De Orcasur a La Courneuve: barrios marginales, gente que trata de sobrevivir

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De Orcasur a La Courneuve: barrios marginales, gente que trata de sobrevivir

Diego Sánchez y Borja Larrondo viajan de Madrid a París para continuar su proyecto "Aquellos Que Esperan".

Aquellos Que Esperan es un proyecto multiformato en constante crecimiento que documenta la vida diaria en barrios de periferia con unas características singulares. Así lo definen Borja Larrondo y Diego Sánchez, sus dos autores. De ellos ya conocemos las fotos que hicieron en Orcasur (Madrid), por las que consiguieron la beca FotoPress de La Caixa y que acabó siendo un libro y una exposición en CaixaForum (Madrid y Barcelona). Ahora, estos dos fotógrafos han pasado unos meses en una barriada de París, llevando AqE al territorio francés.

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"En 2015, gracias al festival Circulation(s), conseguimos una residencia en el centro Centquatre de París, que nos permitió durante tres meses hacer la comparación entre La Courneuve y Orcasur. Elegimos La Courneuve (París) por ser un símbolo de la arquitectura de posguerra en Europa. Allí se encuentran los restos de 'la citè des 4000', un entramado urbano basado en el taylorismo que permitió albergar durante 30 años -a día de hoy, varios edificios siguen en pié- a miles de familias que vivían en un emplazamiento de chabolas autogestionado en los años 50". Así nos lo explican, Borja y Diego, recién llegados de Francia, donde están exponiendo AqE en el citado Centrquatre.

La Courneve forma parte del sistema urbano que se extendió por Europa para dar solución a los problemas de vivienda en las ciudades, como también pasó con Orcasur, en Madrid. "Fueron lugares donde llegó gente procedente del éxodo rural y de las fuertes migraciones a Europa, que había demandado gran cantidad de mano de obra para reconstruir el continente tras la II Guerra Mundial. Todo esto mezclado con las dificultades económicas de la clase obrera, causaba colapsos en los extrarradios de las ciudades industriales".

Vamos a hablar con Borja y Diego sobre fotos, proyectos de largo recorrido, París y barrios marginales.

Vice: Hola, ya he leído por qué elegisteis La Courneuve, pero, ¿qué os encontrasteis allí?

Borja Larrondo: Pues fuimos a París con la excusa de la residencia y con poco conocimiento del territorio de la banlieu (las afueras o el suburbio) más allá de lo que conocíamos por los medios, tras los disturbios del 2005. Aquellas imágenes de los coches quemados, el videoclip de Justice y la peli de La Haine era un poco lo que conformaba nuestro imaginario de lo que podíamos encontrarnos… Todo esto a los pies de aquellos bloques de edificios enormes, construidos en cuadricula, que no permiten ver el horizonte. Así que una vez allí, dedicamos una semana y media a movernos con el coche por las diferentes 'ciudades' dentro del departamento del 93. Buscando puntos en común con aquello que hicimos en Orcasur.

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¿Costó encontrar esos puntos o el nexo de unión con el sur-este de Madrid?

Diego Sánchez: Pues íbamos con dos premisas claras: urbanismo de posguerra y 'masacre' mediática. Pero una vez sobre el terreno teníamos que encontrar un epicentro sobre el que articular nuestras caminatas… Una Plaza del Caracol, como la de Orcasur, donde todos parasen y donde pudiéramos hacernos visibles.

¿Cuál fue esa 'plaza' y qué gente os encontrasteis por allí?

D.S.: Realmente, no llegamos a encontrar una plaza como la del Caracol, localizamos en La Courneuve una plaza en la que parar, pero las dinámicas eran más a la francesa, gente en las calles, pero menos cervezas… Había desconfianza hacia los medios de comunicación o hacía el 'daño' que estos pueden hacer, pero una vez que hablas con la gente sí existe una apertura. Esto hacía que al principio lo que nosotros habíamos hecho en Orcasur no funcionara.

No tuvisteis tanto tiempo para ganaros la confianza de la gente, eso os hizo cambiar la forma de trabajo, ¿no?

D. S.: Sí, una vez que localizamos La Courneuve empezamos a visitar distintas asociaciones que trabajaban en la ciudad.

B. L.: Ademas el problema del idioma hizo que fueran nuestras fotos las que hablaran por nosotros o nos presentasen. Íbamos con el libro de Orcasur presentando el proyecto y era la propia gente, los propios chicos que paraban con sus motos o la gente de las asociaciones, la que nos permitía encontrar los puntos en común y marcar nuestras rutinas y encuentros.

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D.S.: Es un barrio ideado para obreros, que en principio estaba rodeado de industria. A día de hoy la industria que existe está muy especializada, así que no necesita tanta mano de obra y a la poca que hace falta se le exige mucha formación. La gente es muy consciente de cuál es su situación y que eso "no es París". Mucha gente de la que vive allí está obligada a desplazarse largas distancias para trabajar es muy consciente de su posición y de dónde está París.

