de largo y 91 de ancho que sirve para la entrada de barcos provenientes de la ruta de Florida y la Costa Este (FEC, por sus siglas en inglés). Esta corriente separa la Arena American Airlines —la casa del equipo de básquetbol Miami Heat— del Museum Park, un espacio verde y atractivo recién abierto en donde se encuentra el nuevo Pérez Art Museum Miami.

La entrada FEC tiene una rica historia, ya que fue parte del Puerto de Miami original, construido por Henry Flagler en 1897 y usado hasta que el muelle fue reubicado a mediados de los 70s. Ahora principalmente recolecta basura y escombros que llegan desde Government Cut. En muchos aspectos, es el equivalente en Miami del East River de Manhattan. También es el lugar en el que, en mayo de este año, David Beckham anunció su intención de construir un nuevo estadio de futbol; 25 mil asientos que manifiestan la creciente popularidad del futbol en Estados Unidos.

Por sugerencia del alcalde de Miami, Carlos Giménez, los patrocinadores de Beckham planearon llenar la entrada FEC y ocuparla junto con la sección del sur del Museum Park, después de que sus planes para hacer una construcción similar en Miami Beach fueron rechazados. El signo de dólar flotaba, las pláticas comenzaron y el público reaccionó.

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Entre los opositores estaba Colin Foord, un biólogo marino local y el cofundador del proyecto científico y artístico Coral Morphologic. Queriendo conocer el problema más de cerca, se fue a nadar a la entrada. Más específicamente, fue a esnorquelear, y ahí —junto a un tapón de desperdicios marinos— descubrió un ecosistema rodeado de aguas residuales que había crecido junto a la barrera de rocas que el gobierno de la ciudad mandó poner en 2006. Coral Morphologic, un estudio de arte y ciencia en Miami, llama a estas extrañas especies “corales urbanos”. Con el tiempo, mientras la entrada se convertía en el desastre que es ahora, la vida marina de la región fue obligada a adaptarse a esas condiciones de deterioro. Como señaló el Miami New Times en un artículo sobre Foord y el trabajo de Coral Morphologic: “Estudiar esos ‘corales urbanos’ es clave para entender los efectos que el cambio climático está teniendo y tendrá en la vida humana y animal”. En otras palabras, si esos corales pueden sobrevivir ahí, pueden hacerlo en donde sea.

Después de deliberarlo, el gobierno de la ciudad puso fin a los sueños de Beckham de construir un estadio en la entrada FEC, y su grupo está reevaluando su inversión potencial mientras buscan una nueva locación. Aunque los hallazgos de Coral Morphologic no hicieron que la contaminación en el área se detuviera por completo, sus voces fueron escuchadas. Creció el apoyo por la conservación del coral así como por la histórica entrada al puerto, y el asunto se arrastró de las lodosas profundidades a la firme y seca tierra de la política.

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Jared McKay, cofundador de Coral Morphologic, limpiando uno de las vitrinas de anémona del laboratorio.

Foord y su socio de Coral Morphologic, Jared McKay, han estudiado los corales urbanos de Miami desde 2009. Fue entonces cuando Foord descubrió un extraño híbrido de coral cuerno de ciervo y cuerno de alce creciendo en el Government Cut, así como en la costa artificial de Fisher Island. Esto marcó la línea de investigación de ambos, haciéndolos darse cuenta que si estos corales podían crecer dentro de los límites de la ciudad de Miami, en estructuras hechas por el hombre, y con terribles condiciones de vida, podrían ser la clave para salvar corales en otros lugares, en una amplia variedad de hábitats.

Parte de lo que hace único el trabajo de este equipo es que su investigación submarina es una pequeña parte de la ecuación. En su laboratorio, ubicado en el vecindario de Overtown, bandejas y bandejas de corales brillantes fosforescentes, anémonas marinas, zoanthidea, peces y crustáceos pelean por la atención de las luces de calor que cuelgan sobre ellas. En Coral Morphologic los corales y las criaturas relacionadas a éstos son hibridados, categorizados, cultivados, documentados y finalmente vendidos a acuarios privados de todo el mundo. Desde que comenzaron su operación en 2007, han descubierto e identificado cuatro nuevas especies de zoanthidea, parientes pequeños y floridos de los corales, con forma de vaina que se ven locochones cuando están bajo luces de colores. La zoanthidea Miami Vice, con su rango de deslumbrantes colores (el original siendo una combinación de rosa y azul) es la marca distintiva de Coral Morphologic.

