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​Alguien quiere construir una hidroeléctrica en un lugar sagrado de la Sierra Nevada

Los líderes indígenas de la zona dicen que no se ha hecho bien el proceso de consulta previa y desaprueban el proyecto.

El viernes pasado, 25 de noviembre, niños campesinos e indígenas de la Sierra Nevada navegaron el río Don Diego montados sobre neumáticos de carro. Llevaban en sus manos pancartas que decían "No a la hidroeléctrica". Al día siguiente, la protesta continuó de la mano de cientos de adultos que bloquearon la Troncal del Caribe para rechazar el mismo proyecto. El lío arrancó en 2012. Una empresa llamada Elemental SAS, de Medellín, empezó a mover fichas con distintas entidades de la región para poder adelantar un proyecto que le permitiera apropiarse del 74% de las aguas del río Don Diego para producir energía eléctrica. Su principal obstáculo era que para obtener la licencia ambiental tenían que hacer consulta previa con los indígenas que habitan ese territorio de la Sierra Nevada. Pablo Agudelo, gerente de Elemental SAS, dijo a W Radio que "luego de analizar todos los ríos de la Sierra buscamos uno que estuviera fuera de los resguardos indígenas y las reservas". Sin embargo, la empresa sabía desde 2012 que su proyecto atravesaría territorio indígena. Una certificación del Ministerio del Interior les había aclarado en junio de ese año que en la zona de influencia de la hidroeléctrica había presencia del resguardo indígena Kogui Malayo Arhuaco. Desde entonces, según documentó en la zona el ambientalista y periodista Alejandro Arias, Elemental SAS tuvo varias reuniones con la Alcaldía de Santa Marta, la Gobernación de Magdalena, Corpamag, la Defensoría Delegada de Asuntos Étnicos y la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior. Aunque también hubo acercamientos con algunos grupos específicos de indígenas, los mamos mayores arhuacos dijeron hace poco en una carta que los tomaba por sorpresa enterarse de ese proyecto.

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Hasta ahora se sabe poco de los efectos que podría tener el desarrollo de ese proyecto sobre el medio ambiente. Tatiana Torres, líder comunal de la región, dice que "se desecarían cuerpos de agua, se contaminarían fuentes de agua dulce y se dañarían los ecosistemas", mientras que la empresa ha insistido en que se trata de un proyecto de energía limpia y que su afectación es baja. Sin embargo, la viabilidad ambiental está por medirse. El ministro de Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, dijo que Elemental SAS todavía no ha tramitado permisos ambientales a Corpamag ni a la ANLA.

La discusión, por ahora, va por el lado de la consulta previa.

En la carta enviada a la Dirección de Consulta Previa, los mamos arhuacos resaltan "la importancia que tiene el Territorio Ancestral y sus Sitios Sagrados para nuestra existencia como pueblos, para nuestra cultura, para la existencia de la humanidad y para la preservación del equilibrio material y espiritual del universo". El resto de la carta es toda una explicación sobre la forma en la que se deben tomar las decisiones sobre lo que consideran territorio ancestral. Allí dicen más o menos lo siguiente:

El ordenamiento del territorio está escrito en los códigos de la naturaleza: en las lagunas, en el canto de los pájaros, en los cerros, en las piedras, en el sonido de la brisa. Esas normas, llamadas Ley de Origen, son conocidas e interpretadas por los mamos de las comunidades. Allí se encuentran "los lineamientos para la educación o formación propia, para la organización y mantenimiento del bienestar social, para el cuidado de la naturaleza y para toda existencia física y espiritual". Mejor dicho: para que se preserve el equilibrio en la vida, creen ellos, hay que cumplir la Ley de Origen.

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El eje fundamental de esa Ley es el territorio ancestral y sus sitios sagrados. Ese territorio y esos sitios, para el caso de las comunidades de la Sierra Nevada, se encuentran dentro de lo que ellos denominan "Línea Negra", que vendría siendo una delimitación universal y sagrada del territorio. Esa "Línea Negra" es reconocida también por el Ministerio del Interior la certificación 1076 de 2012. Para intervenir un sitio sagrado, los mamos deben pedir permiso espiritual. Antes de pedir esos permisos, hay que realizar una asamblea general de mamos y autoridades. Sin eso, para ellos, no es posible avanzar. El ministro de Medio Ambiente aclaró que en 2012 Elemental SAS había iniciado un trámite ambiental con Corpomag que terminó hundiéndose justamente porque no se anexó la certificación de consulta previa. Es por eso que la hidroeléctrica no ha podido avanzar. A pesar de que delegados de la empresa han tenido reuniones de acercamiento y socialización con algunos grupos de indígenas, la carta de los dirigentes arhuacos es clara en explicar que para ellos nada de eso vale si no se realiza una asamblea general de mamos y autoridades. Murillo también dijo, a través de un comunicado, que no se pueden hacer este tipo de proyectos en zonas indígenas "salvo que se presente un proceso muy detallado de consulta previa" y que "lo que hemos encontrado de las manifestaciones recientes es que no están interesadas en ese tipo de infraestructura en su área de resguardo en la Sierra".

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Además, agregó que el trabajo que se ha hecho en la Sierra es el contrario: que se han invertido cerca de 4 mil millones para que Corpocesar y Corpamag donde las comunidades "adquieran predios en la zona de la Sierra Nevada donde las comunidades puedan desarrollar actividades para el cuidado y protección del ecosistema y evitar la realización de actividades ilícitas o productivas que deterioren el ambiente". José de los Santos Sauna, cabildo gobernador del resguardo Kogui Malayo Arhuaco, dijo que no tiene conocimiento de esa inversión.

El comunicado del Ministerio de Medio Ambiente dice finalmente que "los indígenas han manifestado su voluntad de no participar en el proceso de Consulta". Si las comunidades involucradas deciden no participar en el proceso de consulta previa, el paso siguiente es hacer un test de proporcionalidad, donde entran a jugar los ministerios del Interior, Ambiente, la Procuraduría, la Defensoría, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y el ejecutor del proyecto, y entre ellos definen medidas de impacto y mitigación. Murillo dijo que en esa etapa se encuentra actualmente el proceso.

José Sauna, sin embargo, dijo que no es que no quieran participar de la consulta previa sino que no se ha hecho de manera correcta. Explica que con el Gobierno han concertado cuatro pasos para la consulta. Primero, hacer un diagnóstico del territorio donde se va a hacer el proyecto. Segundo, la caracterización de los sitios sagrados que allí se encuentran. Tercero, una consulta interna para definir el grado de afectación cultural, ambiental, social y económica. Y cuarto, un diagnóstico técnico científico para evaluar la afectación a futuro.

El líder indígena dice que no han participado hasta ahora de la consulta previa porque en ocasiones anteriores se han sentido engañados y no les han dado las garantías que les prometen. Por eso dice que sin cumplir esos cuatro pasos es difícil sentarse a decidir sobre el caso de la hidroeléctrica del río Don Diego. Por ahora, anuncia que el 8 y 9 de diciembre se reunirán con el viceministro del Interior para discutir sobre su participación en la consulta previa.