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Cultură

#FreetheNipple: Facebook odia tus pezones

'Nunca hemos considerado poner en el mismo nivel a una tetilla y un pezón'.
Foto de portada y collage cortesía de PARCES ONG

Pezones rosados, cafés, negros, tatuados o perforados; simétricos o invertidos; areolas delimitadas, extralimitadas o ilimitadas; senos sobrevivientes a las mutilaciones o a los rellenos de silicona pronunciándose entre transparencias o empoderados al aire libre ante el terror patriarcal que los confina a la intimidad, la alcoba, las portadas de revistas tipo Soho o al porno.

Free the Nipple es un movimiento que invita a las mujeres de todo el mundo a quitarse la camisa y mostrar sus pezones como una forma de empoderamiento. Surgió en Estados Unidos en 2014 con un video creado por Lina Esco, una activista de 29 años que quería criticar el hecho de que los pezones, a diferencia de las tetillas, fueran censurados en el espacio público. Mostrar el pezón –así sea el de una madre amamantando a su hijo–, está prohibido por la ley americana, código 920, artículo 120 sobre violación y acoso sexual, en 35 estados de ese país. En Louisiana, por ejemplo, las mujeres que muestran sus pezones públicamente pagan hasta tres años de cárcel.

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Foto cortesía PARCES ONG.

Esta es una realidad que ocurre hoy en Estados Unidos, pero la desnudez femenina y su prohibición ha sido un fenómeno puesto en evidencia en diversas culturas en varias partes del planeta. De hecho, en el Corán, las mujeres deben estar cubiertas con un velo de la cabeza hasta los pies, pues solo deben ser admiradas por sus esposos y miembros familiares. Las mujeres que no cumplen estas normas tradicionales pueden ser fuertemente castigadas por su misma sociedad a pedradas, con latigazos en público o hasta con ataques con ácido en países donde la politización de la religión es muy fuerte como Irán, Afganistán y Paquistán. El cubrimiento del cuerpo femenino ya sea por razones religiosas o culturales, es un tema que todavía tiene sus repercusiones.

La vigilancia y la censura sobre el cuerpo, sobre todo el femenino no es algo nuevo y no meramente de las redes sociales. Foucault siempre consideró que la vigilancia era un mecanismo de poder que controlaba la normatividad de los cuerpos. Es decir que gracias a este mecanismo vigilante, las mujeres no podrían, en términos generales, andar sin camisa ni brasier por las playas o espacios públicos, porque su cuerpo no debe estar al descubierto. De hecho en la década de 1920 en Estados Unidos, las playas tenían inspectores de policía (Bathing Costume Censors o inspectores de vestidos de baño) que les medían los trajes de baño a las mujeres para verificar que no usaran prendas muy cortas. Annette Kellerman, por ejemplo, una mujer que utilizó un vestido de baño ajustado a principios del siglo XX, fue posteriormente arrestada por indecencia.

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Si planteamos este problema hoy en día y en todo el mundo, con el surgimiento de las redes sociales, Facebook se ha convertido en ese agente vigilante que rige las "buenas maneras" y los "contenidos apropiados" que podemos publicar o no en nuestro perfil. Para el maestro en filosofía y en estudios de género Richard Tamayo, quien actualmente trabaja como analista de medios y profesor de la Universidad de los Andes, la censura del cuerpo en las redes sociales se da porque los contenidos referentes a la sexualidad "pueden ser utilizados con fines pornográficos, lo que traería de antemano una contradicción porque amamantar también resulta escandaloso y censurado en las redes sociales". Así que, para las y los feministas que velan por igualdad entre hombres y mujeres, crear una respuesta a la censura social mostrando esta parte del cuerpo, fue un grito que poco a poco produjo su propio eco en otros países, en otras culturas y en otras plataformas.

Después de generar controversia en su país de origen, la campaña Free the Nipple fue retomada en Islandia con la foto de una chica de 17 años en Twitter que muestra sus pezones para quitarle la camisa a la igualdad. Poco después de la publicación, Adda Þóreyjardóttir fue víctima del slut shaming (matoneo a través de perfiles de internet en las que las mujeres son consideradas por los hombres y por las mismas mujeres como unas perras) y removida de las redes sociales. Esto produjo una oleada de mujeres que, con sus imágenes "sugerentes" inundaron las redes sociales en busca de igualdad. Imágenes y vestuarios que muestran los pezones fueron elementos que sirvieron de motor para que la campaña siguiera andando.