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No contentos con ser los autonombrados administradores del ignorado ecosistema subacuático de Miami y con convertir sus ambiciosas expectativas en un negocio exitoso, los integrantes de Coral Morphologic han desarrollado su trabajo en un foro artístico que abarca las disciplinas de fotografía, realización audiovisual, escultura e instalación. Los animales naturalmente hipnotizantes por lo general son fotografiados y grabados individualmente con un acercamiento extremo y bajo una luz azul actínica (similar a la luz negra). Ver a los elegantes corales interactuar con su entorno es tan hipnotizante en las enormes paredes blancas de una galería como en la pantalla de la laptop del estudiante más pacheco del campus.

Los videos están en cámara rápida para adecuarse al lapso de atención de la era del internet, y después McKay compone una canción para cada video que incluye ruido del laboratorio así como los sonidos que emiten los corales. Recientemente fueron publicados en línea los primeros videos de corales de Foord y Mckat. Partes de éstos fueron exhibidos en el Miami’s Borscht Film Festival y proyectados a gran escala en las fachadas de algunos edificios durante el Art Basel; sus fotos, videos y esculturas han sido exhibidas en varias galerías. El dúo también ha colaborado con el artista Bhaki Baxter, tapizando casetas telefónicas del puerto de Miami con fotos de su zoanthidea, e incluso apareció en el Americans for the Arts Public Art Network Year in Review de 2014.

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El trabajo de Coral Morphologic no se trata simplemente de retratar a sus especímenes de laboratorio. Foord y McKay lo ven como una forma de propagar la mitología del coral, dando a conocer su relación simbiótica con Miami y su importancia en el entorno. El cultivo de estos corales y sus vidas en el laboratorio también son parte del proceso artístico.

“Muchas de las ideas sobre cómo cultivar los corales y la manera en que los graban, son decisiones que ellos hacen”, dijo Lucas Leyva, un colaborador de Coral Morphologic. “Son curados y presentados de cierta manera. Hay algo muy intenso en que tu arte sea un ser vivo que clonaste y al cual le diste un contexto y una historia”.

Foord y McKay han sido mejores amigos desde que iban a la secundaria juntos en New Hampshire. Fue una relación que continuó en la prepa, donde se clavaron con el punk y la cultura DIY (hazlo tú mismo). En palabras de Foord, pasaron la mayoría de su tiempo “echados en la cocina, comiendo papas con chilito y hablando de la vida”, formulando sus propias teorías sobre el mundo que los rodea. “Éramos amigos de los chicos populares”, dice McKay, “ pero no éramos los alfa de los chicos populares, así que eso nos dio una perspectiva un poco ajena para analizar lo que estaba pasando, como quién se chingaba a quién”.

En su adolescencia, Foord pasaba sus ratos libres construyendo zoológicos subacuáticos en los cuartos vacíos de la casa en la que creció, con el completo apoyo de sus padres. Para cuando mandó su portafolio (junto con su aplicación) al consejo de admisión de la universidad, había juntado una enorme colección. “En mi último año de prepa, tenía como 1,500 litros de acuario en mi cuarto”, dijo. Foord se inscribió en la Universidad de Miami, donde lo decepcionó encontrar, aunque ya lo esperaba, que todos sus compañeros estaban interesados en estudiar delfines, tortugas y ballenas. Como forma de vida, los corales han sido muy poco estudiados. De acuerdo con Foord, algunos de sus profesores y otros académicos, se oponen a cultivar corales en tanques, comparándolo con estudiar ballenas en cautiverio.

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“Tienes que entender que la mayoría de lo que sabemos de la biología de los corales ha sido gracias a esnorquelear, así que es una materia que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial”, explica Foord cuando le pregunto por su experiencia universitaria. “No fue sino hasta los 70s que la gente empezó a reconocer que los corales eran fluorescentes”.

