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Motherboard: Los grandes bancos lavan dinero del narco

HSBC México ha ayudado bastante a la causa.

Cuando se trata de drogas, crímenes y mucho dinero, es difícil olvidar el más grande, reciente y confuso evento. Es difícil olvidar el manazo que se llevó HSBC Holdings PLC, el gigante británico que hace poco admitió haber lavado unos 881 millones de dólares para dos de los cárteles más poderosos del mundo a lo largo de más de cinco años.

Pero tener en la mira estas transgresiones del tercer banco más grande del mundo podría hacernos perder de vista el problema más grande: el sistemático lavado de dinero interbancario está repleto de capos despiadados, grandes déspotas y ejecutivos que se hacen de la vista gorda. Todas estas finas personas trabajan en una especie de triángulo sangriento. Más de una docena de grandes bancos han tenido que saldar cuentas con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por lavado de dinero desde 2006, según Robert Mazur, ex agente federal. En un artículo para el New York Times, en el que cita expedientes judiciales, Mazur describe un catálogo de actos criminales.

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Está el banco ING, que desembolsó más de 619 millones de dólares en multas en junio pasado por alterar registros y mover más de dos mil millones de dólares “para entidades que comerciaban con Irán y otros países bajo sanción”. Está American Express Bank International que aceptó que existía la posibilidad de que hubiera lavado más de 55 millones de dólares de dinero de drogas a través de algunas cuentas bancarias extraterritoriales. Está ABN Amro Holdings (ahora parte de Royal Bank of Scotland), Barclay's, Credit Suisse, Lloyds, Standard Chartered, Union Bank of California y Wachovia; todos, al final, llegaron a un acuerdo con el Departamento de Justicia para evitar ser enjuiciados, siempre y cuando mejoren sus candados de seguridad internos. Mazur, cuya carrera de 27 años involucra periodos como lava dinero encubierto, dice que todo esto es el equivalente a emitir “multas de tránsito”.

No es sólo HSBC. En una entrevista en 2010 con Profil, el director ejecutivo de la Oficina de Drogas y Crímenes de las Naciones Unidas, Antonio Maria Costa, dijo: el dinero, tanto del tráfico internacional de drogas como otras actividades ilegales, ha sido la única fuente de vida que ha mantenido a varios grandes bancos en operación. Pero podemos ver cómo las oficinas de HSBC en México lograron transferir tanto dinero para darnos una idea de cómo el nuevo sistema interbancario global sigue funcionando.

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Todo empezó donde siempre, en las calles de Estados Unidos. Los cárteles, en particular el cártel mexicano de Sinaloa y el cártel colombiano Norte del Valle, trafican drogas en Estados Unidos, y después envían el dinero de regreso a México, por lo general a través de mensajeros de carne y hueso que saltan de un lado a otro de la frontera. Después, el dinero se entrega a las sucursales de HSBC; Mazur habla de cajas de dinero, algunas con cientos de miles de dólares, que se entregan, de forma abierta, en ventanilla.

Aquí es donde las cosas se ponen un poco turbias. El rastro que este lavado deja es tan confuso como poco confiable; ese es el punto. Pero, de acuerdo con un documento del Departamento de Justicia estadunidense, citado por Reuters, los criminales de mediano rango usaban cuentas de HSBC México, las cuales abrían gracias al laxo monitoreo antilavado, para depositar el dinero del narco, y después transferir los fondos a “negocios ubicados en Estados Unidos y otros lugares. Después se usaban los fondos para comprar bienes, que luego se exportaban a Latinoamérica para su venta y así genera dinero ‘limpio’”.

Como explica Reuters:

Durante una transacción normal, un intermediario del cártel se ofrece a entregar los bienes, como computadoras y lavadoras, a los establecimientos colombianos en términos favorables. Otra persona en Estados Unidos compra estos bienes usando fondos del tráfico de drogas y hace esos pedidos.

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Así se cierra el círculo. Pero es un ciclo que sigue girando; la oficina de la fiscalía en México, cuya palabra debe tomarse con varios granos de sal, dice que algunos de estos traficantes hacen uso de un “sistema elaborado” que sirve para enviar el dinero de las drogas a través de bancos estadunidenses, después bancos europeos, y después de regreso a Estados Unidos y Latinoamérica.

En resumen, una investigación de un año realizada por el Subcomité Permanente de Investigaciones del senado estadunidense concluye que en un lapso de dos años, HSBC México transfirió siete mil millones de dólares del narco. El reporte del subcomité asegura que el banco no cumplió con su responsabilidad de rastrear transferencias electrónicas equivalentes a 60 billones de dólares. Ningún ejecutivo del banco ha sido acusado de crímenes. HSBC hizo lo que cualquier entidad de su tipo haría en esta situación: arrojó dinero al problema. Los 1,900 millones de dólares en multas que tuvo que pagar, es equivalente al 10 por ciento de las “ganancias antes de impuestos” que tuvieron sólo en el 2010.

Mientras tanto, ¿los ganadores del llamado acuerdo fiscal? Los bancos.

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Contacta a Brian en brian@motherboard.tv. @thebanderson