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Mi veto jalisciense, durante el cual fui acuñando motes de odio como Guadalagata, Guadalarriata, Guadalamonda, Guadalacaca y Oaxadalajara, entre otros, duró solamente un año porque soy de olvido fácil, porque Mariño González y Karla Bañuelos son los reyes Midas de la FIL y porque mis mejores amigos organizaron ahí nuestra última reunión de este malogrado y agonizante 2015.
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El amor flota en el aire de El Santuario. Lo sé porque Sisi quedó un poquito enamorada del profesionalismo farmacéutico de nuestro dealer, y yo todavía suspiro por el botín.Te amo, Guadalajara.