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'Avatar: la leyenda de Aang' sigue siendo una de las mejores animaciones de todos los tiempos

Después de diez años de su último capítulo, el show sigue siendo revolucionario y sigue encontrando nuevas audiencias.
Sergio Ávila
traducido por Sergio Ávila
Captura de pantalla vía Nickelodeon.

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Han pasado diez años desde el episodio final de una de las mejores series animadas de televisión para niños, Avatar: la leyenda de Aang. Diez años desde que 5,6 millones de personas vieron a Aang derrotar a Ozai, el Señor del Fuego, en uno de los finales de temporada más vistos de la historia de Nickelodeon. Si no la has visto, tienes una tarea por hacer: ha retenido todo su poder, y su mensaje importa ahora tanto como antes.

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Para los que no saben, el mundo de La leyenda de Aang gira alrededor de cuatro naciones —fuego, agua, tierra, y aire— pobladas por personas del común y "maestros" capaces de controlar uno de estos elementos. El "avatar", un niño de 12 años llamado Aang, es el único que puede dominar los cuatro elementos y "devolverle el equilibrio al mundo". Sin embargo, él estuvo congelado por 100 años, ausentándose de una guerra de un siglo llevada a cabo por las agresivas conquistas de la Nación del Fuego.

El universo del show fue creado minuciosamente, con un nivel de detalle similar a los mundos de Harry Potter o El señor de los anillos. Pero en vez de tomar influencias de mitos nórdicos o europeos, La leyenda de Aang se inspiró en las culturas asiáticas, principalmente la china. Para esto, contrató como consultor a Edwin Zane, en ese entonces vicepresidente del grupo Media Action Network for Asian Americans, asegurándose de que todo, desde el vestuario hasta el estilo de dibujo, fuese hecho de una manera cuidadosa y respetuosa. El anime y manga también fueron una fuente de inspiración inmensa, como lo denotan obviamente las expresiones faciales de populares series japonesas como Astro Boy o Dragon Ball Z. También hay varios paralelos con el estilo de arte y el centro filosófico de películas clásicas de Hayao Miyazaki, como La princesa Mononoke.

"Los creadores Bryan [Konietzko] y Michael [Dante DiMartino] estaban intentando construir algo que tuviera una resonancia mítica", me dijo el guionista principal Aaron Ehasz por teléfono. "Uno quiere inspirarse sin llegar a la apropiación", añadió. "Uno no quiere decir algo de una cultura por accidente. Por ejemplo, al comienzo muchos de los diseños de la Nación del Fuego eran inspirados por diseños de Japón, lo cual era problemático; si tenías una nación mala, y todos sus diseños eran japoneses, proyectarías un mal mensaje sobre su cultura. Trabajamos nuevamente en el arte para que la inspiración fuese más amplia".

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Cada estilo de control es derivado de un arte marcial específico, y la cultura de cada nación se inspira en las particularidades físicas de cada elemento, así como de inspiración de culturas de la vida real. Por ejemplo, las Tribus del Agua se basan en las culturas Inuit y Sireniki, y el Agua-control es modelado por el Tai Chi. Este tipo de sutilezas le otorgan capas adicionales a las escenas de pelea: Aang es evasivo y ágil, nunca atacando y siempre esquivando; Katara mantiene con ella una bolsa de agua, que usa como látigo, como dagas de agua, o incluso para sanar; y Zuko, sobre todo al comienzo, hace Fuego-control con una ira evidente.

Pero lo mejor de la serie es la profundidad de su narrativa. Después del éxito de la primera temporada, Nickelodeon pidió dos más, según un documental sobre el show. Esto significó que la historia podía ser planeada hasta el final, y que el equipo creativo sabía exactamente con cuantos episodios contaba para explorar a sus personajes. "Pude —junto al equipo de guionistas— darles una dimensión extra a estos personajes, darles realidad, lograr darle cohesión. Pude descubrir quiénes eran estos personajes, cómo estaban creciendo, cómo estaban", dijo Ehasz. "Estos personajes terminan de cierta forma, a veces independientes de lo que uno 'quiere' que ellos sean. Y uno simplemente los mira y piensa: ¿Qué es lo que necesitan, qué harían?".

La "autenticidad emocional" —como la llama Ehasz— de los personajes fue la forma en la que La leyenda de Aang pudo exponer a espectadores muy jóvenes a temas más oscuros, como el genocidio y el autoritarismo, mientras que les daban una estructura de pensamiento para entender estas problemáticas. Normalmente hacían eso enfocándose en las emociones de los protagonistas al procesar este tipo de eventos. El tercer capítulo muestra a Aang siendo testigo de primera mano de la destrucción de toda su cultura de Nómadas del Aire en manos de la Nación del Fuego. Como espectadores, volamos al templo del aire y experimentamos la devastación de Aang frente a la pérdida de su mentor, el monje Gyatso, a quien Aang encuentra literalmente en huesos. En flashbacks vemos imágenes de Gyatso tratando a Aang como a un hijo, protegiéndolo de su deber de avatar. Aprendemos que Aang huyó. Es una secuencia devastadora, sin importar tu edad.

