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Por esta razón bebes más café que tus amigos

Investigadores de la Universidad Northwestern han descubierto la razón por la cual no puedes parar de beber taza tras taza de café.

Siempre está ese chico que no puede beber. Ya sabes, el tipo que con medio vaso ya está tambaleándose y chocando con las paredes como niño de dos años. Algunas personas simplemente no pueden comportarse como adultos.

Y eso después de una sola taza de latte.

No es necesario decir que la cafeína nos afecta a todos de forma diferente, sólo tienes que comparar a los italianos, sorbiendo expresos de forma sofisticada en los cafés al aire libre y a tu amigo antes mencionado para darte cuenta de eso, pero los científicos de la Universidad Northwestern dicen que han descubierto la razón de que esto suceda. Y todo es gracias al ADN.

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Mientras que otros estudios han explorado el vínculo entre los genes y el consumo de cafeína, la investigación de Northwestern, publicada hace un par de semanas en el diario Human Molecular Genetics, estudió los químicos encontrados en la sangre después de beber café.

En el estudio de 9,876 participantes, los investigadores descubrieron que las variaciones genéticas relacionadas con bajos niveles de químicos en la sangre después de beber café son iguales a los asociados con un mayor consumo de esta bebida. Básicamente, si tu cuerpo procesa la cafeína más rápidamente, habrá menos químicos presentes en tu sangre y probablemente tomarás otra taza de café.

El experimento también reveló una variación genética sin previa atención en el proceso metabólico de la cafeína (el gen CYP2A6, en caso de que te lo hayas preguntado). En el pasado, el gen se ligaba también al metabolismo de la nicotina y al hábito de fumar.

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En un comunicado de prensa, la autora principal del estudio y profesora asistente de medicina preventiva en Northwestern, Marilyn Cornelis dijo que los resultados corroboraron los hallazgos de experimentos previos: "La investigación genética […] hace hincapié en la idea de que no todos responden de la misma manera a una taza de café (o cualquier otra bebida con cafeína)".

Así que, la próxima vez que alguien te pregunte cuántas veces has ido hasta la máquina de café, puedes culpar a tus cromosomas. No escuches a esos "expertos" que dicen que los problemas de la adicción al café no son reales.