El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro ha decretado que todos los viernes de los siguientes dos meses serán días festivos en un intento por salvar la energía en aquel país, uno de los líderes en producción petrolera de la OPEP."Vamos a tener largos fines de semana", dijo Maduro en una larga aparición en el canal estatal de televisión el pasado 6 de abril en la noche. Además, anunció que la medida forma parte de un plan de 60 días para combatir la crisis energética.Una sequía severa, junto con lo que los críticos consideran que es una falta de inversión y mantenimiento de la infraestructura de energía, se ha desatado en el vecino país, el cual depende de la energía hidroeléctrica para generar el 60% de su electricidad .La oposición política de Venezuela consideró a la nueva semana laboral de cuatro días como una medida imprudente, en medio de una aguda recesión económica, escasez de alimentos y medicinas, y una inflación de tres dígitos .
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"Para Maduro la mejor forma de resolver esta crisis es reducir la productividad del país", dijo el concejal de la ciudad de Caracas, Jesús Armas, quien descibió la medida como 'pan y circo'.Algunos venezolanos tomaron la nueva instrucción con sorpresa. "¿Me están bromeando?", expresó un usuario en Twitter. Sin embargo, aún no está realmente claro cómo los viernes de asueto van afectar al sector público y al sector privado.Los detalles del plan de 60 días serán anunciados más adelante. "Creo que podemos revertir esta situación sin incrementar las tarifas de racionamiento", señaló Maduro.Este artículo fue publicado originalmente en VICE News, nuestra plataforma de noticias.La medida viene de la mano con otro decreto de Maduro en el que otorgó descanso durante una semana por la Pascua, ordenando a algunos centros comerciales generar su propia energía, y acortar la jornada de trabajo.