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Captura de pantalla vía Nickelodeon

"Si simplificas las cosas, podría funcionar par niños de seis o siete años, pero incluso los de diez u 11 años rechazarían cosas que no parezcan de un mundo similar al de ellos", explicó Ehasz. "¿Es posible crear una narrativa con gran empatía, que respete la inteligencia de la audiencia? Al hacer esto, uno logra construir una historia increíble que impacte a una persona joven y que esta logre permanecer con ella cuando crezca. Porque lo que nosotros escribimos sigue siendo cierto. No lo convertimos en una mentira para hacerlo más aceptable".

La leyenda de Aang se destaca sobre el resto por sus representaciones matizadas de cómo el poder corrompe y cómo la inequidad puede envenenar cualquier cosa. La tiranía de la Nación del Fuego es presentada desde la perspectiva de sus víctimas, pero también desde la perspectiva de niños de la Nación del Fuego siendo adoctrinados desde la escuela. Los espectadores son expuestos a la inequidad al entrar a los muros de Ba Sing Se, la ciudad más poderosa del Reino Tierra, hogar de refugiados y una de las fortalezas contra la Nación del Fuego. La ciudad está diseñada en círculos concéntricos, con la realeza en el medio y los pobres en los anillos exteriores que el rey nunca visita. La paz se mantiene con la ayuda de una policía secreta llamada el Dai Li, que se encarga de lavarle el cerebro a los ciudadanos y trata al rey como una simple figura decorativa.

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A medida que avanza la serie, esta se revela como una crítica al imperialismo conforme los protagonistas viajan a pueblos devastados de diferentes formas por la Nación del Fuego. Esto incluye episodios como "La dama pintada", donde el equipo Avatar visita a una pequeña aldea de la Nación del Fuego envenenada por una fábrica instalada por el mismo imperio. En "Prisioneros", el equipo pasa unas noches en un pequeño pueblo del Reino Tierra en donde cualquier que sea visto haciendo Tierra-control es arrestado por oficiales de la Nación del Fuego. Y en el capítulo final de la primera temporada, el Almirante Zhao de la Nación del Fuego está tan decidido en su empresa imperialista de capturar a la Tribu Agua del Norte que incluso destruye al espíritu de la luna, despojando al mundo de la luna (que es la fuente de los poderes de los maestros agua).

El show usa la guerra para exponer los impactos del trauma intergeneracional y lo tóxico de la venganza, y se enfoca particularmente en las formas en las que los ciclos de violencia lastiman a los inocentes. Una maestra agua, prisionera de guerra, desarrolló la Sangre-control como una manera de escapar de prisión; luego usó eso para secuestrar a habitantes inocentes de la Nación del Fuego a modo de retribución. El justiciero Jet intentó inundar todo un pueblo de habitantes inocentes de la Nación del Fuego como venganza por haber perdido a sus padres en un ataque de la misma. Y es importante el caso de Katara, que al final se negó a tomar la vida del hombre que mató a su madre, dejando un poderoso mensaje al final de la tercera temporada sobre romper con el ciclo de violencia.

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Captura de pantalla via Nickelodeon. Zuko redirigiendo el relámpago de su padre.

Vemos este tipo de trauma encarnado en uno de los villanos principales, Zuko, quien pasa la mayor parte de la primera temporada persiguiendo al avatar para "recuperar su honor" después de haber sido desterrado por su propio padre. Como todos los mejores villanos, él genera empatía incluso cuando comete actos reprochables; ¿quién no se relaciona con la necesidad de buscar la aprobación o aceptación paternal? Incluso [en la versión en inglés] cae en en el lapsus freudiano de llamar al "Señor del Fuego" como "Señor Padre" (confunde "Firelord" con "Fatherlord"). Al final, él termina aliándose con Aang. "Todos tenemos algo de Zuko", me escribió Dante Basco, la voz de Zuko. "Todos tenemos la esperanza de recuperar nuestro honor, todos hemos sido incomprendidos y hemos querido probarle a otras personas que están equivocadas, especialmente a las que son importantes para nosotros".

La leyenda de Aang logró lo que —incluso hoy en día— muy pocos shows han logrado: tener un elenco de personajes que representen al mundo por lo que es, con su amplia gama de identidades y experiencias, incluyendo, por ejemplo, a Teo, un chico parapléjico del Reino Tierra. "Como equipo fuimos inspirados por muchas cosas diversas e interesantes", dijo Ehasz. "Sentimos que, en general, la diversidad fue una fortaleza, un elemento fascinante y empoderador. Fue sutil. Queríamos a personajes reales que no fuesen todos salidos del mismo molde y que tuviesen vulnerabilidades reales así como cualidades increíbles, y que pudieran aceptar las dos cosas por igual. La verdad no fue algo híperconsciente [de nuestra parte], fue simplemente algo que compartíamos y que terminó mostrándose en los personajes y las historias que contamos".

