En fotos: pasamos un día con el alpinista más rápido del mundo
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En fotos: pasamos un día con el alpinista más rápido del mundo

Viajamos a los espectaculares picos de los Alpes para descubrir cómo es un día en la vida de Ueli Steck, el alpinista conocido como "La Máquina Suiza".

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El escalador Ueli Steck, de 39 años, se ha ganado a pulso el apodo de La Máquina Suiza: al fin y al cabo, pocos pueden decir que hayan batido el récord de la subida más rápida al monte Eiger, en los Alpes… tres veces.

Steck también se distinguió por su velocidad cuando escaló la cara norte del Cervino y las Grandes Jorasses; el verano pasado, de hecho, el suizo subió hasta 82 cumbres europeas de más de 4.000 metros en un viaje que duró 62 días. Una auténtica locura solo comparable a las majaderías deportivas que acomete Kilian Jornet.

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No sorprende que el entrenamiento de Steck implique pasar largos periodos en gran altitud, trabajar a diario en el gimnasio y —por supuesto— vivir el 90 por ciento del tiempo en la montaña. Como te puedes imaginar, su condición física es extraordinaria: esquiar, correr y escalar como modus vivendi requiere un estado óptimo.

El fotógrafo Reto Sterchi acompañó a Steck durante un día de entrenamiento, tanto en el exterior como en el interior, en la localidad suiza de Ringgenberg.

La jornada de Steck empieza con los esquíes. Antes de que se levante el sol, el alpinista se dirige al monte Männlichen, en el municipio vecino de Grindelwald.

Hacia una hora y media más tarde, Steck llega a la cúspide, a 2.225 metros de altura. Su ritmo cardíaco solo ha llegado a las 120 pulsaciones por minuto: "Es la base del entrenamiento", explica el suizo.

Steck se prepara para descender esquiando por las laderas del monte Männlichen. Detrás suyo puede verse la vertiente norte del Eiger.

El trabajo de musculación también juega un papel importante en la rutina diariade entrenamiento de Steck.

A pesar de que los entrenamientos parecen agotadores, Sleck no se cansa: "Nunca hay problemas a la hora de encontrar la motivación. Es más difícil detenerse y volver a la calma que arrancar".

Es importante tener las piernas de acero para correr y escalar. Subir el Eiger no es un problema para Sleck: no necesita más de media jornada para lograrlo.

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"No, realmente no es demasiado estresante", explica. "Salgo de casa a las 7 de la mañana, cojo el tren para llegar a la base de la montaña, subo y bajo. Normalmente estoy de nuevo en casa a tiempo para el almuerzo".

Cuando está en la montaña —y durante sus entrenamientos— Steck bebe muy poca agua: "Una botella pequeña y nada más: beber más me ralentizaría. Hay que hidratarse antes y después: beber durante una escalada no es necesario".

Steck trabaja los músculos de la espalda y endurece los dedos en el sótano de su casa en Ringgenberg.

La colección de botas y zapatos de Steck: "Las botas rosas son de mi esposa", puntualiza.

Tras el almuerzo, un descanso y un entrenamiento en el gimnasio, Steck corre hasta el Harder Kulm, una de las montañas que le quedan más cerca. Él lo llama su "home run". Normalmente recorre unos 23 kilómetros y sube a un pico ubicado a 2.300 metros de altura. El suizo necesita unas 4 horas para terminar este recorrido.

Este es Ueli Steck, un alpinista nacido en 1976 en la localidad suiza de Langnau im Emmental… y también uno de los alpinistas más rápidos del mundo.

Sigue al autor en Twitter: @retosterchi