La historia del jugador de PlayStation que se convirtió en piloto de Le Mans
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La historia del jugador de PlayStation que se convirtió en piloto de Le Mans

Hace un lustro, Jann Mardenborough dejó la universidad al no ver claro su futuro y se dedicó a los videojuegos. Irónicamente, su afición le ha terminado dado la oportunidad de pilotar en Le Mans.

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El pasado mes de junio, el joven Jann Mardenborough empezó en la parrilla de salida de su tercera carrera de las 24 Horas de Le Mans —la primera que el piloto de 23 años corría en la máxima categoría del evento. La legendaria prueba francesa es uno de los acontecimientos de más prestigio del mundo del motor: no es casualidad que grandes marcas como Audi, Porsche y Toyota compitan año tras año por el título. Esta temporada se les unió el primer vehículo de la clase LMP1 de la marca japonesa Nissan.

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Jann Mardenborough corrió para los nipones y escribió así su nombre en una lista en la que figuraban entre otros el ex piloto de Fórmula 1 Mark Webber, el actual corredor Nico Hulkenberg, y uno de los mejores conductores de coches de carreras de su generación, el germano-belga André Lotterer. Mardenborough, sin embargo, tiene un pasado muy distinto al de los pilotos que se encontró en el circuito de La Sarthe.

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Hace escasamente un lustro, Mardenborough era un estudiante mediocre que había dejado la facultad y que no veía futuro alguno en el mundo del motor. De hecho, el Mardenborough de hace cinco años apenas sabía qué hacer con su vida.

Y entonces entró en una competición de videojuegos online.

Los saltos impensables han sido una constante en los últimos años para Jann Mardenborough. Imagen vía Nissan.

La GT Academy es una competición creada por Nissan y PlayStation en la que los jugadores empiezan pilotando coches del videojuego Gran Turismo en carreras online; si son lo suficientemente buenos, la marca de automóviles nipona les ofrece la posibilidad de correr en un coche de verdad. El ganador final recibe un contrato profesional para pilotar para Nissan. Y no se trata de una promesa vacía: la marca japonesa ofrece un soporte considerable a sus elegidos.

"En 2010 estaba en la Universidad de Swansea estudiando ingeniería", explicó Mardenborough a VICE Sports. "Estuve allí durante tres semanas y luego lo dejé. No estaba hecho para mí. Había más matemáticas de lo que yo creía, así que volví a Cardiff a vivir con mis padres".

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Cuando Mardenborough volvió a casa, la GT Academy estaba a punto de lanzar su tercera temporada.

"Me levanté una mañana y decidí probarlo. Siempre quise ser piloto cuando era niño, pero entre decirlo y hacerlo va un buen tramo. Me habían hablado sobre la competición e intenté probarlo, dado que en ese momento no tenía nada a lo que agarrarme en la vida: todos mis amigos se habían ido para viajar o para estudiar y yo estaba solo en casa. Así que puse todos mis esfuerzos en la GT Academy".

Mardenborough fue ascendiendo por la clasificación virtual hasta que un día se encontró en Silverstone conduciendo un Nissan GT auténtico. Fue un auténtico 'shock'.

"Hasta ese momento jamás había estado sobre una pista ni conducido un coche de carreras. ¡Toda mi experiencia venía del Gran Turismo! Pero resultó que gané la competición, y de ahí en adelante mi vida cambió completamente".

Mardenborough en su primer año como piloto. Los resultados del galés fueron impresionantes desde el inicio. Foto vía PA Images.

Mardenborough, que hacía poco era un chaval sin futuro enganchado a su PS3, se había convertido en un piloto profesional de carreras que competía por toda Europa al volante de un gran número de coches. La transición había sido tan rápida que parecía casi peligrosa; curiosamente, sin embargo, todos los graduados de la GT Academy han mostrado una habilidad más que notable en sus aventuras al volante de vehículos reales.

Mardenborough, además, lleva el deporte en la sangre. Su padre, Steve, fue un futbolista profesional que recorrió las categorías inferiores de Inglaterra y Gales e incluso tuvo tiempo para jugar en Suecia. Jann nació en Darlington, donde Steve jugó entre 1990 y 1993, pero creció en Cardiff mientras su padre se movía por varios clubes del sur de Gales en los compases finales de su carrera.

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Ahora, la carrera del hijo —incluso a pesar de su inicio tardío— podría eclipsar la del padre.

Mardenborough ha progresado mucho más deprisa que sus compañeros de promoción en la GT Academy. Mientras otros pilotos corrían en las series GT, conduciendo versiones modificadas de coches Nissan convencionales, Jann rápidamente pasó a conducir monoplazas —el primer paso hacia una carrera en la Fórmula 1. Inicialmente, el galés se encontró rodando en la Fórmula 3, compitiendo contra chicos de su edad que llevaban pilotando desde muy pequeños.

El año pasado, Nissan ya ubicó a Mardenborough en la GP3, una competición tan solo dos niveles por debajo de la F1 que además se disputa en los mismos circuitos europeos que la competición mayor. La primera victoria de Jann llegó en su cuarto evento, en Alemania, y dejó claro que quienes dudaban de él se equivocaban. Esta temporada, el galés sigue corriendo en la GP3 —y ocupa una más que respetable quinta posición en la general.

Psicológicamente, estos tremendos saltos no parecen haber afectado a Mardenborough. En el plano físico, sin embargo, los desafíos han sido de aún más enjundia.

