FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Ensayo sobre Theo Parrish: un ícono inteligente de la música dance.

Su obra es digna de ser presentada en un museo.

Las posibilidades de que ya conozcas a Theo Parrish: ya conoces sus legendarios Ugly Edits, ya conoces la extensa paleta que presenta con su material en solitario, ya conoces sus notablemente diversos DJ sets, y probablemente también conoces su reputación por tener una de las bocas más flojas de la música dance. Con su nuevo álbum, American Intelligence, por publicarse la semana próxima en su propio sello Sound Signature, creemos que sería el momento perfecto para recordarle a aquellos que conocen su grandeza, y para educar a aquellos que tristemente aún siguen en la oscuridad con respecto a dicha grandeza.

Publicidad

Nació en Washington, creció en Chicago y ahora vive en Detroit, Parrish es un artista y seleccionador musical dedicado a sobrepasar las expectativas. Su material house no está creado para mover los pies y sus creaciones más techie no representan un hedonismo puro y sin trasfondo; sus largos sets son clases magistrales en la manipulación de la música dance negra, pesados trabajos de ecualización que educan, entretienen e informan; es muy franco y comprometido. Para Parrish, la música que produce, la música que toca, y la música acerca de la que habla no es algo para cuartos oscuros a latas horas de la madrugada – su trabajo tiene que ser apreciado con seriedad.

A continuación, sondeamos la multifacética discografía de Theo Parrish: desde sus esculturas sonoras y clavadas texturas, hasta sus discordantes edits de disco y sus desconcertantes remixes de ensueño.

DJ RETICENTE

Ahora que todos son DJs, o al menos cualquiera que crea que manejar la cuenta Premium de Spotify de alguien más en una fiesta casera y crea que una hora tocando 30 segundos de tracks para una audiencia miserable en una cocina, se necesita de mucho más para destacar. Algo que ayuda es tener una actitud rapaz hacia la exploración profunda, un deseo por ir más profundo que los demás, tirar bolas curvas a discreción, básicamente, ser un maldito DJ y no un pelele de alcoba con Serato y una conexión de banda ancha decente.

Publicidad

Theo Parrish sabe ser un DJ y quiere que lo sepas. Ve su set en el Boiler Room a continuación y observa a un selector que al parecer, y sorprendentemente de la manera menos egoísta posible, toca para sí mismo. Son 45 minutos de desviaciones y digresiones, y ninguna se siente frustrante – está entrelazado de forma inteligente, emocionalmente interconectado, cosas de nerds de los discos que sale del corazón más que de una obsesión por Discogs. Luego de discutir la situación de los DJs/productores jóvenes tocando horarios estelares luego de estar sólo unos meses detrás de las tornamesas, queríamos saber algunas cosas:

"¿Puedes mezclar? ¿Puedes tocar durante más de una hora? ¿Tocas con discos? ¿Puedes tocar los discos con el propósito que fueron creados? ¿Eres un DJ?"

Aquí tenemos a Parrish hablando y cumpliendo:

Ahora que ha terminado la legendaria residencia en Plastic People, los clubbers de Reino Unido, tendrán que disfrutar lo más que puedan sus presentaciones. Mientras tanto, disfruten sus presentaciones semi-regulares en NTS aquí, y disfruten su adecuadamente ecléctica, y brillante sesión en Filadelfia aquí. Se sacó un 10 incluyendo la brillante, exquisita y siempre bienvenida "Let's Lovedance Tonight" de Gary's Gang.

También es demasiado bueno ecualizando. Tan bueno de hecho, que hará que dejes de cortar el bajo por mucho tiempo y joderlo con el phaser cada dos canciones, y que dejes de pensar que eso suena bien. Es por tu propio bien.

Publicidad

EL EDITOR FEO

La escena de las re-ediciones disco es afecta a la elongación innecesaria para lograr un máximo de acariciado de barba – por decir, la incandescente reinterpretación de Tom Moulton de "You'll Never Find Another Love Like Mine"de Lou Rawl, o la versión de Black Cock de "You Got the Stuff" de Bill Withers, es algo mágico, el desenrollo elástico de un disco, el replanteamiento del nirvana del club nocturno. Los malos son romances pesados, lentos y excesivos que apagan a los bailarines y sólo le llaman la atención a los diseñadores de modas, Theo Parrish evita las trampas obvias, los breaks extendidos de forma aburrida, las cosas interminables, las adiciones de bongos sin sentido, a favor de algo más ácido, más crudo, teñido con funk y valor agregados.

