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‘No sé cómo Dios me puso aquí’: la frase que exhibe los apuros del presidente brasileño

Michel Temer, el mandatario de Brasil, ha sido acusado formalmente de aceptar sobornos para financiar ilegalmente campañas políticas de su partido, lo que lo pondría al borde del desafuero, tal y como pasó con la expresidenta Dilma Rousseff.
Imagen por Joedson Alves/EPA
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Con una frase de siete palabras, el mandatario brasileño Michel Temer resumió involuntariamente lo que desde hace unas horas significa para él la presidencia de su país: "No sé cómo Dios me puso aquí".

La cita ha incendiado a las redes sociales de Brasil, pues fue pronunciada un día después de que el fiscal general de la nación, Rodrigo Janot, acusara formalmente a Michel Temer del cargo de "corrupción" pasiva, lo que podría removerlo del cargo.

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"Estoy orgulloso de ser presidente. Coincidimos todos: es una cosa extraordinaria. Para mí, es algo conmovedor. Es algo que… no sé cómo Dios me colocó aquí", dijo Temer, quien apenas lleva 10 meses como mandatario constitucional.

Temer, ladrão: 'Não sei como Deus me colocou aqui'. Recordar-te-emos, usurpador: você traiu Dilma, o povo e golpeou a democracia!
— Emanoel Messias (@Emanoel1953) 28 de junio de 2017

Según el máximo fiscal brasileño, el presidente aceptó un soborno de unos 150.000 dólares a cambio de ayudar al empresario Joesley Batista, dueño de un conglomerado de alimentos, con una planta de energía. El dinero habría sido destinado para financiar ilegalmente las campañas electorales del partido del presidente, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

Temer se encuentra ahora en el mismo predicamento que su antecesora, la expresidenta Dilma Rousseff, quien fue removida del cargo el 31 de agosto de 2016.

El presidente de Brasil está al borde de un juicio político que lo podría tumbar. Leer más aquí.

En aquel entonces, Rousseff fue acusada de corrupción, pues presuntamente maquilló las cuentas fiscales de su gobierno para desviar recursos hacia campañas políticas. Aunque su presunta responsabilidad no se ha comprobado, Rousseff —una vieja amiga de Temer, ahora enemiga— fue desaforada y obligada a dejar el cargo de presidenta, Y en su lugar quedó Temer.

Ahora, el futuro político del abogado de 76 años está en manos del Congreso: para que Temer salga por la puerta trasera del Palacio de Alvorada, se necesita que dos tercios de la Cámara de Diputados acepten los cargos propuestos por la Fiscalía General de Brasil.

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Una vez aprobado por los legisladores, el Supremo Tribunal Federal daría el visto bueno y Temer quedaría fuera del poder por 180 días mientras el Senado le investiga. Cuando esté concluida la investigación, el Senado votará: si dos tercios lo halla culpable, Temer se va definitivamente de la presidenta y, de nuevo, Brasil tendrá un presidente que llegó al poder sin ser votado en una elección.

Por un lado, Temer parece un objetivo fácil para la justicia de su país: su mandato apenas tiene el 7 por ciento de aprobación, según la empresa encuestadora Datafolha. Por otro lado, analistas locales aseguran que es probable que el Congreso respalde a Temer, pues más de 60 por ciento de sus integrantes está siendo investigado por actos de corrupción y enjuiciar al máximo dirigente del país significaría abrir la puerta a que los demás fueran desaforados.

'Tchau' Dilma: el Senado remueve definitivamente a Rousseff de la presidencia. Leer más aquí.

Mientras tanto, Temer lucha como un hombre acorralado. "No voy a permitir que cuestionen mi honor ni mi dignidad. No huiré de las batallas", adelantó este martes, retador, confiado en que se mantendrá como presidente. Aunque frases similares dijo Dilma Rousseff y terminó siendo expulsada del mayor cargo político de su país.

El futuro político del presidente de Brasil es incierto: el conspirador que removió a una presidenta para asumir el cargo, ahora está peleando por no ser removido.

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