Te amo Ricardo Antonio… pero, no eres tú, soy yo

Y bueno, siguiendo con los 300 mil rumores entorno a la selección, parece que al fin, vamos llegando al efectivo.

Si, tú Ricardo Antonio, tú eres el elegido por la masa de poder en la Federación Mexicana de Futbol. Tú, que dirigiste como nadie al Tri, que nos llevó 'caminando' por la eliminatoria, que nos hizo jugar glorioso en la Confederaciones de 2005 y que después de ser eliminados en Alemania 2006, no has hecho un carajo de tu carrera y te la has vivido en fracaso tras fracaso y en escándalo tras escándalo. Tú, La Volpe, si Jorge Vergara lo acepta, serás el entrenador de la selección Mexicana.

Tengo el corazón confundido y tú lo has provocado. Te amo porque eres un extraordinario entrenador que ha dejado una escuela en México. Porque sabes más de futbol y de táctica que muchos campeoncitos de copas lecheras. Te amo porque crees en los jóvenes, porque entiendes la palabra 'proceso', porque tu estilo es inconfundible y gusta, porque te das a respetar y exiges que la playera se respete y porque sabemos que contigo quien no sea maduro se va a ir al carajo. Porque conoces el medio y conoces a los jugadores y porque seguramente ya ubicas a chavos que tienen los tamaños para estar en el equipo y así generar un cambio generacional tal y como lo hiciste en tu anterior proceso.

Pero, te odio. Te odio porque la selección es también de méritos y tú no has logrado uno solo desde que te fuiste del Tri. Dijiste que a Boca lo hacías campeón desde un helicóptero y lo llevaste al despeñadero cuando era más difícil no ganar el campeonato. Te odian en Vélez Sarsfield, en Banfield, en media Argentina y de paso, por Costa Rica donde ya me los andabas dejando sin Mundial. Te quedó grande Atlas y Monterrey, y tu estadía en Chivas estuvo marcada por un supuesto acoso sexual que para colmo, te ha tenido sin dirigir casi un año. ¡Un año!

¿Cómo te explico este sentimiento Ricardo Antonio?

Hoy, todas las piezas están acomodadas para tu regreso. El aval principal, Guillermo Cantú, te acompañó en aquel duro camino que terceros se encargaron de llenar de piedras, palos y lodo. El tiempo, maldito para quienes te odiaban, pero bendito para los que confiaban en ti, te dio toda la condenada razón. No te pudieron tumbar ni con campañitas ni con batazos directos a la nuca. Acabaste, lo que tu sucesor y fiel enemigo no consiguió ni tras dos años.

A un buen sector de la prensa y al grueso de la gente, perdón, pero les cagabas la madre. No creo que se te haya olvidado el "Hugo, Hugo, Hugo" que te gritaban en las tribunas mexicanas y estadounidenses. Y cómo es la vida, que un gran porcentaje de ellos, no les incomodaría que tomaras a la selección en un momento complejo que tú sabrías sortear sin ningún problema.

Creíste en un tal Andrés Guardado. Le diste la oportunidad a un desconocido Carlos Salcido, confiaste en un güey que le decían 'Maza' y que supuestamente, era un inútil en Chivas. ¿Quién sabe por qué, Pavel Pardo y Ricardo Osorio se fueron a triunfar a Alemania? Maldita sea, ¿sabes?, al 'Kikin' Fonseca lo contrataron en el Benfica de Portugal. ¿Y aún dudan que eres un genio?

Pero Ricardo Antonio no hay que ser un genio para adivinar que en este proceso, y en esta selección, llevamos años haciendo todo mal. Y perdón, pero en este camino, no eres más que la opción 'Z' de todas las que se le han caído a la Federación. Antes, ya sabemos quiénes han estado.

El tema es, bajo qué preceptos llegas al equipo. Ya hablamos sobre la enorme tesis que escribiste con la selección y tu poderoso talento y capacidad. Pero, ¿cómo le explicamos a nuestros niños (me golpeó tres veces el pecho con el puño cerrado mientras miro al cielo) que al Tri no se llega por los logros del presente, sino por los éxitos del pasado? Que a Colima 373 no llega un triunfador, sino un 'maestro'. ¡Explícame!

Tú llegada, en caso, repetimos que el mundo de poder convenza a Jorge Vergara, me recuerda a la contratación de Bora Milutinovic antes de Francia 1998. ¿Cómo por qué lo llevaron a dirigir a aquel Tri? Y eso, que si alguien sabía o sabe de futbol, es el serbio.

En fin mi querido Ricardo Antonio. Lo nuestro estará condenado a ser una relación de pégame muy fuerte, pero no me abandones jamás. Yo te amo, en serio lo digo, y sin ser un baboso irónico, te idolatro porque eres un técnico que me ha marcado por tu estilo y por lo mucho que me gustaba tu equipo. Pero por el amor de Dios, ¿por qué te elegirían ahora?