En verdad, los lunes son días verdaderamente complicados. Solo atinas a ver cómo gira el mundo mientras deseas que el tiempo pase rápido, te da el 'mal del puerco' después de comer y te la pasas bostezando frente a la computadora mientras subes la bocina de la música para no quedarte dormido. Como pocas veces, deseas que suceda algo que te quite la monotonía cuando de repente, TÓMALA… te topas con videítos así donde la desgracia ajena te regala unos cuantos segundos de risa.Hace unos días hablábamos de lo complicado que es ser elegido como recogepelotas de un torneo de tenis. Hay que pasar varios filtros y ser muy disciplinado, levantar las manos para señalizar si el jugador desea una pelota y sobre todo, intentar hacer tu trabajo silenciosamente como si nadie notara tu presencia.Pero bueno, no siempre se puede.Así le debe haber pasado a un pequeño que en el Trofeo Conde de Godó de Barcelona. El niño ralizaba cumplidamente su trabajo de recoger las bolas que el tenista devolvía hasta que ¡sopas!…
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El gracioso momento se dio durante el juego entre el español Nicolás Almagro y el georgiano Teymuraz Gabashvili que ganó éste último con parciales de1-6, 7-6 y 6-2.Nomás chequen la cara de Almagro al escuchar el golpe y voltear con cara de 'pobre güey'. Pobre niño, así es esto de los resbalones.