Una charla con Marcelo Moura de Virus, para celebrar los 30 años de 'Superficies de Placer'

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Música

Una charla con Marcelo Moura de Virus, para celebrar los 30 años de 'Superficies de Placer'

El 20 de septiembre se cumplen 30 años de que Virus sacara su séptima placa de estudio, una de las obras cumbres del rock argentino.

Para 1987 Argentina llevaba cuatro años en democracia luego de su última dictadura. La liberación artística, sexual e ideológica que experimentaba tras la salida del régimen tenía un artista capaz encarnarla desde los zapatos hasta las puntas de su cabellera clara-castaña: Federico Moura.

  • Presentación de Superficies de Placer en la TV Argentina. Noviembre 1987.

Oriundo de la ciudad de La Plata, Federico llevaba seis años escribiendo, cantando y grabando discos que lo perfilaron como uno de los máximos íconos de la modernidad artística popular argentina y que -como consecuencia- también lo habían hecho blanco de la homofobia y las nociones jurásicas propias de la época. Ante tal escenario, su obra es clara: no hay álbumes de Virus que no habiten el plexo lunar donde hedonismo y pudor despacio se muerden.

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Y de eso hablamos cuando hablamos de Superficies de Placer, de traducir de manera masiva lo que ocurre cuando vivimos entre la ansiedad y el desahogo: Cuero, piel y metal, carmín y charol. Y de hacerlo parados en un yo que no se deja aplastar, que vino aquí para ser.

Noisey: Para grabar Superficies de Placer viajaron a Río de Janeiro. ¿Qué pasó cuando una de las bandas más modernas de América vivió en la cidade maravilhosa?
Marcelo Moura: Especialmente los Moura tenemos una debilidad con Río de Janeiro -vale aclarar que Moura es portugués 100%, de manera que ya nos predispone especialmente bien. También un motivo importante que nos hizo decidirnos a ir, fue que estábamos en el pico de nuestra popularidad, y allá estaríamos en un lugar en donde no nos conocían y además viviendo juntos. Lo cual implicaba desconectarse de las cosas de Argentina y lograr una gran intimidad. Alquilamos dos departamentos en Leblon, sobre la playa, departamentos muy grandes y lujosos. Federico se instaló en Ipanema. Éramos 7, estuvimos cerca de un mes y medio y varias de nuestras novias estuvieron, la mía seguro. El clima no podía ser más relajado. Nos levantábamos temprano y cruzábamos a la playa donde solíamos jugar mucho a la paleta y por supuesto nos metíamos al mar a cada rato, después volvíamos a almorzar a los departamentos y partíamos a eso de las 13 para Botafogo donde estaban los estudios O' Globo, donde también se sumaba una energía más: en el estudio de la derecha estaba grabando Xuxa y en el de la izquierda Roberto Carlos. La influencia de tanto relax se vio alterada con la enfermedad de Federico, de manera que se provocó un cóctel que potenció nuestra música, porque si bien esa noticia nos inundó de tristeza, en el estudio hacíamos la catarsis de ese dolor y como antes habíamos hecho con la desaparición de nuestro hermano Jorge, cambiábamos la polaridad del dolor transformándola en amor.

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Federico Moura

Sus arreglos tienen una clase impresionante, son como "perfectos", como si no pudiera haber otros en su lugar. ¿Cómo iban apareciendo al armar los temas? ¿Se charlaba de antemano qué tipo de arreglos iban a buscar para "atacar" la idea principal? ¿O surgían más del estudio a fondo de los sintes?
En líneas generales trabajábamos la música en lo de Julio y prácticamente la mayoría de las composiciones partían de ideas suyas y habíamos formado un equipo entre él y yo que estaba muy aceitado. Julio tiraba las melodías y los acordes y yo lo grababa. Las baterías las hacíamos con máquinas, los bajos a veces los hacía él, a veces yo o mezcla de ambos y los teclados prácticamente todos los hacía yo. No había mucha necesidad de hablar las cosas. Fluían. Y cuando era Federico el que hacía la música era igual: venía con la idea, grabábamos la base, Julio o Fede hacían las guitarras rítmicas, Julio los solos y yo los teclados. Creo que la imagen que más puede expresar como trabajábamos es pensar que estábamos en bluetooth: se hablaba muy poco y era raro que alguno hiciera un arreglo que no le gustase a los otros dos. Particularmente creo que el arte siempre será imperfecto y que precisamente ese es el motor que nos impulsa y que nos hace buscar esa perfección que sabemos de antemano que no llegará. Nunca se hacían planteos sobre qué queríamos hacer, a qué apuntar, qué era conveniente, que podía gustarle más a la gente. Siempre tratamos de que la cabeza se limite a procesar nuestros sentimientos, pero no queríamos que exceda su función y distorsione nuestros sentimientos con su maldita costumbre de buscar logros, poner cercos y desnaturalizar la inocencia de los sentimientos. En cambio las letras, que mayormente las hacía Federico con Roberto, eran el campo propicio para usar la cabeza, para jugar con las palabras, para traer recuerdos, para buscar ahí sí una intención, un mensaje claro.

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Para 1987 Virus encarnaba una buena parte de la vanguardia artística que podía traducirse en música popular al mismo tiempo. ¿Como ves en retrospectiva que se dio ese crecimiento? ¿Donde ves hoy algún grupo que tenga un protagonismo similar?
Desde el vamos Virus funcionó como un grupo muy especial, en donde no se percibían influencias y vivió siempre en su propio mundo, en permanente búsqueda, cambiando en cada disco y todo con una asombrosa naturalidad. Al mismo tiempo la pasión con que hacíamos todo era lo que nos permitía crecer cada segundo. Creo que Virus es único, no en el sentido de que es él único, de hecho hay muchísimos grupos mejores… pero ninguno como Virus.

Desde tu punto de vista, cómo afectó a nivel compositivo el descubrimiento de la enfermedad de Federico?¿ Lo puso a escribir o a pensar su música de otra manera? ¿A pensar en un "legado"?
Creo que, al menos en la música, sólo se puede dejar un legado si no se piensa en hacerlo. Pensar un objetivo ya desvirtúa e interviene con condicionamientos y nos hace tomar caminos por el solo hecho de que sabemos a dónde conducen y eso a mi entender desvirtúa la idea de un legado. No se puede amar porque se quiere amar. Tampoco es posible dejar un legado porque se quiera dejar un legado. Creo que el hecho de saber que uno está al borde de la muerte sólo cambia a aquellos que vivieron una vida fingida, o a quienes por temor decidieron no arriesgarse a escuchar lo que les dictaba su corazón y quedaron presos de su razón. Que le dieron prioridad a los logros cuando jamás deben ser estos una prioridad, sino una consecuencia. En resumen, creo que nuestra vida tuvo tanta pasión y fue tan intensa como la muerte misma.

¿Por qué el sonido y las historias que trae Virus parecen no envejecer?
Particularmente, a pesar de sentir un enorme orgullo por lo hecho y por cómo fue hecho, no me gusta mucho hablar sobre posibles virtudes de nuestra banda, me da un poco de vergüenza. Pero hay infinidad de cosas que están casi establecidas con las que ninguno de nuestro grupo jamás comulgó. Una de ellas el artista que cree que ser una persona reconocida significa un logro artístico. particularmente me parece de una pobreza enorme, un camino errado. Siempre Virus tuvo en claro que como personas nuestro tiempo es limitado. En cambio el arte es inmortal. De ahí que hayamos escogido a nuestra música como nuestra inmortalidad: nosotros somos mortales, solo nuestra obra nos podrá inmortalizar.

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