Colin Foord documentando los movimientos de los sujetos en un video de time-lapse.

Los corales tienen fluorescencia natural pero no son bioluminiscentes, así que sus colores brillantes no son visibles en los espectros que ofrece la luz solar. Con la ayuda de luces actínicas, sin embargo, los corales brillan como el póster de luz negra más sicodélico que puedas imaginar. Las luces fluorescentes no existían hasta 1939, y las luces LED azules no estuvieron disponibles sino hasta los 90s. El porqué los corales tienen fluorescencia sigue siendo un misterio para los científicos. Foord y McKay siguen buscando información nueva cada día.

“Venir a Miami y querer estudiar corales y pensar Qué lugar tan perfecto en cuanto a las oportunidades que tuve en mi educación formal, era impensable en esas épocas”, dijo Foord. “Mientras tanto, hay un pasatiempo de acuario que funciona como su propia economía, separada del mundo académico y científico. Y lo creas o no, la mayoría de los grandes descubrimientos en equipo, tecnología y agricultura de corales en general, salieron por prueba y error de los que lo hacen como pasatiempo”.

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Como la mayoría de los científicos y artistas, Foord y McKay son apasionados de su trabajo. Cuando les preguntamos por qué las poblaciones de corales están muriendo rápidamente en todo el mundo, en lugar de responder algo rápido y fácil de digerir como “contaminación”, la respuesta de Foord es complicada y tangencial. Una razón te lleva a otra y a otra. Su rigor y entusiasmo también se manifestaron por email. Hay acusaciones y cargos contra políticos y empresarios que venden Miami mientras su base ecológica es destruida y erosionada rápidamente más allá de un punto sin retorno. En nuestra correspondencia, suelo encontrar largos y enérgicos correos que detallan minuciosamente la importancia de lo que él y McKay estaban haciendo y contra quienes estaban. Mucho de su discurso se enfoca en la excavación, y específicamente en una excavación que ocurriría pronto.

Mientras la ciudad comenzaba a ejecutar sus planes de reexcavar el Government Cut para que cupieran los enormes buques post Panamax, y que fuera una extensión del Canal de Panamá, Foord y McKay peleaban por salvar y reubicar la cantidad masiva de corales que han crecido en las paredes marinas formadas antes de la excavación. El cuerpo de ingenieros del ejército estadunidense, que está haciendo la excavación, planeaba quitar todos los corales de más de diez centímetros de largo, lo que habría matado a miles de corales pequeños que Foord y McKay consideran de gran importancia, tanto para su cultivo, como para estudiar la desconocida naturaleza de sus características de adaptación.

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Los corales están protegidos por la ley, y quitarlos de Florida y del Caribe requiere un proceso de permisos eterno. Pero para excavar, sin embargo, el cuerpo de ingenieros consideró que los especímenes que están el Government Cut son “corales de oportunidad”, dando a Coral Morpholologic y a los investigadores de la Universidad de Miami la oportunidad de salvar tantos como fuera posible en un pequeño periodo de tiempo.

Finalmente, Foord y McKay recibieron noticias de que la ciudad le permitiría a Coral Morohologic trasplantar los corales rescatados de la excavación en un arrecife artificial a un kilómetro y medio del Government Cut. Y mientras el gobierno de la ciudad, el estado y las autoridades federales parecían apoyar sus esfuerzos, a la hora de los permisos el gobierno les quitó la esperanza: tomaba más tiempo del que tenían los corales para ser salvados.

Los buceos de rescate estaban planeados para empezar en enero de 2014, y Foord y McKay dejaron todo para preparar esa retadora tarea. Después no pasó nada, así que esperaron. Y esperaron. A inicios de mayo les dijeron que los permisos iban a ser entregados por fin, y que tenían hasta el 15 de julio para completar el rescate, más del tiempo necesario para trabajar. Cuando les dieron los permisos, el 24 de mayo, les dijeron que sólo tenían hasta el 6 de junio para salvar lo que pudieran.

