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a la uefa se la suda la afición

Por qué la Euro 2020 podría matar el torneo

La Eurocopa 2020 será supranacional: hasta 13 países acogerán partidos. Aunque pueda parecer positivo, a la larga esta decisión acabará destruyendo el romanticismo del torneo.
EPA Images/Sergey Dolzhenko

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Michel Platini aseguró en 2013 que la Eurocopa 2020 iba a ser un evento único y "romántico": un torneo especial celebrado en varios países del continente para celebrar el 60 aniversario de los campeonatos europeos. Qué bonito todo, ¿verdad?

Pues no. La realidad parece bastante menos bucólica que los campos floridos que promete Platini.

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Con la competición expandida a un formato con 24 equipos a partir de este año, los costes de ejercer de anfitrión de la Euro serán mucho mayores de lo que fueron en el pasado. El torneo de este año, de hecho, se va a alargar hasta los 30 días; durará, por lo tanto, una semana más que cualquiera de sus predecesores.

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En total, cuando el domingo día 10 se dispute la final se habrán jugado un total de 51 partidos. Para albergar el torneo, Francia gastó más de 1 600 millones de euros solo en la construcción, renovación y modernización de los estadios: la factura definitiva del torneo, pues, será astronómica.

El precio de hospedar a miles y miles de aficionados durante tanto tiempo es brutal, así que no sorprende que pocos países mostraran un interés firmeen organizar el evento en 2020. Turquía parecía el único postor más o menos viable, pero sus propuestas fueron, como mucho, tibias.

El expresidente de la UEFA Michel Platini tuvo mucho que ver con el ambicioso plan para la Euro 2020. Foto de Jean-Christophe Bott, EPA

En tiempos de incertidumbre económica para Europa, hay pocos países que estén dispuestos a asumir una carga económica de tal envergadura ante el nuevo formato del campeonato. Que la Euro 2020 sea un torneo pancontinental no tiene nada que ver con el romanticismo: visto fríamente, parece la única manera de que sea una realidad factible dentro de los esquemas del fútbol moderno.

A pesar de que varios países están preparando sus candidaturas para la Euro 2024, su interés real va a depender mucho de la evolución económica del continente en los próximos años y del legado de la presente edición en Francia. De momento, la UEFA parece querer enmarcar la Eurocopa de nuevo en un solo país en 2024… aunque no está claro que nadie esté mucho por la labor de acogerla.

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Si las propuestas de posibles organizadores de la Euro 2024 son tan poco entusiastas como las que hubo para 2020, quizás la UEFA pueda empezar a considerar la plurinacionalidad del torneo como una salida de futuro. ¿Podría la Eurocopa convertirse en una competición federal de forma definitiva, o esa idea es insostenible a largo plazo?

Ahora que se discute tanto la idea de una Superliga de clubes europeos, el concepto de 'federalizar' el fútbol empieza a hacerse un lugar entre los aficionados. De momento es bastante impopular —la Superliga sería la sentencia de muerte de las ligas tradicionales y significaría, de facto, la creación de una 'NBA del fútbol'—, pero a nivel de selecciones quizás tuviese menos resistencia.

A diferencia de los clubes, las selecciones no son propiedad de nadie; no reflejan una identidad local o regional y no tienen abonados ni directivas. Un torneo federal, pues, no amenaza ninguna de las características del fútbol de selecciones, de modo que como posibilidad de futuro parece bastante plausible. ¿Por qué molesta, entonces, a muchos aficionados?

La afición de Francia anima a su equipo durante un entrenamiento reciente. Foto de Caroline Blumberg, EPA

Para algunos de los países más pequeños a los que les han concedido partidos de la Euro 2020, la competición federal parece una idea muy positiva. Por poner algunos ejemplos, Azerbaiyán, Hungría y Rumanía —a quienes se les ha aceptado su solicitud de hospedar partidos de la fase de grupos— tendrían muy pocas posibilidades de ser país anfitrión por sí mismos.

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Dejando de banda la ética cuestionable de dar partidos a un país como Azerbaiyán —donde los derechos humanos no acaban de ser algo importante—, el principio de compartir derechos organizativos con otros Estados que de cualquier otra manera nunca entrarían en la terna parece bastante equitativo. La situación, sin embargo, es muy diferente a lo que aparenta.

En primer lugar, dividir la competición entre varios países complica la logística para los aficionados. Con la fase de grupos dividida en trece países, por ejemplo, los hinchas más acérrimos se verán obligados a viajar por toda Europa para seguir a sus selecciones: los cuartos de final se celebrarán en Bakú, Múnich, Roma y San Petersburgo, mientras que las semis y la gran final se disputarían en Wembley.

Sin duda, los fans que quisieran seguir a los suyos tendrían que acumular bastantes kilómetros en el proceso. Más allá del inconveniente para sus bolsillos y su salud, eso convertiría a la Euro 2020 en uno de los campeonatos más contaminantes de la historia, un detalle que también deberíamos tener en cuenta.

¿Está el formato actual de la Eurocopa en peligro de extinción? Foto de Caroline Blumberg, EPA

El formato supranacional, pues, demuestra poca preocupación por la satisfacción del aficionado en el estadio: es evidente que las audiencias televisivas son mucho más importantes para la UEFA y los patrocinadores. Imagina, por ejemplo, lo que podría costar un vuelo a Bakú —que está a más de 2 500 km. de la otra sede más cercana— o el palo que da sacarse el visado para ir a Rusia con el único objetivo de ver un partido de fútbol.

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Los fans están muy acostumbrados a que los burócratas y directivos del fútbol se les caguen encima: un torneo pancontinental, en realidad, es una manifestación más de esta tendencia. Además de los gastos y las molestias, también hay la sensación de que la experiencia de los aficionados se vería muy disminuida con este formato federal.

El carácter nacional del torneo —e incluso regional, a veces— es lo más divertido del mismo, la característica que define cada edición y la convierte en memorable. Extirparle eso a la Eurocopa sería quitarle gran parte de su encanto: por decirlo fácil, sería como si las clasificatorias previas duraran toda la competición. La personalidad distintiva que adopta según el país se perdería, víctima de una globalización continental sin escrúpulos.

Ganar dinero a costa de los aficionados parece una prioridad central de la UEFA: preservar el romanticismo del fútbol… ya no tanto.

Los fans estamos jodidos.

Puedes seguir al autor en Twitter: @W_F_Magee