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Captura de pantalla vía Nickelodeon. Katara peleando con un maestro agua de la Tribu Agua del Norte.

Lo anterior es especialmente cierto con los personajes femeninos de la serie. La princesa Azula, Ty Lee, y Mai son tres de las villanas más formidables de la Nación del Fuego, el escuadrón de chicas que se infiltra y toma el control de Ba Sing Se. "Sentíamos que en ese momento no había suficientes personajes femeninos que fueran poderosos y geniales en las series animadas", me dijo Ehasz. La leyenda de Aang constantemente tejía narrativas que exponían el sexismo sistemático, como Sokka subestimando pero al final respetando a las Guerreras Kyoshi, o Katara descubriendo que la Tribu Agua del Norte no la dejaba aprender técnicas de batalla por ser mujer, a pesar de ser una de las maestras agua más poderosas del mundo.

Y, por supuesto, también está el increíble personaje de Toph Bei Fong, o la "Bandida Ciega", una chica ciega de una familia sumamente rica que es la mejor maestra tierra del mundo. Sus padres la sobreprotegían hasta el extremo, y la mimaban mientras la subestimaban por su ceguera, sin darse cuenta de que ella podía "ver" por medio de las vibraciones que sentía con sus pies.

Ese espíritu de inclusión ha ayudado a que la serie se mantenga relevante, con nuevos fans descubriéndola incluso después de haber salido del aire. "Es muy loco pensar que la serie se acabó hace diez años, porque de hecho pareció crecer después de haberse terminado", me escribió Michaela Murphy —en ese entonces con el nombre artístico de Jessie Flower—, la voz de Toph y una amiga mía desde la universidad. "Avatar es una de esas bendiciones extrañas que no reconocí hasta mucho después, cuando empezaron a llegar las cartas de los fans, hablando de cómo Toph los había ayudado a sentirse más normales con su ceguera. Tuve la oportunidad de trabajar con un gran equipo de trabajo, y de ser esta maestra tierra que es tosca, temeraria y brutalmente genuina. Estoy muy agradecida por haber podido ser parte de una serie intemporal".

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Al final, La leyenda de Aang terminó siendo un show sobre la extraordinaria habilidad del ser humano de empatizar con casi todo el mundo, si las condiciones son las adecuadas. Casi todos los personajes tienen un arco de redención, o una oportunidad para probar su fuerza en los momentos adversos. Katara domina el Agua-control, Sokka domina la lucha con espadas, y Toph inventa el Metal-control, todo a pesar de que han sido subestimado en diferentes maneras. Cuando Aang fracasa en el dominio del Estado Avatar por ir a rescatar a Katara, Iroh lo reconforta diciendo que escoger el amor y la amistad había sido la decisión correcta; que el amor da acceso a un poder inmenso.

Incluso los villanos tienen arcos de redención: Jet ayuda a Aang a reunirse con Appa, y Mai y Ty Lee al final rechazan a Azula. Se insinúa que el General Iroh, el centro moral de la serie, tiene un pasado complicado. Y, por supuesto, Zuko halla aprobación en su tío y en el Equipo Avatar a pesar de sus horribles equivocaciones en el pasado, cosa que ayuda a sanar una historia de mala sangre entre el Señor del Fuego y el avatar en generaciones pasadas.

Es importante que en cada caso, aunque los marginados son los que luchan por sus derechos, las reparaciones deben provenir de quien hizo el daño. Es trabajo del opresor, no del oprimido, resarcirse, y son los verdaderos villanos los que se niegan a mostrar empatía y humanidad; los inmunes a las tragedias de las víctimas. La Princesa Azula era una completa sociópata. El Señor del Fuego Sozin (padre de Ozai y abuelo de Zuko) estaba tan cegado por su ego y codicia que desató una guerra, traicionando a su mejor amigo, el Avatar Roku. Y el Señor del Fuego Ozai le dio a su hijo una cicatriz permanente antes de desterrarlo.

Esa es una gran lección para llevarse a casa, y una lección que es especialmente importante para los jóvenes; son los cómplices de la injusticia los que más deben trabajar para detenerla, y los oprimidos deben hacer su mejor esfuerzo en no permitir que sus traumas permeen a nuevas generaciones. Son cosas difíciles de aprender, pero ese tipo de optimismo es importante ahora más que nunca.

"Si puedes hallar esa verdad, esa es la parte que permanecerá", dijo Ehasz. "A pesar de los temas oscuros, espero que el mensaje fundamental que salga de Avatar sea de amor y de personajes que son optimistas y que lucharan por sus amigos incondicionalmente. Ese tipo de relaciones importan".

Sigue a Nicole Clark en Twitter.