¿Por qué seguimos practicando sexo?
Ilustración por Joel Benjamin

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Sexo

¿Por qué seguimos practicando sexo?

Gente, estamos en el 2017.

¿Te acuerdas de la primera vez que llegaste al orgasmo masturbándote? Empiezas explorando por ahí abajo y, de golpe, un paraíso extraordinario de sensaciones eclipsa tu percepción sensorial y libera explosiones de un placer que antes desconocías. Un nuevo paradigma mágico, una dimensión que no sabías ni que existía. Dicen que los milagros son un cambio en la percepción de las cosas. El primer orgasmo al que llegas masturbándote es un milagro, y los que siguen son la resurrección del primero.

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Para mí, la masturbación es la manera en que el cosmos te dice, "tienes un dios dentro de ti, tienes misterio, y también la habilidad de hacer algo maravilloso de la nada". Muchas veces, después de haber tenido una experiencia sexual mediocre con alguna pareja, he pensado, "¿por qué he hecho esto en vez de quedarme en casa, masturbarme y comer algo?". Incluso cuando echo los mejores polvos, a menudo necesito masturbarme para llegar al orgasmo. Quizás la persona con la que estoy pueda sentirse un poco excluida.

¿Por qué con todo el porno que tenemos (…), con los juguetes que simulan el cunnilingus, y un buen par de manos, nos seguimos preocupando de buscar otros agujeros?

Uno de mis colegas me preguntó si prefería que él se fuera de la habitación, y otro me dijo que parecía Houdini intentando escapar de la tortura de la gota de agua. Un tercero me confesó que cuando yo me masturbaba y él intentaba metérmela al mismo tiempo, notaba como que mi vagina intentaba expulsar su pene.

Sé que no todo el mundo es tan introvertido, ni se siente tan desligado —y, a la vez, encerrado— en una vida tan fantástica y épica como me siento yo. Pero la duda sigue ahí, ¿por qué con todo el porno que tenemos, con los robots sexuales que ya se están haciendo hueco en el mercado, con los juguetes que simulan el cunnilingus, y un buen par de manos, nos seguimos preocupando de buscar otros agujeros, aparte de los nuestros? Decidí hacer la pregunta a varias personas creativas que conozco.

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"Creo que todavía hay muchas razones: la necesidad biológica que siempre ha habido; el miedo a la soledad; la idea de que el 'buen' sexo es siempre mejor que tocarte tú solo; los mimos; el miedo a la inteligencia artificial, es decir, a los robots; el pensamiento de que los robots sexuales son seguramente aburridos y poco creativos; los robots no han conseguido hablar de manera natural, así que seguramente no pueden decir guarradas; aunque la gente se odie, en el fondo todo el mundo tiene sentimientos y necesita a otras personas, pues no puede estar sin ellas", decía el músico, escritor, artista y, a veces, contribuidor con VICE , Kool A.D.

"El sexo es algo que estabiliza y desestabiliza a la vez", explica el cómico Jaboukie Young-White. "La página Pornhub nunca me ha hecho sentir como que necesitaba limpiar mi habitación a fondo en veinte minutos, antes de ponerme a verlo. Tampoco dependía de las fotos que necesitaba hace tres años. Hasta que los robots, la realidad virtual o lo que sea que se invente no consiga imitar perfectamente las sensaciones que se tienen con las relaciones sexuales, el follar va a seguir siendo la opción preferida.

Ya lo sé, por mucho que nos empeñemos en pensar lo contrario, todos necesitamos estar con alguien

"Es como la música", dice el escritor Christopher Zeischegg, también conocido como el antiguo actor porno Danny Wylde. "Puedo ver a mi banda favorita cantando mi canción preferida en un local pequeño, pero con un escenario increíble. Eso era muy emocionante, sobre todo, a los quince años, pero ahora, tengo la canción metida en la cabeza y lo único que puedo hacer es meterme en YouTube o usar el iPhone. Todavía disfruto más o menos cuando escucho esas canciones con videoclip online, es como masturbarse durante dos minutos con un vídeo de PornHub, ¿no? Cuanto más mayor me hago, más motivación me hace falta para saciar mis necesidades. Si no tengo esa motivación, paso, me hago una paja y sigo trabajando, o duermo, o yo qué sé. Pasa lo mismo con ir a ver a un grupo de música en directo, el hecho de tener que vestirte, ir hasta el concierto, y esperar en algún bar de mierda antes de entrar, me da tanto palo ahora mismo que tengo que encontrar una gran motivación".

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Es una pena que la masturbación no sea lo que era cuando me estrené en el mundillo hace ya algunos años, pero recuerdo la confusión que tenía de adolescente sobre el tema. A los trece, perdí a mi mejor amiga cuando ella, de repente, empezó a decir que la masturbación era asquerosa y que no lo iba a hacer nunca más (ambas habíamos admitido previamente que nos masturbábamos y que mirábamos la revista Playboy de nuestros padres). Unos años más tarde, conocí a una chica muy guay, sexy, que hacía hípica. Ella decía abiertamente que se masturbaba y, cuando lo decía, nadie quería follar con ella. Ella me motivó para empezar el instituto con una actitud distinta y estando orgullosa de mi hábito.

