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En qué se equivocó el Sr. Porter de ‘Por trece razones’

Hablamos con psicólogos de instituto sobre algunas de las situaciones de la serie.
Imagen vía Netflix

Este artículo fue publicado originalmente en Tonic , nuestra plataforma dedicada a la salud.

Padres de familia, profesores y profesionales de la salud mental han tenido más o menos un mes para ponerse al día con Por trece razones, la última serie de Netflix que ha causado gran revuelo. Ante la más que probable renovación para una segunda temporada, los expertos han expresado su preocupación por las descripciones explícitas de violación y suicidio —y del mensaje que esto último puede generar—, cuestionando si en realidad la serie podría hacer más mal que bien. Una inquietud común entre los psicólogos de colegios es que la trama de la serie —el suicidio de una estudiante narrado a los largo de 13 historias dedicadas a ciertas personas que le hicieron daño— glorifica y sensacionaliza el suicidio. Yo iría incluso un paso más allá y añadiría que retrata las enfermedades mentales desde una perspectiva demasiado romántica.

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Hay algo medio tumbleresco en la forma en la que Hannah Baker habla de la depresión en sus cintas, con todos esos pensamientos conmovedores y una poesía demasiado profunda y profética para una niña de 17 años. Casi nunca se le ve a ella tan perdida como a la gente que con frecuencia lucha con enfermedades mentales en la vida real.

Los estudios han demostrado que la exposición al suicidio de otra persona (o a muestras gráficas o sensacionalistas de muerte) pueden significar un factor de riesgo en jóvenes con problemas mentales que han contemplado en algún momento el suicidio. Imaginaos cuánto incrementaría ese riesgo para aquellos que luchan contra el impulso suicida y que en la serie ven 13 problemas y ninguna solución.

Pero de todas las frustraciones que genera Por trece razones, la más atroz es la del señor Porter, el psicólogo escolar, interpretado estoicamente por Derek Luke. El personaje de Porter fue escrito con una idea más dañina que la del "bello problema " de Hannah, al ser el consejero despistado y negligente que los estudiantes evitan. A lo largo de la serie, los alumnos del Liberty High tenían que lidiar con temas como el bullying, el acoso, la violencia de género, el consumo de sustancias y los entornos familiares peligrosos; y aun así, todos se dispersaban cada vez que Porter aparecía. En cada cinta, en cada episodio. Pero sería injusto pensar que todos los consejeros escolares son tan terribles como Porter.

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Los adolescentes con problemas de depresión y que contemplan el suicidio merecen que se les presente una solución. Esta reflexión me llevó a hablar con varios psicólogos escolares sobre qué tipo de patrones observan actualmente en los colegios, y cómo procuran ser mejores que Porter en su trabajo.

Katie Jarratt del Highland High School, Salt Lake City, Utah Consejera escolar desde hace 25 años.

VICE: ¿Cómo acaban los estudiantes en tu despacho?
Katie Jarrat: Acuden por muchas razones. A veces vienen por iniciativa propia. Muchas veces escriben algo en un ensayo o una tarea, los profesores se quedan preocupados al leerlo y me lo hacen saber. Y varias veces me ha pasado que algún amigo de un niño se me acerca, cuando él sabe que algo le pasa y está preocupado por su amigo.

Una vez que un estudiante está en tu despacho, ¿qué estás obligada a hacer si sospechas que tiene tendencias suicidas?
Siempre le digo esto a los chicos: todo lo que me digáis es confidencial, excepto por tres cosas. Por ley, si me dicen que están siendo víctimas de abusos sexuales o físicos, tengo que denunciarlo. Si me dicen, o llega a mis oídos que tienen tendencias suicidas, tengo que decírselo a sus padres. O si me entero de que tienen intención de hacer daño a otra persona.

En la serie Por trece razones, el consejero de Hannah se entera de que otro alumno abusó sexualmente de la joven. Él termina presionándola para que denuncie el hecho a la policía, pero solo consigue ahuyentarla y finalmente no presenta ninguna denuncia.
Quebrantó la ley… es idiota. Los padres tienen que estar involucrados. Tienen ciertos derechos. Y yo no habría acudido tan rápidamente a las fuerzas policiales. Es una decisión que hay que tomar junto con la familia después de que haya recibido asesoramiento.

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Rachel Hodas, del Cristo Rey Philadelphia High School, Philadelphia, Pennsylvania Psicóloga escolar licenciada con dos años de experiencia.

VICE: ¿Qué tipo de relación tienes con tus estudiantes?
Rachel Hodas: Me reúno con todos los estudiantes al menos una vez al comienzo del año, especialmente con los de noveno. A partir de ahí, forjamos relaciones con los estudiantes, y a veces surgen cosas de esas sesiones que nos hacen darnos cuenta de que hay un estudiante con el que debemos seguir trabajando. Con frecuencia los estudiantes mismos toman esa decisión… Es muy común que los estudiantes se acerquen a nosotros cuando tienen algún problema.