A contrarreloj y con mareas peligrosas y barcos pasando a cada rato, Foord y su asistente fueron capaces de salvar enormes cantidades de coral. “Esa fue la oportunidad que nos dieron”, dijo Foord. “Y creo que hicimos un trabajo increíble, dadas las circunstancias. Estoy orgulloso de nuestro trabajo”. Ahora se enfocan en trasplantar el arrecife. Habiendo limpiado los corales para trasplantarlos, su preocupación principal es protegerlos de los sedimentos de la excavación que pueden dañarlos. Es un trabajo que se hace más y más difícil. A fines de julio, Coral Morphologic junto con la ONG Biscayne Bay Waterkeeper, hicieron una denuncia contra el cuerpo de ingenieros por no manejar responsablemente los sedimentos de la excavación. El caso está en proceso.

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Dos especímenes encontrados en el laboratorio de Coral Morphologic: zoanithea y montastraea, generan ganancias, oportunidades de investigación y horas de entretenimiento.

El Weird Miami Tour, hecho por Naomi Fisher y Jim Drain, es un paseo dominical que visita los lugares no tradicionales de Miami, algo así como las locaciones esotéricas. Fue en uno de esos tours que Coral Morphologic conoció a Alberto Ibargüen, el presidente de la fundación John S. and James L. Knight, el cual tiene una de las colecciones de arte más importantes de EU. En ese tiempo, Foord y McKay estaban en proceso de construir su laboratorio actual.

“El vestíbulo, el comedor, la sala, la terraza y todo estaba lleno de coral, bajo el agua y con luces especiales”, recordaba Ibargën sobre las instalaciones del dúo. “Pensé, Bien, esto califica como Locuras de Miami. Y todo era hermoso. Cuando caminaron cuatro cuadras hasta lo que sería su nuevo laboratorio, y me mostraron un video fue como un momento de aaaah, para mí”.

Ibargüen propuso que Coral Morphologic proyectara sus videos en edificios durante el Art Basel, el evento tropical de invierno de un trío influyente y rentable de exhibiciones artísticas que también se realizan anualmente en Suiza y Hong Kong. Foord y McKay se quedaron helados ante las posibilidades.

“Desde el principio, la idea de proyectar los corales en piedra caliza fue una parte importante para nuestra práctica artística”, dijo Foord. “Eso sale de la idea de que la piedra caliza y el cemento que componen los edificios de Miami son en realidad fósiles de corales de hace millones de años, cuando Miami estaba bajo el agua. La proyección de los corales en esos edificios, hace referencia al pasado geológico, el presente tecnológico en el que estamos y un futuro potencial. Si los niveles del mar siguen aumentando, los corales no tendrán ningún problema en regresar y establecerse en el concreto, en ellos mismos”.

Ibargüen era editor del Miami Herald. Se retiró del periodismo en 2005 para tomar las riendas de la Fundación Knight, una fundación privada formada por la familia Knight, de la compañía de periódicos Knight Ridder. Comenzó como un medio para cultivar el periodismo y las artes en las comunidades en las que tenían sede los periódicos Knight, esos esfuerzos están en ocho ciudades, incluyendo Miami, Detroid y Akron, Ohio, mientras planean llegar a otras 26. La misión de la Fundación Knight, de Ibargüen y el vicepresidente, Dennis Scoll, es hacer el arte accesible a la gente y a los lugares en los que no se encontraría normalmente. “El arte en general”, aclaró Ibargüen. Desde la educación hasta los festivales de poesía, la idea es unir a las comunidades a través del arte.

“No puedo imaginar un momento en el que el arte no haya tenido relevancia en el desarrollo de una comunidad”, me dijo. “El arte nos explica quiénes somos, el arte nos inspira a ser mejores, el arte muestra otras formas de pensamiento, el arte impacta, el arte te hace humano. Estos no son sentimientos teóricos. No creo ser apasionado o sentimental al respecto. Lo he visto.

“El 75 por ciento de la gente que vive aquí nació en otro lado. Cincuenta por ciento nació en otro país. Necesitamos conectores; necesitamos encontrar los denominadores comunes que nos ayuden a hacer vínculos y a unirnos al lugar; necesitamos desarrollar raíces, porque es una comunidad muy joven. No me importa si es Gloria Estefan o Beethoven; no me importa si miramos una obra maestra o algo que alguien hizo en la calle. Creo que ése es el inicio de la conversación, y comienza a crear un sentido de comunidad y a crear las clases de grupos que determinarán el futuro de Miami”.

