Sismo: sintetizadores made in Colombia

Imágenes cortesía de Sismo.

Cuando piensas en sintetizadores o equipos para producción musical te remontas a marcas extranjeras como las japonesas Roland y Korg, la rusa Polivoks, o Moog, proveniente de Estados Unidos. Pero no hay que mirar tan lejos. En la cálida ciudad de Santa Marta se encuentra la central de operaciones de Sismo, una empresa que se dedica a la producción y distribución de sintetizadores modulares manufacturados que fusionan diseño y funcionalidad.

Este proyecto nació en el año 2006 a partir de las investigaciones del brasilero Cristiano Rosa sobre circuitos electrónicos, hardware hacking y circuit bending en torno al arte experimental y aplicado a la creación de sus propios instrumentos para sus presentaciones en vivo. Desde entonces, Sismo ha reunido a artistas e investigadores de nuevos medios para diseñar, crear y producir sintetizadores analógicos, fabricados manualmente y en colecciones limitadas. En 2011 se unió al proyecto Astrid Rojas y se consolidó Label Creativa, una iniciativa educativa enfocada en la interacción experimental. A través de estas se realizaron talleres e instalaciones en festivales, museos y centros culturales en Asia, Europa y Suramérica.

En el 2013 se materializó la idea de comercializar sus creaciones que han llegado hasta China, Japón, Dinamarca o Australia, por nombrar algunos . En Sismo se fusiona el interés en la investigación de nuevas herramientas para performances, la creación sonora y visual, las instalaciones y el gusto por diseñar y experimentar con materiales para encontrar la manera de construir con ellos nuevos objetos.

¿Cuántos productos tienen a la venta en este momento?

Sismo cuenta con 4 líneas de sintetizadores que varían su apariencia y funciones según la colección. Está la línea avanzada, donde se encuentran las máquinas más completas, incluye parte de sintetizadores secuenciados con sonidos percusivos, rítmicos y visuales. Estos son Lito, Ona, Escala y Qadrox L. Línea clásica, donde aparecen las máquinas que dieron origen al proyecto y en las que se encuentran concentradas las investigaciones base entorno a secuenciadores y otros elementos rítmicos, incluyen los modelos Qadrox, Twin-T y Tapbum.

Tenemos también los llamados sintetizadores del mes, que son prototipos o piezas resultado de estudios que hacen parte de la línea experimental; son nuestra manera de jugar con formas, mantenernos creando y probando sonidos para luego incluirlos en máquinas de catálogo. Salen doce prototipos al año. Por último tenemos la línea de gadgets-educacional que son máquinas de menor tamaño y funcionan con batería. Generalmente incluyen amplificación para optimizar su portabilidad y producen ruidos y efectos. Como estos tenemos a Mini, Qad4 y APC

Línea avanzada: Escala.

¿El circuito de sus sintetizadores se basa en algo específico, alguna otra máquina?

Los circuitos de las máquinas trabajan en su síntesis más cruda. Son los resultados de las investigaciones de todos estos años. Reproducen ondas cuadradas, senoidales, triangulares y diente de sierra. Sonoramente pueden tener semejanza a la bassdrum de la Roland TR 808, Paia Modular o Korg Ms20. Al final los sonidos son más eléctricos. Los circuitos son diseñados de acuerdo a nuestro gusto personal. Muchas piezas hacen parte de un archivo de los setenta y ochenta que se han ido recolectado NOS (new old stock). Nos interesan los componentes raros y de vieja guardia. Muchas veces los diseños salen al azar por el hecho de no ser ingenieros sino artistas con la experiencia en el campo de la electrónica.

¿A qué partes del mundo están llegando?

Contamos con distribuidores en Japón, China, Estados Unidos, Canadá, España, Dinamarca y Australia. Cuando se trata de compra directa en nuestra tienda online los clientes norteamericanos son el top de la lista. Sin embargo es un orgullo para nosotros poder decir que nuestros principales clientes son los artistas Japoneses que no se pierden ni una sola de nuestras colecciones.

¿Quiénes son sus principales compradores?

Tenemos clientes variados. Desde grandes bandas como la de Trent Reznor (NiN), estudios de grabación, guitarristas, DJs, productores de soundtracks para teatro, cine y televisión. Artistas experimentales, profesores universitarios y coleccionadores de arte sonoro, hasta algún curioso que quiere las máquinas como parte de su decoración.

¿Cuál ha sido el feedback de los clientes?

Tenemos mucho respeto y admiración por otros proyectos de sintetizadores y sabemos que hay mucho por hacer. A nuestros clientes les gusta, en primer lugar, la calidad sonora por la crudeza de los sonidos. Otro punto que ha llamado la atención es que las máquinas son compatibles con otros sintetizadores en el mercado. Nuestros instrumentos ofrecen la posibilidad de integrarse a algunos sistemas, por ejemplo Arturia Microbrute y bitstep pro; Korg MS10; Ms20; SerieVolca y SQ-1. También permite la integración con sistemas modulares como Doepfer, Moog y Arp 2600.

También es importante resaltar el diseño. Sismo ha funcionado muy bien por su apuesta colorida y variada que destaca por su forma de operar, además del resultado sonoro que ofrecen. Y por último podemos decir que ser suramericanos ha sido un punto a nuestro favor. Algunos lo ven con escepticismo y asombro, pero somos pocos construyendo sintetizadores desde esta parte del mundo y esto nos hace destacar.

¿Qué le falta a Colombia para que la cultura de sintetizadores y modulares sea más fuerte y arraigada?

Todo comienza con lo que aprendemos y conocemos. Se necesita tener acceso a los sintetizadores, tocarlos. Sería muy válido formar público a través de más festivales que no incluyan solo a músicos y productores, sino también a curiosos que empiecen a interesarse por el tema técnico.

También, desde las escuelas de formación musical podrían arriesgarse a incluir un curriculum más extenso sobre música electrónica y desde plataformas alternativas independientes que abran espacios para más muestras. Otro punto vital son las tiendas y los distribuidores. Que no se piense únicamente en un público de guitarristas y bateristas o en sintetizadores mainstream, sino que apuesten por difundir módulos y marcas diferenciadas. Hay mucha gente fabricando máquinas increíbles.

Creemos que en Colombia sí hay público interesado en el tema, sólo que los canales no han sido abiertos. Los colombianos no le tienen miedo a las máquinas analógicas, lo que pasa es que han conocido más sobre softsynths. Queremos que conozcan más a Sismo en el país y que se apropien de lo que tienen cerca. Hemos abierto un programa de apoyo a centros educativos y estudiantes para que puedan aprovechar sus sintetizadores colombianos.

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