Entonces tus alumnos te tienen mucha confianza. ¿Crees que eso es importante? En la serie, Hannah no tiene esa relación con su consejero. Al final, ella entra en su despacho con una grabadora, convencida de que él será la "decimotercera razón" para suicidarse.
Ese aspecto es muy interesante. No va a haber ningún progreso con un estudiante si este no confía en mí. Pero si un alumno se me acerca, es por una razón. Hubo una razón por la que ha decidido hablar conmigo. Sobre todo si es un estudiante que vino a mí por iniciativa propia. Si noto que no estoy en sintonía con ellos… es muy importante saber bien en qué momento se encuentra el alumno. Si veo que un estudiante no me está siguiendo el juego, no continúo en esa dirección, sino que cambio de enfoque.

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Sí, creo que, efectivamente, Porter se mantuvo en esa dirección en la escena. No supo ver que existía esa desconfianza.
Pudo haberse tomado las cosas con más calma, intentar entender cómo se sentía ella y lo que necesitaba en ese momento, y luego buscar opciones, ayudarla en los próximos pasos. Cada vez que un estudiante llega con una crisis como esa, hay que tomar decisiones muy importantes. Así que por lo general intento bajar el ritmo de las cosas lo más que se pueda.

Un profesional de salud mental anónimo en un colegio de California. Trabajador psiquiátrico social desde hace cinco años.

VICE: ¿Qué puedes decir sobre el "efecto contagio" que podría provocar Por trece razones?
En cuanto oí hablar de esa serie pensé: "No tiene buena pinta". No es que alguien no merezca que piensen en él después de su muerte, pero suena a que la serie está basada en la idea de que esto es una cosa emocionante e interesante por descubrir. Como un misterio por resolver, y así esta persona recibe bastante atención póstuma. Eso me preocupa. Obviamente, esto por sí solo no genera un deseo de matarse, pero puede hacer que el suicidio sea algo más tentador para las personas que ya tengan ese deseo. Si hay "13 razones para hacerlo", ¿realmente son 13 buenas razones para que alguien se quite la vida? ¿Esa es la historia? ¿O puede alguien que ha sufrido abusos recibir ayuda psicológica?

La serie presenta un único punto de vista. Ves cómo estas cosas pueden inducir al suicidio, pero nunca se ve realmente cómo puede ayudar un psicólogo profesional de colegio.
Sí, yo hago valoraciones sobre tentativas de suicidio varias veces a la semana… Aquí estoy. No hay ninguna barrera para llegar a mí.

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¿Ha habido algún suicidio en este instituto? En caso negativo, ¿existe algún plan por si alguna vez tienen el infortunio de sufrir una pérdida de ese tipo?
Desde que estoy aquí, no se ha consumado ningún suicidio. No sé si ha habido alguno en el pasado. Pero sí ha habido suicidios en el distrito. Las personas que han estado en contacto con alumnos que han acabado suicidándose lo pasan muy mal; se culpan a sí mismos y se preguntan qué error cometieron. Eso pasa.

En nuestro caso crearíamos un servicio de crisis de orientación psicológica… Y parte del protocolo es no glorificar el acontecimiento: tratar de darle a los estudiantes la oportunidad de asimilar la muerte sin hacer un mundo de los acontecimientos, para que los alumnos no digan, "Mira, esta persona ha obtenido la atención que buscaba después de muerta". Eso no significa que no queramos lamentar su muerte. Solo no queremos que eso se contagie.

Un profesional de salud mental anónimo de un instituto de Nueva York. Psicólogo escolar licenciado con 21 años de experiencia.

VICE: ¿Son diferentes los problemas con los que lidian los estudiantes ahora, comparados con los de hace 20 años?
Ese es el tema más importante del que debatimos mis compañeros y yo. Actualmente, para los jóvenes lo académico está en un segundo plano. Casi nunca acuden a nosotros alumnos para contarnos sus preocupaciones académicas: ahora todo es puramente emocional. Por desgracia, han aumentado los casos de automutilación y de depresión. Pero tenemos un equipo sólido. Nos reunimos una vez al día. Evaluamos nuestros procedimientos y hablamos de los estudiantes que más nos preocupan. Nos mantenemos en comunicación con agencias comunales. Trabajamos mucho para ayudar a nuestros estudiantes.

¿Qué otras limitaciones tienes como profesional?
El conflicto que surge entre mantener el apoyo a la salud mental y cumplir con las expectativas académicas. Los estudiantes tienen que cursar un año lectivo, de septiembre a junio. Al final del año tienen que presentar los exámenes. Tienen que sacar buenas notas. A veces los problemas mentales no les permiten hacer todo eso. Hay jóvenes que sufren depresión y no tienen la suficiente energía para terminar el año. Esa es una limitación… pero hacemos todo lo que podemos. Quiero que la gente entienda que sí hay ayuda en los colegios.