Andrew Wardle ha sido virgen toda su vida, pero no porque no haya sido afortunado con las mujeres. Este británico de 40 años lleva cuatro con su novia, con la que nunca ha mantenido relaciones porque Wardle nació sin pene debido a una extraña enfermedad.Ahora, tras haber explicado su historia en el documental de TLC The Man with No Penis y haberse sometido a más de cien operaciones, Wardle ya está preparado para el sexo gracias a su nuevo y flamante "pene biónico".Wardle nació con la vejiga ectópica, por lo que de bebé fue sometido a una operación de cirugía correctiva. La intervención impidió el desarrollo de su pene. Wardle ya se había mentalizado de que tendría que pasar el resto de su vida sin miembro reproductor hasta que el británico Mohammad Abad, que perdió el pene en un accidente de su infancia, se ofreció para que le implantaran un pene experimental en 2012.Al igual que el de Abad, el pene de Wardle se creó con injertos de piel, músculo y nervios de su brazo, y dispone de una serie de cilindros que se llenan de fluido bombeado desde un pequeño saco implantado en el escroto, consiguiendo así producir una erección. Sin embargo, es preciso que el equipo médico "active" este sistema, un proceso que requerirá que Wardle pase tres días ingresado en el hospital y que deba aguantar una erección de nada más y nada menos que dos semanas.El pasado miércoles, Wardle explicó a los presentadores del programa de televisión This Morning que tenía intención de pasar esas dos semanas encerrado en casa, para no mostrar al mundo la tienda de campaña que se habría formado en sus pantalones. Por cierto, también señaló que no le dieron la opción de elegir el tamaño de su nuevo miembro, una omisión bastante considerable.Una vez que la polla robótica esté activada y hayan pasado las dos semanas de erección, Wardle estará preparado para tener relaciones con su novia, Fedra Fabian, por primera vez en cuatro años. En el programa de televisión, Fedra dijo que ambos llevaban saliendo nueve meses antes de enterarse del problema de Wardle, y que lo hizo a través de la prensa. "No supe cómo reaccionar", recuerda.Para alguien que está a punto de perder la virginidad después de cuatro decenios, Wardle podría parecer un tipo pacífico, pero ya ha arremetido contra Abad, quien perdió su virginidad con una trabajadora sexual muy populary ha declarado recientemente que quiere tener una cita con una robot sexual. "Es una operación que pagan todos los contribuyentes y la finalidad no era que este tipo pudiera acostarse con una prostituta", arguyó Wardle el pasado viernes.En efecto, el Servicio Nacional de Salud británico financió ambas operaciones de modo que sus beneficiarios no tuvieron que pagar nada. Sin embargo, surge la duda de hasta qué punto este aspecto debe coartar la libertad sexual de cada uno.Traducción por Mario Abad.
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