Una mañana antes de uno de sus buceos, estaba en la cocina del laboratorio mientras Foord se reía con sus dos asistentes (Allan Cox y Max Ivers) que habían llegado de fuera recientemente para trabajar con la zoanthidea. Cox también es el compañero de buceo de Foord, una relación importante que requiere de mucha confianza. Foord estaba mezclando una porción de coral seco y jugo de naranja, un suplemento de calcio y una broma a medias de que se está haciendo uno con el coral.

La tarde antes de mi partida, el grupo sugirió que experimentara el laboratorio en todo su esplendor. En completa oscuridad, sostuvimos luces azules en cada uno de los tanques, pasando lentamente de coral a coral. La calma y el silencio que llenaron el cuarto, la veneración de todos hacia los corales, la belleza que emanaban sus colores fluorescentes se combinaron para hacer un sentimiento sublime, como el que algunos explican sentir al ver un Rothko o auroras boreales. Una poderosa sensación de belleza y adoración me inundó. Y para dar más mística al laboratorio de Coral Morphologic se encuentra el hecho de que solía ser una pequeña iglesia pentecostal. El tanque burbujeante lleno con su colección de zoanthidea estaba sobre lo que alguna vez fue el púlpito. Un sentimiento de espiritualidad permeaba en el lugar.

En mi último día en Miami, dejé el laboratorio para encontrarme con Harold Wanless, profesor y jefe el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Miami, donde ha trabajado por 43 años. Hablamos en una banca en el parque South Pointe, situado en la punta sur de South Beach y también caminamos al Whole Foods más bajo y más inundable del mundo. Miró a los jet skis que pasaban y a los corredores sin playera y se puso trise. “No nos hemos dado cuenta de la realidad, y no sé si algún día lo haremos”, dijo. Parte de su investigación académica se enfoca en los hábitats modernos, específicamente los que se encuentran al Sur de Florida y en las Bahamas, en el aumento de los niveles del mar, y especialmente en cómo responden los arrecifes, los litorales y los pantanos para adaptarse a la excavación. Ha pasado sus últimos veranos en Groenlandia, estudiando cómo se derriten las capas de hielo.

“En 2007, hicimos un estimado para el condado de Miami-Dade de que probablemente el nivel del mar se eleve entre un metro y un metro y medio este siglo, lo que pondría a Miami en una situación muy seria”, dijo. “Pero con la información que salió este año sobre la creciente velocidad con la que se derrite el hielo en la Antártica, la falta de topografía para detener el hielo, y con lo mismo pasando en Groenlandia, probablemente aumente entre dos y tres metros para el final del siglo, y eso es impactante. Estamos parados en piedra caliza muy porosa. Puedes construir todos los diques que quieras y detener una tormenta, pero no vas a evitar que el agua llegue de abajo e inunde la tierra. Se acabó, así de simple”.

Foord comparte el punto de vista de Wanless sobre el futuro, pero cuando se trata de los corales pegados a los edificios de Miami, es más optimista: “Miami solía ser un arrecife de coral. El punto más alto en Miami es Cutler Ridge, que era un arrecife de coral fosilizado, así que todo Miami estuvo alguna vez bajo el agua. Miami Beach sólo era un litoral con manglares. Fue un experimento de algunos ricos la idea de vender un sueño vacacional, e hicieron un muy buen trabajo. La gente ha hecho miles de millones de dólares. En el futuro, va a haber un momento en el que esa burbuja de bienes raíces estalle en Miami, cuando la gente comience a replantearse si es sostenible tener una casa sólo por cinco años o diez antes de que haya un gran huracán. Estamos rodeados de agua. Eso es lo que hace tan relevante a Miami Beach, porque es, para usar la jerga de nuestro tiempo, un lugar YOLO. Hoy está aquí, y mañana ya no”.

Visita la página de Coral Morphologic para ver más fotos y videos de corales bioluminiscentes.