"Tuve un montón de problemas de espalda en mi primera temporada en la Fórmula 3, básicamente porque dentro del monoplaza te sientas prácticamente en el suelo y no paras de recibir golpes que van a parar directamente a la columna vertebral. Fui a ver a un osteópata y me explicó que los niños que llevan desde los ocho años haciendo karting desarrollan sus cuerpos para resistirlo; en cambio, esto era totalmente nuevo para mí".

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Mardenborough conduciendo un monoplaza en la GP3. Imagen cortesía del GP3 Media Service.

A pesar de que el asiento de Mardenborough en la GP3 le pueda acercar a la F1, parece improbable que el futuro del piloto británico esté en la categoría reina del motor. Previsiblemente, Jann seguirá en el programa de coches deportivos de Nissan. Igual que los monoplazas de la Fórmula 1, el vehículo LMP1 que condujo el galés en Le Mans requería experiencia a la hora de conducir con una fuerte carga aerodinámica: en parte, esta es la razón por la que Mardenborough tuvo que pasar primero por la F3 y la GP3.

Viendo la ilusión con la que habla de Le Mans, es difícil considerar un fracaso que el piloto de Cardiff no logre alcanzar nunca la F1.

"Le Mans es mi carrera favorita", asegura Mardenborough. "El primer año, no entendí cómo funcionaba; la segunda vez, sabía lo que iba a pasar en cada momento, así que pude planificar mi tiempo convenientemente. En la primera ocasión pasó todo muy deprisa, tanto, que yo casi quería parar y decir a mis compañeros: '¡eh, yo necesito dormir, necesito descansar!".

"En lo que refiere a la carrera en sí misma, lo mejor es conducir de noche. Ir a 300 kilómetros por hora en la oscuridad en una pista así es la mejor sensación del mundo. Ver pasar los señales de tráfico a esta velocidad es increíble, pero a la vez tiene algo pacífico, hipnótico. A veces llevas mucho rato conduciendo, en la oscuridad, a solas: estás tú solo, el coche y la carretera. No hay nada como Le Mans".

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El automóvil del equipo Nissan para la prestigiosa competición de Le Mans. Foto cortesía de Nissan.

El equipo de Mardenborough no pudo terminar la carrera en Le Mans, pero el futuro del piloto difícilmente se verá afectado por este revés. El galés es brillante, habla con fluidez sobre su deporte y vive el motor con absoluta pasión.

Más allá de ello, además, hay una extraña normalidad alrededor de Jann muy alejada de las vidas excéntricas de la mayoría de pilotos de su edad. Mientras la mayoría de sus contemporáneos crecieron en circuitos, dedicando su vida al motor desde los ocho años, Mardenborough disfrutó de una vida normal hasta los 20 años. Creció, de hecho, como cualquier niño británico de cualquier ciudad británica. Este detalle explica mucho sobre su forma de ser.

También cabe mencionar otro detalle: la segunda oportunidad vital que le cayó a Mardenborough. De niño, Jann quería ser piloto de carreras, pero la cosa no cuajó. Como la mayoría de pilotos de Fórmula 1 son descubiertos ya a los 14 años, es normal que el galés perdiera la esperanza. La bonita historia de la segunda oportunidad es un clásico —y una poderosa arma de relaciones públicas en manos de Nissan. Mardenborough, sin embargo, ha demostrado sobre la pista que aquí hay más que mero marketing.

En la transición entre el mundo virtual y la realidad, sin embargo, existe el riesgo inherente a los deportes de motor. Una semanas después de la primera entrevista de VICE Sports con Mardenborough, el piloto galés se vio involucrado en un grave accidente en el circuito de Nurburgring, en Alemania. Su coche salió volando, chocó contra una valla y cayó en una zona llena de espectadores; el piloto salió ileso, pero un fan falleció. Según Nissan, Jann salió del circuito "muy angustiado".

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Nadie que haya visto una carrera podrá sugerir que el culpable del accidente fuera el mismo Mardenborough, ni que su pasado como 'gamer' tenga algo que ver con el choque —pilotos veteranos con 20 años de experiencia han sufrido accidentes similares o aún más aparatosos.

Mardenborough jamás olvidará los acontecimientos de ese día infausto. Su historia, sin embargo, sigue teniendo mucho que ver con la esperanza a pesar del infortunio. Su rápido ascenso por los rangos del motor pone una pregunta en el aire: ¿cuánto talento latente hay ahí fuera, lejos de los circuitos? La competición profesional es brutalmente cara para los participantes —en el Reino Unido, los mejores pilotos de fuera de la F1 son todos hijos de millonarios, como el compañero de Mardenborough en Nissan Max Chilton. La GT Academy, sin embargo, ha abierto las puertas a varios pilotos talentosos que de otro modo jamás habrían tenido una oportunidad en los monoplazas.

Le Mans, como la mayoría de carreras de resistencia, también tiene mucho que ver con la esperanza. La falta de velocidad punta del vehículo no implica que el piloto deba rendirse: hay muchos más factores que cuentan —y a veces, inesperadas segundas oportunidades. Mardenborough acaba de empezar su segunda vida en el mundo del motor: tendrá muchas ocasiones de superar sus posibles fallos…

…y si no, puede que incluso reciba alguna que otra segunda oportunidad.

No sería la primera vez.

Sigue al autor en Twitter: @Jimmy_Weeks