FYI.

This story is over 5 years old.

vaticano

El socio 88, 235 de San Lorenzo

El papa Francisco le ha pedido a la Guardia Suiza que lo mantengan informado sobre la actualidad del club de sus amores.
Foto: La Gaceta

En más de 500 años de servicio, la Guardia Suiza, cuerpo policial encargado de custodiar el Vaticano, ha desempeñado cualquier tipo de tareas. Misiones secretas, peligrosas y en algunos casos hasta suicidas; es por todos conocida la defensa ante el emperador Carlos V durante el saqueo de Roma en el siglo XVI. Aquella batalla fue de dimensiones épicas, pues enfrentaron a un ejército de 20 mil hombres.

Publicidad

La creación del cuerpo de protección fue obra del papa Julio II, quien decidió que el uniforme que debían portar sería azul y amarillo, los colores de su familia. Es cierto que desde entonces muchas cosas han cambiado en el mundo, y también en la iglesia. Quizá las más importantes en los últimos años, sobre todo tras la llegada al Vaticano de Jorge Bergoglio, el papa Francisco.

Es de conocimiento general que el primer papa americano es un apasionado del futbol, un enamorado del deporte más hermoso del mundo. Argentino, hincha de San Lorenzo de Almagro, equipo del cual es orgullosamente el socio número 88, 235. Pese a no ver televisión desde hace 26 años, el papa Francisco se las arregla para estar al pendiente de la actualidad del Ciclón.

Tras ser elegido papa, Jorge Bergoglio platicó con algunos de los guardias del cuerpo de custodia del Vaticano para darles una de las tareas más importantes de su papado: seguir periódicamente a San Lorenzo. Sí, algunos de los integrantes de la Guardía Suiza están encargados de ver al Ciclón y pasar un reporte minucioso de la actualidad del club: resultados, estadísticas, estilo de juego, ofensiva, defensiva, etc.

Francisco, fiel a su costumbre, lleva apuntes sobre el equipo de sus amores en libretas personales, ordena resultados y estadísticas. Sin duda que la tarea ha sido bien recibida por la Guardia Suiza. El papa Francisco no se pierde marcador alguno de San Lorenzo, y menos cuando viene un partido de altura, como el Clásico con Huracán o los juegos contra los otros cuatro grandes de la Argentina.

Publicidad

Foto: AFP

El no ver televisión es una promesa que el papa le hizo a la Virgen del Carmen por allá del año 1990, él mismo lo contó en una entrevista alguna vez. Desde entonces, y hasta antes de su mudanza a Europa, Bergoglio se dedicó a seguir a su equipo por otros medios, la radio para escuchar en vivo los juegos, el periódico para seguir estadísticas y leer la crónica de los mismo. Pero en 2013, cuando cruzó el charco, las cosas se complicaron un poco.

Lejos de Buenos Aires, con una diferencia de horas importante y una agenda saturada de trabajo, seguir a San Lorenzo fue más difícil, pero no imposible. Francisco tuvo que buscar medios alternativos para estar actualizados en cuestión futbolística. Fue así como adentró a la gente del Vaticano en los colores azulgranas de su querido San Lorenzo. Claro que cuando el Papa sale de gira y está lejos de sus guardias tiene que buscar soluciones alternativas, una de ella preguntar el resultado con los periodistas que le rodean.

Foto: Antoine Mekary/Aleteia

Francisco es un enamorado de las estadísticas. Cuida sus libretas como si fueran su mayor tesoro. Pese a que le gusta estar bien informado en cuestión de deportes en general, tampoco es un obsesionado de la rapidez, por el contrario puede esperar un par de días para recibir información fresca, pero eso sí, las estadísticas deben estar plasmadas en su libreta de forma correcta.

Un futbolero empedernido, enamorado de su club. Así es el papa Francisco, el mismo que se preocupa por los más necesitados, quien propone soluciones ante el cambio climático, quien no se asusta por la homosexualidad y pide que la Iglesia se modernice. Es Jorge Bergoglio, el socio 88, 235 del San Lorenzo de Almagro, el equipo de sus amores.