El PP de Madrid es el nuevo NODO

En el cine, sentado en mi butaca esperando para ver El año más violento. Empiezan los trailers. "Hazlo. Porque cuando te levantas siempre recuerdas el mismo sueño. Hazlo. Porque sabes que si lo hicieses serías el mejor". No sé qué peli es esta, pero parece lo nuevo de Fernando León de Aranoa con banda sonora de John Williams. Espera, espera. No tan rápido. "Si tienes un sueño o una idea de negocio, en la Comunidad de Madrid te ayudaremos a hacerlo realidad". No puede ser. Sé que estamos en precampaña pero, ¿esto?

Siguiente tráiler por favor. Dadme cine de una vez. Que se me pongan los dientes largos y la miel en los labios. "No podemos elegir si nuestro hijo será del Madrid o del Atleti". Bueno, esto con los dibujitos en movimiento en una pizarra parece Gondry, pero también podría ser una plataforma de contenidos para niños o un festival infantil. "Porque ofrecemos a las familias 1.563 centros públicos, garantizamos 533 centros concertados y una enseñanza bilingüe con 1.900 profesionales nativos". ¿Cómo? Basta, en serio. "Comunidad de Madrid: la suma de todos".

Uno de los 'trailers' de propaganda del PP que emiten en los cines.

Esto ya es una broma pesada. Quiero Cinecito, Movierecords y anuncios que parezcan superproducciones. O me dais eso o me salgo a por palomitas. No más propaganda del PP, por favor. Pero, mientras suplico y el resto de la sala se indigna, continúa la maratón de publicidad de los populares con lo que parece un tráiler de Llamaradas pero en realidad es una campaña del 112. "En caso de emergencia, cuenta con nosotros: Comunidad de Madrid". Y sí, todavía hay más, otro spot explicando las ventajas fiscales de los madrileños.

Ni uno, ni dos, ni tres… cuatro anuncios seguidos vendiendo la bondades del Gobierno por el que será candidata Cristina Cifuentes (un saludo de parte de S.A., Cristina). Me siento como Alex en La Naranja Mecánica. Soy el primero en valorar la falta de escrúpulos de estos vídeos que nos regalan para arrancar votos, pero las emboscadas no me gustan. El cortometraje de Ana Botella que cuenta el delirio de un argentino que aterriza en un Madrid-capital-mundial-del-progreso me hizo reír, pero voluntariamente. Y el de los políticos vestidos de 'sport' en un salón ni te cuento, pero no me los metas por sonda nasogástrica gracias.

No seamos tiquismiquis. No entremos a señalar que la ley prohíbe el uso de publicidad institucional para hacer autopromoción, especificando que no se pueden hacer campañas "que tengan como finalidad destacar los logros de gestión o los objetivos" de una Administración pública. No entremos a cuestionar si está bien o mal realizar simpáticos vídeos que recuerdan al NODO financiados con el dinero de los ciudadanos en época preelectoral. Entreguémonos a Goebels, la sobreexposición y la obra de autores con horror al vacío, que inundan el Metro de carteles y la radio de logros como suprimir la tasa por recogida de basuras. Si al Ayuntamiento le da igual seguir endeudado hasta las cejas, no seremos nosotros los que suframos una úlcera por preocuparnos. Entremos diez minutos antes al cine para no perdernos el espectáculo.