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Acoso sexual en la U

La Fiscalía no avanza en el caso de Juanita Díaz

ARCHIVO | Han pasado dos meses desde nuestro informe y cuatro años desde que ella instauró su denuncia. ¿Qué pasó?

VICE publicó el pasado enero la historia de Juanita Díaz, una exalumna de la Universidad Javeriana que dice haber sido abusada en 2011 por parte de un compañero de carrera en las instalaciones de ese centro educativo.

Si bien su historia permitió que otros medios empezaran a hablar de acoso sexual en las universidades, el asunto en mi opinión más importante sigue sin resolverse. Luego de cuatro años de haber instaurado la denuncia ante la Fiscalía, esta no le ha imputado cargos al presunto victimario.

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¿Para cuándo sabremos de su inocencia o culpabilidad? ¿No son suficientemente graves estos hechos para que no exista un pronunciamiento?

Hago un resumen del caso.

Juanita ha presentado diferentes medios de prueba, especialmente testimonios de terceros que alegan, contra el supuesto agresor, lo mismo que ella. En el expediente, además, reposan los dos procesos disciplinarios que la Javeriana abrió contra él y que permitieron su expulsión en 2012. Allí también están los testimonios de Juanita y de otras tres estudiantes de artes. En total, la Fiscalía conoce los testimonios de cuatro mujeres que acusan al presunto victimario de abuso sexual. A la par, la denunciante anexó un diagnóstico psiquiátrico que da cuenta de los problemas emocionales sufridos tras el presunto ataque.

Todo consta en el artículo publicado en VICE Colombia. Sin embargo, como lo conté ahí mismo, la Fiscalía canceló en tres oportunidades la audiencia de imputación de cargos contra él. Aparte, el implicado nunca quiso hablar con este medio sobre el caso.

Lea también: La lucha de una estudiante de la Javeriana conta el acoso sexual en su universidad.

¿Hace falta algo para que la Fiscalía proceda como se espera?

Quiero detenerme en este punto porque me inquieta que, luego de presentar estas pruebas, el caso siga casi en el mismo punto en el que lo encontré cuando conocí su historia hace un año. De acuerdo con Juanita y su abogado, los testimonios de las otras mujeres, si bien refuerzan su argumento, son hechos aislados que como tal no prueban que lo que ella denuncia efectivamente sí sucedió.

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¿Cómo obtener pruebas cuando los hechos tienen como característica principal su desarrollo en la intimidad, lejos del ojo público y de los testigos?

En estos casos de acoso sexual parecería tener más peso una imagen o un video, pero ¿cómo obtener este tipo de pruebas cuando los hechos tienen como característica principal su desarrollo en la intimidad, lejos del ojo público y de los testigos? ¿Cómo puede tener Juanita estas pruebas cuando el delito se cometió en un lugar oscuro, sin cámaras y en el que no había nadie?

Lea también: Abuso sexual en las universidades: un enemigo silencioso.

Sin embargo, con todo, el caso se ha demorado mucho, y yo no me explico por qué. La Fiscalía tiene todo un protocolo (resolución 01774, del 14 de junio de 2016) para que los fiscales mejoren las prácticas en los casos de abuso sexual. La resolución no es otra cosa que una guía de buenas prácticas para generar efectividad a la hora de investigar los casos de violencia sexual. Se puede resumir en agilidad en la investigación, enfoque diferencial y no revictimización.

¿Le ha pegado una leída a este documento la fiscal encargada del caso de Juanita? ¿No basta el tiempo que ha invertido para tomar una decisión que no la revictimice a ella? Hacer una investigación veloz redundará, en todos los casos, en el hecho de que las mujeres se sientan seguras para denunciar, para que sus casos lleguen a algún lado. Para disuadir a algunos agresores de cometer la conducta.

No es el caso de Juanita. A ella le ha tocado esperar, convencer a otras, contarle su historia a todo el mundo ante la impavidez de la Fiscalía.

Francisco Bernate, abogado penalista y profesor de la Universidad del Rosario, dice que el sometimiento a la sucesiva victimización es una de las tantas desventajas de nuestra justicia, porque somete a las víctimas de estos abusos a un callejón sin salida.

El panorama es sin duda desalentador.

Sería bueno que la Fiscalía, en vez de dilatar la imputación de cargos, por fin tome en cuenta todo lo que ella sigue haciendo y reconozca su testimonio y el de las otras mujeres que quisieron alzar su voz. Por lo menos para pronunciarse y decidir, de una vez, si hay méritos para investigar.