Eso es muy interesante, no se consideran París, y entonces, ¿cómo ven la ciudad, la capital? ¿como otro mundo?

D. S.: En la banlieue , París es conocido en las calles como "Panamá". Sí hay jóvenes que se desplazan a París, pero tampoco todo el mundo. Hay un pequeño recelo hacia la capital.

B. L.: Tienen sus propias normas, sus propios códigos, al igual que en el pasado, el Verlan marcó parte de ese argot de la gente del 93.

D.S.: Todo gira en torno a ella, ya que a día de hoy estas ciudades están siendo gentrificadas y absorbidas, pero también hay un amor por el 93 y por la resistencia que estas zonas significan, donde la vida nunca fue fácil y donde las autoridades van a buscar la "mierda" que rodea París. No quiero decir con esto que allí esté la mierda, pero sí que es donde se va a buscar.

B. L.: Si bien es cierto, como dice Diego, que cada día por la propia expansión de la almendra central (proyecto Gran París donde quieren incluir la banlieu en la capital) se ve cada día mas cercana la ciudad.

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D. S.: Igual que pasa en Orcasur o en poblados de periferia en Madrid.

¿Habladnos un poco del Verlan?

D.S.: Es un dialecto, el argot usado en la banlieue. Creemos que se comenzó a usar para que la gente que no era del barrio no se enterará de las conversaciones. A día de hoy, después de muchas transformaciones, hay palabras que ya calaron en el idioma y están regladas, pero otras muchas no, tampoco hay una regla estricta que rija el Verlan.

B. L.: Son códigos que marcan la identidad hacia un territorio… como cuando en un grupo de colegas utilizan determinadas expresiones o palabras para definir determinadas cosas. Algo así, pero a lo grande. En principio son las palabras comenzadas al revés, pero esto también puede variar. Es uno de los ejemplos que marcan el 93 como un territorio independiente de la ciudad de París. Es ese amor-odio a pertenecer a París o Francia. Digamos que es uno de los problemas de identidad a los que se enfrenta la población que allí vive. Muchos jóvenes son la tercera o cuarta generación de emigrantes que vinieron tras la guerra de Argelia y la Segunda Guerra. Pero hoy, a estos hijos y nietos de emigrantes se les sigue preguntando de dónde son, pues para muchos no son franceses. Y, por otro lado, en las tierras de origen de sus familiares tampoco son considerados de allí.

Esa es la parte sociológica o política del proyecto y desde el punto de vista artístico, ¿cómo lo habéis enfrentado? ¿de forma distinta a Aquellos Que Esperan de Orcasur?

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D. S.: El proyecto es multiformato, tiene una parte fotográfica que es la que deja un poso visual después de ver un conjunto de imágenes y personas que describen un lugar. Además de lo estrictamente fotográfico también hay entrevistas, archivo, textos de prensa, etc… Todo este conglomerado de información es el que aporta al proyecto la parte histórica y socio-política. De todas formas, cuando hacemos fotos, tenemos todos estos conceptos presentes, vamos investigando a la par que hacemos fotos y siempre hay una influencia. Bien sea en la elección de los personajes o en la lectura que se puede sacar de las imágenes.

B. L.: Puede ser, que la parte más 'artística' y menos documental (entendiendo como documento en sí, no transformado) viene a posteriori, al generar una narración singular o diferente dependiendo cuales son los puntos que queramos acentuar o contar en dicha ocasión.

Y vosotros, ¿llegasteis a empatizar con la gente, a tener cierto grado de amistad o confianza?

B. L.: Solemos trabajar andando por el territorio elegido, recopilando la mayor información posible, sea del carácter que sea.

D. S.: Sí, una amistad relativa, porque estuvimos poco tiempo. Pero cuando ves a una persona casi todos los días durante tres meses rompes una barrera del tiempo por así decirlo. Hay veces que la intensidad crea mas fuerza en una amistad que el tiempo.

Y ya para terminar, el proyecto AqE hacia dónde camina ahora, ¿cuál será la tercera entrega?

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D.S.: No se lo que opina Borja, pero a mí, personalmente, me gustaría seguir en Francia durante un periodo más largo de tiempo, más incluso que en Orcasur. En 2030, el Ayuntamiento de París absorberá las competencias de los ayuntamientos de la banlieue en Ile de France y esto va a ser un cambio muy grande en la vida de todas las personas que viven en zonas como el 93. Creo que hay mucho que documentar antes de que desaparezca, ya que llegado ese momento es probable que el proceso de expansión de la ciudad cause algunos estragos en la vida de mucha gente. Y no estará de mas tener documentación suficiente como para mostrar en el futuro qué es lo que ocurrió en este tiempo en esas zonas.

B. L.: Sí, coincido con Diego, en París queda mucho trabajo por hacer, al igual que en Madrid. Y, bueno, quién sabe, este modelo urbano se ha reproducido en muchas partes del mundo…