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Fotografía tomada de Vice ID de pareja en Islandia que hace parte de la campaña.

Al ser Free the Nipple una campaña que promueve la igualdad de género entre las tetillas masculinas y los pezones femeninos y ser criticada y censurada, la organización colombiana PARCES (Pares en acción reacción Contra la Exclusión Social) que vela por los derechos de homosexuales, transexuales, bisexuales, prostitutas y demás personas al margen de lo que se considera "normal" en nuestra sociedad, decidió, a partir de la censura de la islandesa, traer la iniciativa a Colombia.

Y como era de esperarse acá también fue censurada.

En nuestro país, según el jefe de prensa de la Policía Metropolitana de Bogotá, el exhibicionismo público es considerado como una contravención menor cuya conciliación es oral y más ágil. Es decir que si a alguno de nosotros se nos ocurre salir en pelota por la calle, lo máximo que nos puede llegar a pasar es un llamado de atención para no volverlo a hacer. Con esto en mente, los activistas de PARCES empezaron a convocar a sus cuatro mil seguidores de Facebook para que liberaran sus pezones y los volvieran públicos.

Así pues, esta organización se quitó la camisa y con más de veinte fotos de sus seguidores sin importar el género, sacaron a la luz una problemática que persigue a las mujeres pero no a los hombres. Para Richard esta distinción entre el pezón y la tetilla, distinción que se evidencia en las redes, es un tema meramente cultural: "Les hemos atribuido valores culturales distintos y expectativas distintas. De ahí la idea de pensar en la desnudez de la mujer con solo mostrar el pezón, cosa que no pasa con el hombre". Cuando le pregunté sobre si el pezón y la tetilla representaban lo mismo para hablar de temas de igualdad, Richard contestó: "lo que hace Free The Nipple es pretender comparar, de una manera bastante jocosa, algo que nunca hemos considerado poner en el mismo nivel, de pensar que el pezón y la tetilla son lo mismo".

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De esta forma las redes sociales y su virtual impresión de libre expresión, decidieron aplastar esta campaña con la etiqueta de "contenido inapropiado" y censurarla en repetidas ocasiones. Facebook justifica la censura sobre los desnudos bajo el argumento de que tiene una audiencia que puede ser sensible a contenidos de desnudez ya sea por su edad o por una cultura específica que los prohíba. Es por eso que campañas que luchan por un cambio social denunciando las violaciones, los ataques de ácido y la violencia en general, puedan ser removidas del ojo público de las redes sociales por tener un contenido explícito.

"Las fotos que Facebook más censura son las de los pezones que se identifican con la feminidad", asegura Alejandro Lanz, uno de los fundadores de la ONG PARCES, "censuraron el de un hombre trans que tenía senos y eso les pareció algo obsceno. Esto también es una evidencia de lo que pasa en las calles y en la sociedad: los hombres sí pueden mostrar sus pezones libremente y las mujeres no", afirma.

Para Hollman Jimenez, abogado egresado de la Universidad Externado, la desnudez en público sí representa una contravención porque agrede el concepto de lo privado y lo público. "En cuanto a la desnudez femenina o masculina, desde la división del trabajo, la mujer representaba ese lugar privado, el hogar, pues estaba a cargo de la casa y de los hijos; mientras que el hombre estaba afuera buscando el sustento de la familia", aclara. "Es por eso, que hoy culturalmente la desnudez masculina o el torso descubierto es socialmente más aceptada, mientras que el torso de la mujer desnudo sí represente muchas más problemáticas sociales", continúa. Los pezones para Hollman, al igual que para Richard, tienen un valor diferente al de la tetilla. "El pezón de la mujer representa la maternidad y se acerca a un concepto de privacidad y la tetilla, al no tener este valor materno y privado, se debe ver de manera distinta", concluye Hollman.

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Cortesía de PARCES ONG.

