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MLS

Creímos que Carlos Vela y Giovani dos Santos iban a ser diferentes

Fueron una esperanza que se fue diluyendo. Hoy Carlos Vela podría seguir los pasos de Gio en la MLS cuando hace años soñamos con verlos brillar en los grandes de Europa.
Foto: Jeff Zelevansky / Stringer

El Mundial de Perú 2005 fue un punto de inflexión para el futbol mexicano. Más allá de las barreras que se rompían, se abría un panorama halagador para un balompié necesitado de triunfos verdaderos más allá de su eterna soberbia mundial.

Si, el mexicano al igual que el argentino o el brasileño también podía ganar un título mundial, y alrededor de esto, cobijarse con una generación dorada que sumara triunfos y éxitos, no solo en el límite de edad, sino también en la profundidad de lo que sigue a una Sub 23.

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Enmarcada en esa generación de 2005, surgían dos poderosos nombres: Giovani dos Santos y Carlos Vela, hombres que encabezaron ese triunfo frente a Brasil y que estaban llamados a ser las nuevas figuras mexicanas, capaces de hacerle sombra, igualar o alcanzar a los pocos aztecas que han triunfado en el futbol europeo.

Cada 2 de octubre, esa gesta no se olvida. Utilizando un lema de un conflicto serio, grave e histórico como la matanza de Tlatelolco, la selección Sub 17 ha sido recordada y exaltada año tras año. Se habla de ese torneo, de esa final y de lo poco que han hecho el resto de esos futbolistas, la mayoría en el completo olvido.

Pero ahí, siempre hay uno que otro garbanzo de a libra, y los únicos que siguieron entrecomillas esa balanza de triunfos fueron Héctor Moreno, Carlos Vela y Giovani dos Santos.

Cuando se supo la existencia de Gio, cuya comparación con Ronaldinho enloqueció a México y a la postre, cavó su tumba, se vio en el '10' a la próxima gran estrella del FC Barcelona. Que después, podría figurar en un grande de Inglaterra o de Italia, quizá de Alemania o Francia. Pero no, eso no pasó y Giovani pasó a ser un talento que jamás creció en el futbol de Europa. Era la primera gran esperanza de aquella selección, la cual no cuajó nunca.

En el Barcelona la sombra le pesó demasiado. En Tottenham, problemas de actitud y la falta de confianza de un entrenador lo enterró. En el Galatasaray no funcionó. En el Ipswich Town, club de segunda, tuvo cierto brillo. Y sus mayores logros los encontró durante un semestre en el hoy casi desaparecido Racing de Santander, en el descendido Mallorca y en un Villarreal al cual le regaló una buena temporada y otra tan irregular como su carrera.

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En la selección nacional siempre dio la cara, ese es un asterisco que nadie nunca jamás le podrá criticar. Funcionó en todos los equipos con límite de edad y también con la mayor. Fue un hombre más de selección que de equipo.

Pero el caso de Carlos Vela es distinto, muy distinto. El dia de hoy, el confiable Diario El Confidencial de España destaca el deseo del 'Bombardero' por abandonar a la Real Sociedad con tal de jugar, muy probablemente, en la MLS de los Estados Unidos. Una idea que le acerca a México, le acerca a las bolsas millonarias y por supuesto, le acerca a su gran pasión, la NBA.

La carrera de Vela no difiere en nada a la de Giovani. Desde las fuerzas básicas de Chivas decían que era la gran perla del futbol base, por encima de un tal Javier Hernández. Que entre Alejandro, su hermano mayor, y él, no existía un solo ápice de comparación.

Carlos fue a Inglaterra y no se adaptó jamás a la vida del Arsenal. La segunda gran perla de nuestra brillante generación de 2005 estaba sumida entre la desigualdad, el desgano y la falta de minutos. Brincarse la barda del entrenamiento del Arsenal para evitar las clases de inglés, fue solamente uno de los tantos rumores que envolvió a un futbolista al que un tal Arsene Wenger alguna vez dijo que podría ser el mejor delantero del mundo si tan solo él lo hubiera querido.

Como no lo fue, Carlos Vela se fue cedido, y cedido, y cedido hasta que encontró espacio en un sitio donde se sintiese cómodo. Un lugar lejos de la exigencia y de la presión, un sitio donde la bueva vida, la buena comida y el rico clima lo alcanzara. Ahí, entre los mimos de la gente, Vela se acostó.

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Quien ha jugado con él, no ha tenido otro comentario que un halago. Quien ha visto sus condiciones, sabe que pudo haber jugado en cualquier equipo del mundo y que no es una venta de humo que pudo ser fichado por clubes como el Real Madrid o Barcelona.

A diferencia de Giovani, Vela ha dejado mucho que desear en selección. Pudo, pero no quiso estar en los Juegos Olímpicos. Pudo, pero no quiso estar en Brasil 2014, el mejor momento de su carrera. Pudo brillar, pero se lesionó en el Mundial de Sudáfrica. Pudo, pudo, pudo.

Hoy, apenas a sus 26 años de edad, instante ideal para un futbolista, la gran esperanza junto a Giovani dos Santos, pide salir de la Real Sociedad, un equipo dicho con todo respeto, mediano de España, para ir a la MLS.

Avance deportivo no lo es, avance económico, vaya que si. Un sitio que le dé buena vida, comodidad, glamour, cero presión y contacto con su amado basquetbol. Seguirá siendo llamado al Tri y vivirá esa vida bonita sin saber lo que pudo haberle dado en realidad a una carrera si el hambre en alguna ocasión le hubiera llegado.

Por él y por el futbol mexicano, ojalá si se da su salida de la Real Sociedad, su futuro sea para encarar algo más importante que un partido contra el Galaxy de Los Ángeles o el Chicago Fire.

Esos dos futbolistas que hace 10 años engalanaron más allá de una revista o un periódico las ilusiones de una patria, han quedado en eso, en una esperanza de hombres que el glamour les ganó el hambre.

Queríamos ser Argentina o Brasil… qué lejos seguimos de ellos.