En 2008, cuando en VICE apenas empezábamos a producir documentales para nuestra (ahora extinta) página VBS.TV, hicimos uno sobre el periódico Alarma!, donde seguimos a David Alvarado, su fotógrafo del turno nocturno, y algunos de sus colegas como Valente Rosas, de El Universal. Ese documental se presentó en VBS.TV la misma semana que se lanzó VICE en México hace cinco años.En ese tiempo yo trabajaba como editor y productor de video en la oficina de VICE en Brooklyn, y vine a México junto con mi amigo, el productor Santiago Stelley, para hacer este proyecto. Durante una semana recorrimos de un lado al otro la Ciudad de México en el vochito azul de David, buscando accidentes, asesinatos y persiguiendo ambulancias. El hilo conductor del documental era una entrevista con Miguel Ángel Rodríguez, quien trabajó en Alarma! desde los 17 años y fue su editor durante los últimos 15. Ese verano de 2008 fue cuando la violencia en el país comenzó a aumentar de forma alarmante.
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Me atrevo a decir que el documental se volvió un clásico dentro de VICE, lo presentamos entonces dentro del festival FICCO y este año lo volvimos a presentar en el Cine Tonalá.Mantuve contacto con Miguel Ángel durante los últimos años por correo, pero no nos habíamos vuelto a ver en persona hasta esa función del Cine Tonalá. A la función también asistieron David Alvarado con su esposa y algunos de sus hijos. David me entrevistó, conversamos un buen rato, y no faltó quienes les pidieran que les autografiaran ejemplares de Alarma! Después de la función hubo una sesión de preguntas y respuestas que pueden ver aquí.
David Alvarado, Bernardo Loyola y Miguel Ángel Rodríguez.Hace poco mas de un mes, la revista Alarma! dejó de publicarse de forma impresa y hace unos días me enteré que Miguel Ángel, conocido por sus colegas como "El Alarmo mayor" había muerto, no de forma violenta ni trágica, como las que le tocó estudiar, editar y "cabecear" durante tantos años, sino de un infarto fulminante cuando caminaba por los pasillos del Metro Balderas rumbo a su casa. Tenía apenas 50 años.Me da tristeza saber que Miguel Ángel se ha ido, pero al mismo tiempo me da gusto haber podido contar una parte de su historia, de su trabajo y de un medio tan extraño y polémico, pero que ha encontrado un lugar en el imaginario colectivo mexicano. Me da gusto pensar que el trabajo documental sirve para algo, para que no olvidemos, para entender, cuestionar o apreciar lo que los seres humanos hacemos, y para que quede registro de las cosas, de la historia y las historias.
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