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García vs. Thurman: La única certeza en un mar de incertidumbre y rumores

La ansiada pelea entre Danny García y Keith Thurman firmada para para el próximo año es lo único que tenemos asegurado como fanáticos por el momento.

El panorama actual del boxeo en general es muy parecido a un océano descrito por la literatura clásica. Existen relatos de seres mitológicos que buscan desviar a marineros y héroes del camino hacia su funesto destino. Se habla de cíclopes, arpías, sirenas, pero sólo a un puñado les consta; los demás son meros testigos y permanecen, casi siempre, incrédulos.

Las pruebas positivas de Tyson Fury y sus problemas con la cocaína y la depresión provocaron un huracán que sacudió las aguas en la división de los pesos completos. La marea luce un poco menos agitada ahora que varias peleas se han oficializado —no todas del agrado del público— para repartir los diferentes cinturones que el británico dejó vacantes. El choque de trenes entre Klitschko y Joshua —el enfrentamiento más esperado de la división— quedó en sólo una ficción, a pesar de que se había asegurado que existía una grandísima probabilidad de concretarse.

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El retorno de la leyenda Manny Pacquiao fue un tifón pronosticado en las 147 (y divisiones vecinas) que desencadenó una serie de rumores e historias luego de vencer con relativa facilidad al ex campeón, Jessie Vargas. El morbo de las televisoras y promotoras por la posible revancha entre el senador filipino y Floyd Mayweather Jr. pasó de ser precisamente eso, morbo, a ser convertirse en un rumor —en nuestros tiempos un rumor vale casi como una firma sobre un contrato—. Nótese que me di la libertad (o cinismo) de no incluir a los (verdaderos) fanáticos del boxeo en la posible revancha de la "Pelea del Siglo" porque, por más que se trate de Pacquiao y Mayweather, cuando el dinero y el tiempo se han apoderado de la pasión no vale la pena ilusionarnos.

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Pacquiao, uno de los tres grandes que aún quedan activos arriba del ring —los otros dos Miguel Cotto y Juan Manuel Márquez, a mi parecer— atrajo la atención de talentosos personajes como Terence Crawford, Adrien Broner, y hasta "Canelo" Álvarez, en busca de un nombre del calibre del filipino que otorgue legitimidad a sus carreras y puedan consagrarse en la élite del boxeo: cuchicheo, invenciones, verdades a medias, deseos reprimidos, todo menos algo palpable.

Keith "One Time" Thurman. Foto por Esther Lin/ Showtime

El careo de nombres va desde la supuesta revancha del siglo —la cual algunos medios juran y perjuran que las negociaciones llevan un avance del 75 por ciento—; Crawford y su paso demoledor que busca meter miedo en las 147 ante un rival de renombre; Adrien Broner y su desesperado intento por salir del fondo del pozo en el que cayó hace mucho después de su pelea contra "El Chino" Maidana; Floyd y su olfato para los negocios fáciles y redituables. En fin, la lista es tan extensa y cínica que alguien se atrevió a incluir a Gennady Golovkin entre los posibles oponentes del "Pac-Man" en 2017.

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Pero dentro del mar de relatos ficticios y supuestos que asaltan al boxeo en dos de sus divisiones más celebradas y prestigiosas, se erige una verdad absoluta: Danny García vs. Keith Thurman.

El 4 de marzo de 2017 el mundo podría presenciar el nacimiento de una rivalidad con la capacidad de romper con las barreras del tiempo y el espacio, así como los hicieron Gatti y Ward, Barrera y Morales, Corrales y Castillo, Márquez y Pacquiao, en la década pasada. Danny García salió victorioso de su pelea de exhibición ante Samuel Vargas hace un par de días, y Keith Thurman se impuso a Shawn Porter hace poco menos de cinco meses. Ambos están en el mejor momento de sus carreras, invictos, campeones, y con la motivación de trascender, pero sobre todo se odian.

Uno es estrafalario y presumido; el otro es más cuidadoso con sus palabras y, al parecer, sencillo (en uno de los especiales de Showtime, All Access, Thurman asegura que manejar un Honda lo mantiene alejado de las tentaciones de la fama). Pero más allá de sus personalidades, sus habilidades son dos ingredientes que deben combinarse arriba de un cuadrilátero. Ahora lo único que nos separa es la espera.

Al final del día si todo lo demás resulta una verdadera ficción y se desmienten los rumores o los mitos terminan siendo meras invenciones, nos importará poco, pues tenemos la certeza de ver a Keith Thurman y Danny García unificar los títulos wélter y forjar un nuevo capítulo en el boxeo profesional.