La Medusa Que Guarda el Secreto de la Inmortalidad

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Capaz de revertir su proceso de envejecimiento cuando enferma o sufre daño, la diminuta medusa japonesa Turritopsis dohrnii es uno de los pocos animales que han logrado burlar a la muerte. Viajamos a Japón para charlar con un investigador dedicado al estudio de esta criatura microscópica, con el fin de averiguar si esa increíble capacidad suya podría aplicarse al ser humano.

Cuando se encuentra en su hábitat, este animal es, en la práctica, inmortal. En un laboratorio, no obstante, es mucho más delicado y puede morir si es devorado, quemado o sacado del agua. A pesar de estas dificultades, Shin Kubota, del Laboratorio de Biología Marina de Seto, ha logrado mantener viva una colonia de estas medusas en cautiverio a base de cambiarles el agua y alimentarlas con diminutos camarones que les daba con la mano. Incluso compone canciones de karaoke dedicadas a la medusa, que luego interpreta ataviado con un gorro en forma de medusa.

"De todos los animales del mundo, sólo ellas son capaces de invertir el proceso de envejecimiento para evitar la muerte", asegura. "No sabemos con certeza cuál es su esperanza de vida. Quizá vivan eternamente".

Cuando sufre daño, la medusa pasa tres días volviendo a su estado de pólipo y finalmente vuelve a ser adulta. Kubota afirma que, a pesar de ser una criatura primitiva, la medusa tiene más similitudes genéticas con el ser humano que con animales como los insectos o los gusanos. Esto significa que, si él u otro científico descubrieran la forma en que estas medusas invierten el proceso de envejecimiento, cabría la posibilidad de aplicar esta teoría también al ser humano. (Cabe mencionar que no todos los científicos sienten el mismo entusiasmo ante esta perspectiva.)

"Espero que podamos prolongar nuestra esperanza de vida con la medusa inmortal", dijo Kubota.

Por el momento, todavía quedan muchos misterios por resolver y poco se entiende del proceso que se esconde tras la inmortalidad.

"Pensé que estudiando las medusas, podría entender el misterio de la vida en la Tierra", afirmó. "Incluso viviendo diez mil o veinte mil años, es posible que no llegues a aprenderlo todo sobre ellas, y yo sólo dispongo de cien años, desgraciadamente".