FYI.

This story is over 5 years old.

nba

La calculada carrera de Dwyane Wade

Dwyane Wade entrará al Salón de la Fama porque es un gran jugador. Pero sutilmente a lo largo de su carrera, ha dado forma con destreza y sin descanso a sus circunstancias.
Photo by Steve Mitchell-USA TODAY Sports

Dwyane Wade sabe lo que hace. Siempre lo ha sabido. Después de una década como una de las estrellas más celebradas de la NBA, este regalo para la posteridad* podría ser su cualidad más infravalorada.

Por primera vez, este verano Wade quiso dinero, al parecer, sobre todas las cosas; después de dejar millones de dólares en la mesa durante años para que su equipo pudiera tener mayor flexibilidad en la plantilla, esto apenas fue una exigencia escandalosa. Además Wade también quiso continuar su carrera en Miami y estar rodeado de jugadores talentosos, lo cual no era posible bajo esos términos. Toma unas cuantas mordidas del pastel, como sea, pero no esperes que se vea igual de bonito cuando lo lleves a casa para Gabrielle Union.

Publicidad

LEER MÁS: Sigue siendo Kobe

Hubo un amplio (o, al menos, ruidoso) argumento que se pudo hacer, cuando los rumores decían que Wade iba a cambiar de aires con los Lakers o incluso los Cavaliers, y que si el dinero es tan importante para Wade, entonces debió hacerlo una prioridad cuando estaba en su apogeo. Pero el dinero no era lo que quería en ese entonces. Quería jugar con sus amigos y ganar campeonatos; lo logró. Y ahora, con un cuerpo tan maltratado por años de baloncesto que hasta la frase "lesión Wade" se ha convertido en un término no específico aplicado a cualquier parte del cuerpo que no funciona correctamente, ¿podría Wade realmente decir "muéstrame el dinero"?

Lo hizo. Y el Heat se lo mostró.

En la primera semana como agente libre, Wade firmó un contrato de un año por $20 millones. La duración de un año no se esperaba, pero el resto, como suele suceder con Wade, tiene sentido. No puso al Heat en una situación financiera sofocante en la negociación, retuvo su dirección frente a la playa, y le pagaron justo como quería.

Esa satisfacción especial que viene al levantar a tu equipo hasta un par de Campeonatos de la NBA. —Foto por Bob Donnan-USA TODAY Sports

En otras palabras, su paga no afectará sus oportunidades de ganar. Los chances de que la alineación de Miami juegue 70 juegos y alcance los playoffs sin lesiones no son muy grandes, pero completitos, una vez más, son un buen equipo. Una escuadra que tiene a Wade, Goran, Dragic, Luol, Deng, Chris Bosh, y Hassan Whiteside, junto con el novato explosivo Justice Winslow, tiene el potencial de ser igualmente eficiente en defensa o ofensiva. Ya mínimo, es un equipo en el que Dwyane Wade —y todos los demás— les gustaría estar.

Publicidad

Wade siempre ha tenido un equipo construido con el modelo de superestrella; consigue uno o dos jugadores que puedan dominar la NBA y entonces deja a Mike Miller y Udonis Haslem cotorrear en la duela con ellos. El Heat tiene balance. Aún necesita una estrella como Wade o Bosh que sea su mejor jugador, pero simplemente no necesitan tanto de éste como solían hacerlo.

Solo estrellas de la magnitud de Michael Jordan y LeBron James tienen la habilidad de controlar el rumbo de la liga y tomar los tiros en sus propios equipos. Incluso sin ese lujo, Wade siempre ha parecido orquestar situaciones que resultan a su favor. La suerte viene más rápido para aquellos que saben lo que quieren. Si la NBA fuera Game of Thrones, él sería Little Finger; incluso cuando ha pretendido ser el chico malo manipulador, la liga no hubiera tenido sentido sin él.

Cuando las cosas se calmaron entre Kobe y Shaq, a Wade se le facilitó un centro del Salón de la Fama en la última parte de su dominio. Shaquille O'Neal aprobó el cambio en parte porque él aseguró que Wade, apenas saliendo de su temporada de novato, era un "jugador especial". Después, Wade convenció a James y Bosh, para que se le unieran en Miami, con tanta confianza que insinuaba que era tonto pensar que algún día rentaría un lugar en Cleveland o Toronto. Como Brian Windhorst escribió en 2010, "A pesar de ser desanimado por el Comisionado David Stern y, tal vez, por haber negociado con jugadores aún bajo contrato, Wade viajó con Bosh a Akron para verse en la casa de James en la última semana de junio. Aún bajo contrato con el Heat, Wade logró que los otros dos estuvieran a punto de cerrar un acuerdo para unirse." Más que eso, Wade tomó menos dinero para que los Tres Grandes fueran una posibilidad.

Publicidad

Las cosas que haremos por $20 millones. —Foto por Robert Mayer-USA TODAY Sports

Lo último no fue nada nuevo. Asombrosamente, Wade nunca ha sido el jugador mejor pagado de su equipo en 13 años en la liga. En algún punto tuvo que ceder su estatus de perro alfa a James, pero pasar la carga de llevar un equipo a lo largo de la temporada regular le permitió a Wade no jugar partidos y descansar su cuerpo para los playoffs y, posiblemente, prolongar su carrera. Aparte también tiene un campeonato más que James. Cosas suceden en la NBA, pero sugerir que Wade no manejó el arco de su carrera hábilmente es negar un récord de pista innegable. ¿Mente brillante diabólica? Probablemente no. Pero si Dwyane Wade fuera alguien más que Dwyane Wade, ¿algunas de estas cosas habrían sucedido de la forma que lo hicieron?

Carmelo Anthony también quiso el dinero, y ahora está…bueno, tú sabes dónde está. Kobe Bryant afirmó su derecho al dinero y ahora su plantel es una pesadilla sin fin. Dwight Howard quiso ir donde pudiera maximizar su exposición; más gente lo conoce después de su vuelta por L.A. y su llegada a Houston, pero la mayoría lo odia. Chris Paul solo quiere ganar. Nunca ha llegado a las Finales de Conferencia, y, al parecer, ha molestado y sacado de su lista a uno de los mejores talentos jóvenes de la NBA.

La carrera de Wade es una combinación de las prioridades principales de muchas superestrellas. Ha jugado toda su carrera en una ciudad, ha ganado campeonatos, y por un breve tiempo logró que LeBron James hiciera lo que él quiso que hiciera. Realmente no se trata de intriga o manipulación; Wade ha manejado bien a la gente en su vida, pero también, mínimo, es el tercer mejor tirador guardia de todos los tiempos. En su apogeo, su habilidad para conducir el balón era la mejor combinación de control y poder que la liga jamás haya visto. Si Iverson tuviera el físico de Westbrook o Westbrook tuviera la fineza de Iverson, habrían estado cerca del éxito de Wade.

Ahora que está envuelto en un tejido cicatrizado por décadas y cambios, es menos visible. Sin embargo, la grandeza de Wade todavía está ahí, y este año será apoyada, una vez más, por un equipo formidable. Hace unos años, él quiso a LeBron y lo obtuvo. Este año se fue por el dinero y lo obtuvo. Ahora Wade quiere desafiar al equipo de LeBron por el título de la Conferencia del Este. Tal vez esto no sea tan realista. Pero, después de todos estos años, dudar de la capacidad de Wade para obtener lo que quiere tampoco se ve tan realista.