Tomen por ejemplo esta versión de la suave e icónica melodía de GQ, "Lies":

La original - siendo desplegada en todo su esplendor en la clase magistral del boogie impartida por James Murphy and Pat Mahoney en Fabriclive 36 – es una historia breve y concisa de un amor perdido sobre una línea de bajo gorda. Parrish toma el esqueleto de la original y lo apila, lo aviolenta y lo convierte en una rogatoria de ayuda epistemológica. Parrish tiene un entendimiento innato del placer que viene con la repetición, reproduciendo de forma infinita la frase "I've got to know why" (teno que saber por qué), hasta que la razón y el sentido hayan sido subsumidas por un deseo de escape hacia el dance floor.

Publicidad

Los edits, posiblemente, son una forma de transformar los momentos de éxtasis en minutos de algo tangible; dándole al escucha las mejores partes de un disco, una y otra vez, acelerando el paso y la posición para cortar cuando es necesario. La reinterpretación de Parrish de "The Love I Lost" de Harold and the Bluenote – aunque no es tan explosiva como el edit de Tom Moulton, el cual podría ser el mejor disco que se ha hecho – es una bomba seductiva, y un ascenso continuo hacia el clímax.

LOS REMIXES Y EL ARTE DE LA RECONFIGURACIÓN

Para la mayoría de los productores, la tarea de hacer un remix es una excusa para gastarse el adelante en una cantina, mariguana o cocaína antes de abrir el Fruity Loops en su cama a la mañana siguiente y poner su archivo kick_drum_01.wav debajo del original, pensando en un nombre innecesariamente largo y mandar por correo electrónico un producto inconcluso al sello discográfico. Algunas personas piensan esto: DJ Harvey me confesó que produciría un remix digno de los honorarios por el mismo. Otros lo toman un poco más en serio, tratando al proyecto con cariño, creando algo que se involucra con el material original, algo que busca lo que estaba escondido, algo que hace crecer y expande el kernel de calidad, dando como resultado un remix que brilla por sí mismo – algo que Parrish logra. Vamos a ver dos brillantes ejemplos de sus resultados con los remixes, un par de tracks que hacen lo que los buenos remixes deberían.

Publicidad

¿Cómo tomas a un track que nunca aburre y lo conviertes en algo incluso mejor? Bueno, si eres Theo Parrish, tomas su rasgo más característico y lo reemplazas con algo que suene como un Casio que está para la basura. Y hacer que suene mejor que nunca. Este es el remix como una composición nueva, algo que le pregunta al escucha, como todos los remixes buenos, considerar su relación con el original. Es lo más alejado que puedes estar de una transformación barata.

Aquí tienen a Parrish en su máximo esplendor, Parrish desafiante y definitivamente tomando a un track lejos de su entorno y construyéndolo en su propia imagen. Toca esto inmediatamente después del original – el momento más cósmicamente funky de LCD Soundsytem, la cúspide de su mejor disco, el único lanzamiento que hacía que los chicos indie bailaran y que tuvo plena credibilidad disco – y estarías orillado a encontrar las diferencias. Esto es el remix como declaración de intenciones.

EL VUELO SOLITARIO: PARRISH COMO PRODUCTOR

Hemos establecido que puede editar, remixear, compilar y tocar. ¿Pero puede producir sus propios discos? Por supuesto que sí. Concluyamos esta reseña escuchando el trabajo individual de este hombre.

Como una elección obvia,pero lo obvio no es malo, ¿o sí? Las papitas y el refresco son obvios. Las vacaciones soleadas son obvias. "Is it All Over My Face?" de Loose Joints es obvia. "Solitary Flight" es eterna, es un disco que puede ser tocado en cualquier situación y aún así sonar tan fresco como siempre. Elegíaco, estimulante, rico y profundo. Cuando finalmente terminen de instalar una sección dedicada al house en el Smithsoniano, "Solitary Flight" estará ahí postrada hombro con hombro a lado de "Can You Feel It", "Show Me Love'" y "Move Your Body".

"Footowork", el track que fuera el adelanto de American Intelligence, originalmente incluido en un prohibitivamente caro vinil doble de 12" que publicó en colaboración con Palace, los diablos de las patinetas y los dolorosamente cool chavos de Trilogy Tapes, es típicamente creativo, y nos tiene a muchos salivando por el álbum mismo.

Lo que hemos presentado es sólo un vistazo hacia el cofre del tesoro del maestro, un material sublime. Es una escena que siempre está por convertirse en algo hermético, homogéneo y altanero, hay una desesperada necesidad por más gente como Theo Parrish, más gente sin miedo a tomar riesgos en búsqueda de una recompensa artística. Como remixer, es instintivo, como DJ es informativo y como pensador y teórico de la música dance y por qué seguimos realizando una peregrinación hacia los clubes cada fin de semana, es sumamente inteligente.