Sin embargo, muchos de los censurados en esta campaña afirman que vetar este proyecto que busca la igualdad y el respeto, en realidad convierte esta selección de lo que 'deberíamos ver' en una que no vela por estos valores. 'Debemos ver', según Facebook y según los medios de comunicación, publicidades de nalgas femeninas promocionando ron, el cuerpo femenino casi desnudo (sin mostrar el pezón, claro) para promocionar cualquier tipo de producto, campaña o movimiento y 'debemos ver' un bombardeo de lo que se considera 'normal' (o sea mujeres esbeltas con protuberantes atributos) pero no, nunca, un pezón femenino. ¿Por qué la censura en este tipo de redes sociales se enfoca en despreciar el pezón femenino, cuando siempre vemos cuerpos de mujeres semi desnudas en todo lo que nos rodea? ¿Por qué la tetilla del hombre sí es permitida? Porque no son lo mismo.

No es casualidad que Hollman Jimenez y Richard Tamayo coincidieran en que el pezón y la tetilla no están en el mismo nivel, por lo que probablemente el enfoque de Free the Nipple no esté del todo correcto. Por eso Richard explica que "aquí surge una paradoja feminista. Una campaña como estas trata de igualar algo que jamás ha sido considerado como tal. Sin embargo Free the Nipple sí nos hace plantearnos preguntas. ¿Cuál es el verdadero problema? Que nunca nos hemos preguntado si podrían ser iguales, y si fueran iguales, ¿qué pasaría? Las normas son arbitrarias y convencionales y esto hace que se fragilicen cada vez más los límites de género", asegura.

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Cortesía de PARCES ONG.

Por eso, activistas como PARCES utilizan estos contenidos, para así hacernos reaccionar ante dichas problemáticas. Esta organización creada en el 2013 por estudiantes y colaboradores de la Universidad de los Andes, inició un proceso de visibilización de los grupos de personas pertenecientes al LGBTI y a los y las trabajador@s sexuales que la sociedad 'no quiere ver' por no pertenecer a lo normal. Haciendo risible la idea misma de lo normal, PARCES trabaja con personas que no pertenecen únicamente al género masculino o el femenino, a las personas que hacen parte de un gremio que trabaja con la sexualidad para poder vivir, a todas esas personas que hacen parte del oscuro tabú de la sociedad. Alejandro Lanz y María Inés Cubides, estudiante y egresada de la Universidad de los Andes respectivamente, empezaron a trabajar con trabajadoras sexuales de la plaza La Mariposa en San Victorino desde 2013. Este fue solo el comienzo de más de 10 proyectos que Lanz y Cubides han emprendido con la ayuda de practicantes, estudiantes y profesionales en estudios de género, que buscan visibilizar a estas personas excluidas. Proyectos como el de la libertad del pezón son muchos en los que esta organización participa. Para ellos la exclusión de género es un enemigo que toca atacar de todas las maneras posibles. De esta forma, todas las semanas se reúnen en la sede de la organización ubicada en el barrio Santa fe para la creación de iniciativas como el teatro del oprimido, creación de espacios seguros, ayuda a las operaciones de transformación de sexo, entre otros, para brindar soluciones a diferentes abusos y así puedan de alguna u otra manera ayudar a las personas al margen de la normatividad. Cuando Free The Nipple surgió y fue censurada era entonces cuestión de tiempo para que PARCES y su comunidad protestaran fuertemente por medio del pezón.

Por eso, cuando hablamos con ellos acerca de dicha censura, Lanz responde indignado que no es la primera vez que esto pasa y en cuanto a la política de varias redes afirma: "Nos afectó mucho porque FB y nuestra fan page es una plataforma donde hacemos activismo y denuncias sociales sobre violencia de todo tipo. Por lo que al haber cerrado nuestras páginas y nuestros Facebooks personales es bastante grave para nosotros como activistas y como personas defensoras de derechos humanos".

De esta manera, los seguidores de PARCES que velan por los derechos de los que no hacen parte de la norma, mandaron sus pezones libres y se unieron a esta campaña; una que demuestra que así el cuerpo de la mujer sea objetivizado en telenovelas, en comerciales y en marketing publicitario de una manera recurrente, aparentemente el "contenido inapropiado" que choca a las cortas edades y a las culturas conservadoras converge en una pequeña parte de piel: el pezón.

Si quieres saber más acerca de los proyectos de PARCES haz click aquí.

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Si quieres mandarnos tus pezones libres y unirte a esta movida global puedes postearlos en los comentarios.