"Creo que la ausencia de opinión es algo positivo del porno", dice Alissa Nutting, autora de la magnífica novela Made for Love, en la cual la protagonista abandona a su marido, un magnate de la tecnología —quien utiliza una máquina de orgasmos y quiere tener un chip en el cerebro— para irse con su padre —el cual mantiene una relación íntima con una muñeca—. "A veces, es difícil dar explicaciones a la pareja, como, por ejemplo, 'en verdad nunca he querido hacer esto, pero me pone mucho', o 'solo haría eso en el hipotético caso de que tuviera a una morena como las de Myers-Briggs —fundación dedicada a hacer los test psicológicos más comprensibles y útiles para los pacientes—', o 'esto me pone si pienso en que me lo hace ese detective de Ley y orden: acción criminal'. Puede ser bueno tener tus propios gustos y experiencias extravagantes, y a lo mejor hay puntos en común entre esas experiencias extravagantes tuyas y las de otra persona, también de gustos extraños, pero no creo que siempre los haya. Lo que realmente te pone cuando estás solo suele ser muy diferente".

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He tenido masturbaciones en que he sentido más intimidad y cariño que en relaciones sexuales con alguien

La escritora, artista, y diseñadora de juegos Porpentine Charity Heartscape respondió a mi cuestión con toda una serie de preguntas.

"1) ¿Alguna vez ha practicado alguien sexo con otro ser humano?

2) La gente quiere algo fuera de lo común, desconocido para ellos, para así no saber lo que pasa después.

3) El sexo es como una parte de una convalecencia galáctica y eterna, que sigue en curso. Me gusta practicar sexo conmigo misma y con otras personas, sosteniendo su mano, para no entrar sola en ese túnel oscuro. No hay solución cuando te has convertido en una roca, pero sí que hay remedios para mejorar la situación.

4) Como los robots sexuales actuales, estoy rota pero contenta, y follarme es un crimen en contra de la naturaleza".

Yo también siento que practicar sexo con una pareja es como practicarlo contigo misma, pero en compañía. Sin embargo, he tenido masturbaciones en que he sentido más intimidad y cariño que en relaciones sexuales con alguien. Echando la vista atrás, me acuerdo de los esfuerzos que tenía que hacer para masturbarme, pues, por ejemplo, cuando me iba de colonias, tenía que fingir estar enferma para que me mandaran a la enfermería toda la noche y así tener un lugar privado para masturbarme. Pero, aunque la masturbación pueda suponer un esfuerzo, las relaciones pueden llegar a ser mucho más difíciles.

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"Como mujer cisgénero, he tenido suficientes experiencias sexuales como para saber que la masturbación no solamente es más segura emocional y físicamente, sino que es mucho más rápida, y el nivel de satisfacción que se consigue con ella es más alto", dice la artista Addie Wagenknecht. "El sexo siempre ha sido lo más importante para los hombres cisgénero, motivo por el cual numerosas mujeres cisgénero tienen tantas experiencias sexuales horribles, polvos un tanto embarazosos, o relaciones complicadas, que los robots sexuales, simplemente, eliminan a los hombres del mapa. Conseguimos lo que necesitamos sin tener que pensar en las ETS, o en si él es un acosador. Pero, ¿por qué follo con hombres? Porque donde va mi vagina, va mi corazón, por eso no tengo relaciones sexuales con alguien con quien no tengo una relación. Vamos, que, en mi caso, el sexo y la intimidad emocional están relacionados, no me resulta fácil separarlos.

Las sensaciones de vacío más intensas con personas las he sentido después de tener una relación sexual de mierda con alguien

Me pregunto si es mi corazón el que todavía me hace practicar sexo con otra gente. Es cierto que la masturbación puede ser triste y solitaria a veces, pero yo lo que hago a veces ver algún vídeo porno en el cual los actores son atractivos, y así me olvido de que es porno, y entonces me acordaré otra vez y me sentiré melancólica. También me siento un poco sola después de tener un orgasmo masturbándome. Bueno, mejor dicho, me asalta una terrible duda existencial. Eso me suele pasar, sobre todo, si me he sumergido en una fantasía romántica que quiero que siga ahí después de haberme corrido.

Entonces, está claro que ese sentimiento de tristeza y de aislamiento cósmico no queda relegado de ninguna manera a la masturbación. Las sensaciones de vacío más intensas con personas las he sentido después de tener una relación sexual de mierda con alguien.

Creo que hemos llegado a un punto en que necesitamos tener la aprobación de los demás respecto a nuestra vida sexual

"Creo firmemente que nuestra mente nos hace creer que el sexo solo es divertido o especial cuando lo practicas con alguien. Pero, sinceramente, la mayoría de las veces, follar con alguien es una mierda porque la gente no sabe cómo comunicarse sexualmente ni satisfacer al otro (SOBRE TODO cuando conoces poco a tu pareja)", dice la artista Molly Soda. "Es decir, pienso que el tener relaciones sexuales con una pareja no siempre implica ponerse muy cachondo, sino estar con esa persona.

Creo que hemos llegado a un punto en que necesitamos tener la aprobación de los demás respecto a nuestra vida sexual. Con esto me refiero a que escuchas a gente quejándose porque están 'a dos velas' desde hace mucho tiempo, o por cosas así. Considero que sentimos esa presión de tener que ser muy activos sexualmente, quizás más de lo que nos gustaría.